El miedo se extiende en Beirut tras el segundo bombardeo en el corazón de la capital. Este jueves, un misil israelí ha golpeado con fuerza un centro médico vinculado a Hezbolá donde han muerto 7 personas en total, la mayoría de ellos paramédicos que nunca han ido al frente de guerra contra Israel.

Este bombardeo ha caído a solo un kilómetro del parlamento de Líbano y la sociedad civil libanesa percibe que no hay lugar seguro. Hasta ahora, la población desplazada se dirigía hacia barrios donde la presencia de Hezbolá no fuera predominante. Ahora, sienten que cualquier barrio puede ser bombardeado.

Pero las bombas no son lo único que dificulta el sueño a los libaneses. El ejército israelí lleva varias noches consecutivas emitiendo órdenes de expulsión a altas hora de la madrugada contra decenas de miles de residentes de los suburbios de Beirut. 

Haciendo que familias con niños pequeños y gente mayor con movilidad reducida salgan a la calle con lo puesto sin saber si su vivienda sobrevivirá una noche de bombardeos.

Los ataques de esta noche llegan después de que este martes se hiciera evidente que la superioridad de Israel en los combates aéreos no tiene porqué trasladarse sobre el terreno. El primer día de combates cuerpo a cuerpo entre Israel y Hezbolá en suelo libanés se saldó con 8 fallecidos entre las filas israelíes.

Ese mismo día, poco antes de medianoche, el ejército israelí realizó tres bombardeos en el sur de Beirut, declaró una fuente cercana al Hezbolá libanés.

"Desde hace varios días, el barrio se convirtió en una ciudad fantasma", relató Mohamad Sheaito, uno de los pocos habitantes que decidió quedarse en esa zona de Beirut.

 El ministerio libanés de Salud anunció el miércoles por la noche que 46 personas murieron y 85 resultaron heridas por "bombardeos del enemigo israelí" en las últimas 24 horas en varias regiones del país.

 

Con AFP