La educación ambiental es más que unas clases sobre la naturaleza. Explora las actitudes que contribuyen a respetarla, cuidarla y tomar decisiones que ayuden al medio ambiente. El Día Mundial de la Educación Ambiental recuerda que cada pequeña acción para proteger el planeta es valiosa y marca la diferencia para un futuro más verde y saludable.

En Bolivia, el Día mundial de la Educación Ambiental es una oportunidad para destacar los esfuerzos locales en la promoción de la conciencia ambiental. El país cuenta con una diversidad natural única, desde sus impresionantes paisajes hasta su rica biodiversidad, lo que hace que la educación ambiental sea aún más crucial para su preservación.

Un informe difundido por la plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC) resalta la vulnerabilidad de Bolivia frente a la crisis climática. El país se encuentra entre las regiones más afectadas.

El informe subraya la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 48% antes de 2030. También destaca los impactos específicos en Bolivia, como cambios en la producción de alimentos y desplazamientos de especies. En este escenario, la importancia de la educación ambiental se vuelve más que necesaria. 

Las comunidades bolivianas han estado trabajando activamente para integrar la educación sobre el cuidado del medio ambiente en sus programas educativos y actividades cotidianas. Desde proyectos locales hasta iniciativas gubernamentales, se busca inculcar valores de respeto hacia la naturaleza y la importancia de su conservación en las generaciones presentes y futuras.

Sin embargo, persisten desafíos, como la necesidad de garantizar un acceso equitativo a la educación ambiental en todo el país y fortalecer las políticas que fomenten prácticas sostenibles en todos los niveles de la sociedad boliviana.

Para Lorena Suárez, docente de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS) en temas ambientales explica que la educación ambiental en nuestro país, avanza a paso lento y no como se espera. Resalta que existen instituciones, empresas y unidades educativas tanto públicas como privadas, que buscan distintas alternativas, estrategias o prácticas que traten de mejorar la calidad del medio ambiente.

“La sociedad no está respondiendo a sus acciones con una mejor educación ambiental” asegura y agrega que la educación ambiental no solo es un día al año, sino que es un compromiso diario. 

Dentro de los desafíos pendientes, Suárez señala que el problema es la falta de conocimiento de la legislación, la falta de conocimiento y control de los procedimientos con respecto a residuos, de prácticas como la tala de árboles, los incendios forestales, la caza de animales silvestres y la explotación ilegal de recursos naturales, entre los principales.

Suárez observa una falla entre la teoría y la práctica y el seguimiento de las mismas. “Los niños aprenden una cosa en el colegio y otra cosa en la casa y su entorno social, entonces existe un doble lenguaje y esto puede generar confusión en los niños que son la futura generación en nuestro país”.

La académica considera que la educación ambiental debe ser impulsada de manera conjunta e involucrar a todos los actores para que pueda existir una comprensión y aplicación de lo que se enseña y que deben contar con un presupuesto específico para darles sostenibilidad.

Iniciativas público-privadas

Una contribución significativa a la educación ambiental en Bolivia proviene de WWF-Bolivia, que posee una plataforma integral. Este recurso online no solo proporciona información clave, sino que también sirve como un espacio para la interacción entre educadores, estudiantes y padres de familia.

La plataforma incluye herramientas didácticas y actividades interactivas para fomentar la conciencia sobre el impacto humano en el planeta, incluyendo datos clave y el calendario de actividades de los Centros de Educación Ambiental a los que apoya el proyecto, entre ellos el Centro de Educación Ambiental Municipal de Santa Cruz, Espacio Interactivo Memoria y Futuro – Pipiripi, Centro de Educación Ambiental Pantanal, Centro de Educación Ambiental Municipal Bientefué y el Centro de Educación Ambiental CIBIOMA.

En una iniciativa conjunta entre el Gobierno nacional y UNICEF, se busca impulsar la educación ambiental en el país con una estrategia que abarca diversas políticas, centrándose especialmente en su promoción en todas las escuelas. La propuesta incluye la capacitación de educadores, la creación de materiales educativos y el estímulo a la participación de niños y jóvenes en la siembra de árboles a lo largo del territorio nacional.

La Gobernación de Santa Cruz no solo ofrece cursos de educación ambiental para niños, sino que también organiza recorridos guiados en el sendero ecológico, actividades en huertos y viveros forestales. Estas experiencias incluyen juegos ambientales, charlas, videos y métodos de enseñanza activa. Se realiza cada vacación de invierno y verano. Los niños aprenden sobre biodiversidad, áreas protegidas, bosques y agua, entre otros temas, según información disponible en la página oficial de la Gobernación de Santa Cruz.

Bosque Escuela es una iniciativa para crear conciencia ambiental en niños. Una vez al mes, los pequeños se reúnen para aprender sobre deforestación, pérdida de biodiversidad, sequías y otros factores que inciden en el cambio climático. Se trata de una metodología de aprendizaje vivencial de la Fundación El Llamado del Bosque, que busca aportar a la educación integral mediante talleres didácticos diseñados para niños de entre seis y doce años.

Finalmente, Manitos en Acción es un programa de la Secretaría Municipal de Medio Ambiente y Servicios del Gobierno Autónomo Municipal de Montero que busca crear conciencia ambiental en los niños.

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