La familia de Jeanine Áñez alerta que su vida “corre peligro” y denuncia que fue un “show” su traslado al Hospital del Tórax en la ciudad de La Paz. La expresidenta salió ayer por dos horas de la cárcel de Miraflores y fue sometida a una consulta externa.

Mediante un comunicado, los hijos de la exautoridad acusaron al Gobierno nacional de cometer “otra jugarreta con la salud de nuestra madre”, al llevarla a “pasear” al centro médico, donde un cardiólogo auscultó, recomendó incrementar la medicación y la despachó para que retorne al penal.


“El Gobierno montó un show para fingir una acción a favor de su salud que era completamente lo contrario, es decir, un intento de escamotear a mi madre de sus derechos a ser atendida de manera profesional e integral por médicos de su confianza”, indica el pronunciamiento de la familia.

Carolina Ribera, hija de la exmandataria, sostiene que en el hospital “solo le tomaron la presión y sugirieron elevar la dosis de pastillas antitensionales, sin realizar ningún estudio”, enfatizando que “lo que están haciendo con nuestra madre es inhumano, es inconcebible, a nadie, ni siquiera a un animal se le hace eso”.

Sin embargo, desde el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) se sostiene que actualmente la exjefa de Estado no presentaba ningún cuadro de urgencia médica, porque está estable.

La responsable Nacional de Medicina Forense de esa instancia, Helen Camacho Quiroga, dijo que “ayer se dio seguimiento a la sugerencia que emitió el IDIF y se procedió a la valoración de la señora Áñez en el Instituto Nacional del Tórax, estableciendo  lo mismo que concluyó el médico forense, los signos vitales estables, clínicamente estable. Al momento no amerita internación porque su cuadro de salud es estable y los estudios complementarios los determinará el cardiólogo”.

Áñez permanece tras las rejas desde el 15 de marzo y afronta varios procesos, como el supuesto “golpe de Estado”, caso gases lacrimógenos y otros. A inicios de este mes se amplió su detención preventiva por un semestre más, hasta febrero de 2022.

En abril ya se informó sobre sus problemas de salud y en junio llegó a descompensarse, en medio de un prolongado interrogatorio; en ese entonces presentó un alza de su presión arterial, alteración del ritmo cardíaco y espasmos musculares.

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