A seis años del centenario de su servicio en San Javier, los sacerdotes franciscanos Victorio da Silva y Hugo Carrasco culminan su labor evangelizadora en tierras chiquitanas. Desde el 6 de febrero, la orden Diocesana asumirá la atención de la iglesia católica local.

Los franciscanos llegaron a San Javier en 1930, heredando la labor evangelizadora iniciada por los jesuitas en 1691. Su legado se destaca por la meticulosa restauración de los templos misionales, basada en una profunda investigación documental.

Tras la partida de los jesuitas en 1767, el Clero Diocesano Cruceño se encargó de las misiones de Chiquitos. Ahora, con la partida de los franciscanos, la historia se repite y la orden Diocesana retomará la posta en San Javier.

El obispo de la provincia Ñuflo de Chávez, monseñor Antonio Bonifacio Reinman, presidirá la ceremonia de entrega oficial de la iglesia el próximo 6 de febrero. En el marco de la celebración, se rendirá homenaje a los franciscanos por su invaluable servicio a la comunidad.

Las autoridades municipales e instituciones locales también expresaron su agradecimiento a los sacerdotes salientes. Reconocen su entrega y compromiso con el desarrollo social y cultural de San Javier.

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