Para evitar que los alimentos preparados se dañen debido a elevadas temperaturas, es fundamental seguir una serie de prácticas que garanticen su seguridad y calidad. 

8 buenas prácticas

 1.   Enfriamiento rápido 

-   Reducir la temperatura rápidamente: Una vez cocinados, los alimentos deben enfriarse lo más rápido posible, si no se van a consumir de inmediato. Se recomienda reducir la temperatura a 5°C o menos dentro de las primeras dos horas después de la cocción.

-  Uso de recipientes pequeños: Dividir los alimentos en porciones pequeñas y colocarlos en recipientes poco profundos. Esto facilita un enfriamiento más rápido.

 2.   Refrigeración adecuada 

 -   Almacenar a temperaturas seguras: Mantener los alimentos refrigerados a una temperatura de 4°C o menos. El crecimiento bacteriano se reduce considerablemente en estas condiciones.

 -   Evitar sobrecargar el refrigerador: Dejar suficiente espacio entre los recipientes para que el aire frío pueda circular libremente y enfriar los alimentos de manera uniforme.

 3.   Recalentamiento correcto 

   -   Calentar a la temperatura adecuada: Al recalentar, asegúrate de que los alimentos alcancen una temperatura interna mínima de 74°C (165°F) para eliminar posibles bacterias.

   -   Evitar múltiples ciclos de calentamiento y enfriamiento: Cada vez que un alimento es recalentado y enfriado, aumenta el riesgo de contaminación bacteriana.

 4.   Higiene en la manipulación 

   -   Lavado de manos: Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de manipular alimentos.

   -   Utensilios y superficies limpias: Asegurarse de que los utensilios, tablas de cortar y superficies de trabajo estén limpios y desinfectados para evitar la contaminación cruzada.

 5.   Transporte seguro 

   -   Uso de contenedores aislados: Si es necesario transportar alimentos, se recomienda utilizar contenedores térmicos o bolsas isotérmicas para mantenerlos a temperaturas seguras.

   -   Minimizar el tiempo fuera de refrigeración: Reducir el tiempo que los alimentos permanecen a temperatura ambiente. Lo ideal es que no superen las 2 horas fuera del refrigerador, o 1 hora si la temperatura ambiente es superior a 30°C.

 6.   Evitar la 'zona de peligro' 

   -   Conocimiento de la zona de peligro: La zona de peligro para el crecimiento bacteriano está entre 5°C y 60°C. Mantener los alimentos fuera de esta franja de temperatura tanto como sea posible.

   -   Alimentos calientes: Mantener los alimentos calientes por encima de los 60°C hasta que se sirvan.

 7.   Control de humedad 

   -   Almacenamiento en recipientes herméticos: Mantener los alimentos en recipientes sellados para evitar la absorción de humedad, lo que podría favorecer el crecimiento de bacterias o moho.

 8.   Consumo rápido 

   -   Evitar almacenar durante largos períodos: Si es posible, consumir los alimentos preparados en un plazo de 3 a 4 días para minimizar el riesgo de deterioro.

Seguir estos pasos ayuda a prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y asegura que los productos se mantengan frescos y seguros para su consumo, incluso en climas cálidos.


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