“Paren la destrucción en la Amazonía”, dijeron al Estado los indígenas en el Fospa 2024.

El evento ambiental se realizó en Rurrenabaque y San Buenaventura, con la asistencia de 1.500 personas de los nueve países que conforman la Cuenca Amazónica

“El objetivo del XI Foro Social Panamazónico (Fospa Bolivia 2024) es dar continuidad a los debates sobre las problemáticas de la Amazonía, que está siendo agredida fuertemente, en la vulneración de los derechos humanos de las poblaciones que habitan los territorios, de todas las políticas públicas que violan los derechos territoriales y también de la Madre Tierra”, explicó Walter Limache, coordinador general, sobre el evento.

Según él, se trata de ver cómo generar un proceso articulador de los movimientos sociales, para que puedan demandar a sus propios estados, y de alguna manera paralizar el modelo extractivista que está generando todo el desastre en la Amazonía en general.

“Hablamos de minería, deforestación, hidrocarburos, etc., que a nombre del desarrollo van rompiendo las lógicas de vida de la Amazonía”, dijo.

Limache indicó que el Fospa apunta a repensar este tipo de cosas para proponer mecanismos de lucha y elaborar una agenda que permita avanzar desde la demanda de los pueblos indígenas a los estados, para el ejercicio de los derechos, y principalmente para que los propios estados paren este tipo de políticas públicas y tengan la capacidad de una apertura que se enfoque en construir, junto con la sociedad civil, políticas públicas que sean más sostenibles en los temas que se trabajaron en el Fospa.

 Diagnóstico

De acuerdo a los organizadores del encuentro, se está viendo una agudización de todas las actividades extractivas, que está derivando no sólo en la afectación de las poblaciones, sino fundamentalmente en el despojo de sus territorios, y a mediano o largo plazo en la expulsión de estos.

Pusieron como ejemplo la actividad minera, que está tomando posición en todas partes, gradualmente y con violencia, “es un nuevo elemento que no había en el país, y que hoy está permitiendo una acelerada expulsión de las comunidades, o en otro caso las incorpora como trabajadores en los procesos, a nombre de generar empleo y de contribuir para salir de la pobreza”, describieron.

 Visitas

A criterio de los organizadores, uno de los grandes aportes de este foro, metodológicamente hablando, ha sido el establecimiento de las visitas in situ, que son espacios donde se ha ido a visitar y escuchar el testimonio de la gente, sobre las problemáticas que vive, en un marco coherente.

“Y esto es en lo que hemos insistido de manera fuerte, dado que es muy cómodo hablar de la problemática en grandes instalaciones con aire acondicionado. Queríamos que se pudiera hablar de esto mismo, pero desde los propios territorios, para que se conozcan. Este es un espacio para encontrarse entre todos y así profundizar estos temas”, remarcaron.

 Conclusiones del Fospa

Un documento de 14 páginas resumió todo lo hablado y experimentado.

Luego de mesas de trabajo de cuatro ejes temáticos, que iban desde extractivismos hasta territorios, Madre Tierra, Ecoturismo y Mujeres, una gran asamblea el sábado 15 de junio consolidó todo lo hablado.

Entre muchos puntos, los pueblos indígenas exigen eliminar barreras burocráticas y legales que limitan su consolidación como gobiernos autónomos y que debilitan su capacidad de acción.

Exigen una normativa de gestión pública exclusiva para las autonomías indígenas.

Demandan la protección de pueblos indígenas en aislamiento.

Exigen a las autoridades la socialización del Acuerdo de Escazú, ante las agresiones constantes a los defensores ambientales, así como la paralización de amedrentamiento a estos defensores.

Denuncian que la Amazonía ha llegado a un punto de no retorno por el colapso climático que amenaza la supervivencia y recalcan que urge la restauración de los daños y el cambio de paradigma para un vivir bien.

“Los pueblos necesitamos consolidar pueblos libres de extracción petrolera, minería, deforestación, agronegocio y falsas soluciones”, entre estas los bonos de carbon y otras que mercantilizan a la naturaleza.

También convocan a conformar una Asamblea Permanente de Pueblos Andino Amazónicos para la defensa del agua y de la biodiversidad amazónica.

Pidieron revisar normas que fomentan la deforestación y parar el tráfico de tierras y para eso “hay que eliminar subsidios que favorecen actividades extractivistas”.

Sugieren crear un sello verde para los productos agroecológicos.

“Reconocemos a la Amazonía como sujeto de derechos y denunciamos las políticas destructivas sistemáticas de los ríos y de la vida”.

Como alternativa para los extractivismos, llaman al consenso regional para rechazar la minería y otros, y exigieron el cumplimiento de sentencias nacionales e internacionales, como el Convenio de Minamata, contra el mercurio, y el Acuerdo de Escazú, con temas ambientales.

También rechazan la biotecnología y respaldan el turismo comunitario, como alternativa a las agresiones ambientales.

Alertan sobre la presencia de economías ilegales y criminales, como el narcotráfico.

Denuncian la vulneración de los cuerpos de mujeres y niñas indígenas, “nuestro cuerpo es nuestro primer territorio, no toleramos más violencia sexual, los feminicidios ni las desapariciones forzosas. Nuestros cuerpos y territorios no se tocan, no se violan, no se matan”, finalizaron.

Según estimaciones de los organizadores del Fospa, a Rurrenabaque y San Buenaventura llegaron unas 1.500 personas, provenientes de los nueve países amazónicos, incluido Bolivia.

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