Como afirmaba Cicerón, "la gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás". De acuerdo a múltiples estudios, ser agradecido puede transformar tu cerebro y crear un estado mental más positivo y feliz.

Raquel Marín, neurocientífica y autora de 'Pon en forma tu cerebro', contó a detalle al medio español Cadena SER los beneficios de dar las gracias. Explicó que la gratitud es un sentimiento que depende del pensamiento.

Según la especialista, detrás del agradecimiento se activan mecanismos como la toma de decisiones, la empatía, y conlleva un sinfín de beneficios como la autoestima, el equilibrio social o la reducción del estrés. El agradecimiento está relacionado con una sensación de bienestar, de buena vida, e incluso "puede contribuir a reducir el efecto de enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer".

La neurocientífica expone que hay investigaciones que demuestran que, cuando la gratitud es elegida personalmente, el cerebro se ve beneficiado porque se activan funciones relacionadas con el bienestar intelectual. Por el contrario, cuando alguien se ve obligado a agradecer, no se activan las mismas regiones cerebrales y esos beneficios cognitivos desaparecen.

Marín comenta la existencia de un estudio en el que varias personas donaban dinero de manera anónima para ayudar a otros que sufrían con dolores crónicos. Entre los resultados, se observó que la sensación de gratitud de esas personas era más elevada de lo normal.

“La sensación de sentirse útil para la sociedad refuerza el sentimiento de sentirse necesario para el mundo y refuerza el sentirse bien con uno mismo”, precisó. Por otro lado, cuando el individuo se aísla de la sociedad, se reduce la longevidad de la persona y se produce una merma intelectual y emocional.

Cuenta que las personas tienden a ser más agradecidas con desconocidos que con gente de su círculo cercano. "Cuando tienes confianza con alguien te olvidas de lo agradecido que deberías estar", afirma. Sin embargo, serlo con una nueva persona genera un pico placentero novedoso que resulta más gratificante, explica.

Ser agradecido se puede entrenar, así lo afirma Marín. "Es una cuestión social, hay culturas donde el agradecimiento está más medido". Para la neurocientífica no cabe duda de que conviene trabajar el agradecimiento porque, gracias a él, las personas se sienten más fuertes y menos vulnerables. "Siempre aconsejo que conviene decir gracias en muchos idiomas", asegura.

(Fuente: Cadena SER)

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