La exposición a altas temperaturas, como las que se están registrando en las últimas semanas puede ocasionar golpes de calor y deshidratación en las personas, pero son los más pequeños los que más afectados pueden resultar.


Golpes de calor


SIGNOS

Las pediatras Stefany Blacutt y Samantha Salvini indican que algunos de los signos que pueden alertar de un golpe de calor y deshidratación incluyen: el cansancio, la irritabilidad, llanto sin lágrimas, lengua seca, fatiga, cuerpo caliente sin transpiración -que se conoce como sudoración seca- e incluso calambres.

La emergencióloga Neysi Surriabre añade que la frecuencia y la cantidad de orina disminuye con la deshidratación, por lo que también es un indicador para tomar en cuenta, tanto en bebés y niños, como en adultos.

Blacutt explica que los niños transpiran más que los adultos, por lo que se deshidratan más rápido, además que, a veces, por jugar se olvidan de hidratarse adecuadamente, por lo que los papás deben estar atentos.

QUÉ HACER

Lo primero será llevar a los niños -o a la persona afectada por el golpe de calor- a un lugar fresco, señala Salvini. El ambiente puede estar enfriado mediante un ventilador o un acondicionador de aire. Blacutt indica que los pequeños, incluidos los bebés pueden estar en este tipo de ambientes; aconseja no abrigarlos en exceso. La pediatra señala que, en un lugar con aire acondicionado o ventilador, los chicos pueden usar ropa de algodón, como un pantalón; pero si los bebés están en lugares sin ventilador o acondicionador de aire pueden estar tan solo con el pañal.

También, producto de la exposición al calor, puede producirse fiebre. Blacutt y Salvini recomiendan un baño con agua tibia, más fría que caliente. Blacutt señala que es normal que se produzcan escalofríos durante esta ducha, puesto que la temperatura del cuerpo es más elevada que la del agua, por lo que los papás no deben asustarse y más bien continuar con la ducha por, al menos, 20 minutos, tiempo en el que el cuerpo comenzará a responder.

Agua

Debe ofrecerse agua a los niños para rehidratarse, suero, llamado de la vida; líquidos claros, como jugos de frutas con agua. Surriabre y Blacutt coinciden en que las bebidas isotónicas son una opción, pero Salvini las descarta, porque señala que las que se comercializan en Bolivia no tienen los componentes necesarios, por lo que recomienda el suero en su lugar. En lo que las médicas coinciden es que las gaseosas, los energizantes y las bebidas azucaradas no son buenas para estos casos, porque deshidratan más.

En el caso de los bebés menores de seis meses la opción es aumentar la frecuencia de la leche materna. Las pediatras descartan que se les administren infusiones, jugos o agua. Recomiendan solo darles a beber leche.

Niños jugando

ALERTA

Sin embargo, puede suceder que los signos antes descritos pasen desapercibidos y tanto el golpe de calor, como la deshidratación avancen, entonces los efectos incluyen: dolor de cabeza, hipotensión arterial (presión baja), taquicardia, confusión o alteración neurológica, explica Surriabre. En estos casos es necesario acudir al médico de inmediato, pues la rehidratación deberá hacerse por vía endovenosa.

Salvini refiere que una deshidratación severa puede ocasionar desmayos y alteraciones de consciencia. Aconseja no realizar demasiado ejercicio en el calor y menos aún en exposición al sol. Blacutt y Surriabre advierten de lesiones en la piel ocasionadas por sol y el calor. La primera indica la pasta de agua para tratar algunas de estas, como el pitaí -erupción cutánea producida por el calor-.

Las médicas recomiendan reducir la exposición al sol entre las 10:00 y las 16:00, que es el horario en el que el calor es mayor. Durante el resto del tiempo, los chicos deberán usar prendas frescas, camisas o poleras de mangas largas, bloqueador solar con factor de protección de 50 y un sombrero o una gorra también como protección.

En el caso de los adultos, muchos deben trabajar al aire libre, por lo que además de lo aconsejado para los niños, Surriabre, señala la necesidad de periodos de descanso a la sombra e insiste en el consumo frecuente de líquidos.

LO QUE SUCEDE

Cuando una persona se deshidrata pierde sales, como potasio, sodio y magnesio. Surriabre explica que la concentración adecuada de los electrolitos, como también se los conoce, ayuda en el funcionamiento cardiaco, muscular y del metabolismo, así como llevar adecuadamente los nutrientes a las células. Si estos electrolitos se pierden, aparecen los calambres, se altera la frecuencia y ritmo cardiacos, pero también la presión arterial y los nervios.