El Gobierno de Ecuador designó este lunes a la ministra de Planificación, Sariha Moya, como vicepresidenta interina en medio de una polémica por la suspensión por cinco meses de la titular, Verónica Abad, quien mantiene una tensa relación con el mandatario Daniel Noboa. El análisis de los especialistas Kendra Carrión Vivar (Tecnológico de Monterrey) y Franklin Ramírez (FLACSO). 

El jefe de Estado ecuatoriano desató una crisis política al suspender por cinco meses a su vicepresidenta. Esto ocurre mientras Noboa está a puertas de comenzar una nueva campaña electoral en la que buscará la reelección. 

El presidente ecuatoriano debía delegar las funciones presidenciales a Verónica Abad durante el tiempo de su campaña.

Cabe recordar que Noboa había nombrado a su compañera de fórmula Verónica Abad, solo un día después de su posesión como embajadora en Israel. Para analizar la razón de este nombramiento entrevistamos a la especialista Kendra Carrión Vivar, doctora en Ciencias Políticas, profesora adjunta en el Tecnológico de Monterrey de México. 

"Por decreto de la Constitución, la vicepresidenta tiene que cumplir las funciones que el jefe de Estado le asigna. Esta disposición le dio una salida fácil a Daniel Noboa para nombrar a Verónica Abad como embajadora de Ecuador en Israel. 

El presidente utilizó esta posibilidad que ofrecía la constitución para enviar a una potencial adversaria fuera del territorio nacional. De esta forma buscó evitar que se creen conspiraciones y hasta un golpe de Estado", explica Carrión. 

'Deterioro del equilibrio democrático' 

El motivo de la suspensión de Abad fue, según el ministerio de Trabajo de Ecuador, por no haberse presentado dentro de la fecha indicada por el gobierno en Ankara, ciudad donde el Ejecutivo decidió trasladar a la embajadora desde Tel Aviv por razones de seguridad, debido al conflicto que viene desarrollándose en Medio Oriente.

El domingo pasado, Abad tildó de "grosera violación" a la ley la decisión de suspenderla sin sueldo de sus funciones por cinco meses. Franklin Ramírez, profesor e investigador del programa de sociología política FLACSO comenta el impacto político de esta medida. 

"Con esta medida se consolida la tendencia autoritaria, despótica y arbitraria del manejo del poder del presidente ecuatoriano. Esta tendencia se ha ido acelerando a partir de la declaración de guerra interna en enero de este año que le dio poderes especiales, dándole un blindaje con las fuerzas armadas de la policía nacional. 

El presidente desde entonces ha venido tomando una seguidilla de decisiones arbitrarias y poco ceñidas al Estado de Derecho. 

En este caso la suspensión de la vicepresidenta ha sido por resolución ministerial. Así la Ministra de Trabajo se coloca por encima de la voluntad general expresada en las urnas y destituye a una persona que ha sido electa. Este acto se coloca por encima del Estado de Derecho y viola la constitución y la soberanía popular", estima Ramírez. 

Los dos especialistas coincidieron en que la suspensión de la vicepresidenta puede deteriorar el delicado equilibrio democrático que existe en Ecuador, particularmente ahora que solo faltan tres meses para las elecciones presidenciales.