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Las hamacas se convierten en las camillas de los que necesitan recibir sueros y asistencia en medio del fuego que azota a las comunidades. Los asientos improvisados y la sombra de los árboles se vuelven salas de atención para medir la presión arterial y hacer la revisión médica. En los hospitales, las consultas por problemas relacionados con el humo copan los servicios.
Los pobladores reciben suero hasta en hamacas que sirven de camillas
Los bomberos y las familias requieren constantemente atención, porque hay lugares donde la humareda los hace llorar. Intoxicación, conjuntivitis y problemas respiratorios, son los males que llevan a la gente a la consulta médica.
Concepción es uno de los municipios más golpeados, por lo que diariamente las brigadas médicas se desplazan hasta las comunidades que están azotadas por las llamas.
Bomberos tratan de contrarrestar el cansancio y el desgaste. Foto: Hospital de Concepción
Las atenciones se hacen las 24 horas, pues los bomberos que están combatiendo en primera línea necesitan asistencia. En las noches se ayudan con linternas que utilizan en la cabeza para colocar colirios y dar alguna atención rápida.
La voluntad de los bomberos es inagotable, pues hacen fila para nebulizar, porque ellos saben que tienen que cuidarse para seguir en la lucha.
La gente sale al paso de las brigadas, por lo que desde el mismo motorizado se extiende la mascarilla del oxígeno.
Hasta las sombras de los árboles sirven como sala de atención. Foto: Hospital de Concepción
El director del hospital César Banzer de Concepción, Jhonny Monje Tacana, informó que las brigadas se desplazan hacia las comunidades que están acechadas por el fuego.
La llegada del personal moviliza a las madres que, de inmediato, llevan a sus hijos para hacerlos atender. Los niños se tienen que acomodar en graderías o cualquier ambiente para recibir la nebulización y aliviar los males respiratorios que los aqueja.
“La humareda afecta a todas las personas, principalmente a niños y ancianos. Hemos atendido intoxicaciones (por la humareda), deshidratación de moderada a grave, irritación de ojos e infecciones respiratorias agudas”, indicó.
En el último mes, en el hospital se hicieron más de 300 atenciones de conjuntivitis, infecciones respiratorias e intoxicación por humo.
“Con nuestras brigadas hemos superado las mil atenciones que son registros día tras día en las comunidades”, dijo el director.
La última semana les ayudó una brigada del Sedes y del Colegio Médico, que también abasteció de medicamentos, pero necesitan ese apoyo de forma permanente, porque son grandes las necesidades de la población.
En este centro hospitalario se atendió el caso de un trabajador de una propiedad que terminó con quemaduras de segundo y tercer grado, que tuvo que ser derivado a un hospital de la capital cruceña. Esta persona estaba ayudando a combatir el fuego y lo sorprendió el cambio repentino del viento.
El drama que viven los que están en primera línea. Foto: Hospital de Concepción
Insisten en que la situación es crítica en varias comunidades. En Santa Mónica fueron evacuados niños y ancianos para precautelar su salud. Palestina, Villa Nueva, Río Blanco y otras están en emergencia.
Los incendios y la humareda también pasan factura a la salud en San Ignacio de Velasco. La exposición constante al humo y las altas temperaturas han provocado un incremento de los problemas respiratorios y otras afecciones.
El doctor Daniel Avellaneda, médico del hospital Julio Manuel Aramayo de San Ignacio, informó que el número de personas atendidas por problemas respiratorios y oculares se ha triplicado debido al humo. “Si antes había diez pacientes con bronquitis ahora estamos con 30”, señaló al indicar que los servicios en el área urbana están llenos, pero aún no están desbordados, excepto en los lugares de los incendios. Sin embargo, advierte que, si el fuego continúa, la capacidad de atención será sobrepasada.
En el hospital las consultas externas están al límite. Actualmente, se realizan más de 50 consultas diarias relacionadas con el humo. “Antes llegaban uno o dos pacientes intoxicados por humo, porque la gente acostumbra a cocinar con leña, pero ahora número de personas con problemas relacionados con el fuego copan las atenciones”, explicó el médico. Incluso, una persona se encuentra internada en estado grave debido a la inhalación de humo.
La gente acude a recibir atención médica al paso de las brigadas. Foto: Hospital de Concepción
Aunque los vientos del sur ayudaron a despejar un poco el ambiente, en el área urbana hasta el miércoles la visibilidad era de apenas 50 metros. “La concentración de humo era extremadamente alta y la calidad del aire peligrosa. Las personas con enfermedades crónicas, los niños, ancianos y embarazadas debían permanecer en sus hogares”, informó Avellaneda.
Por su parte, los bomberos trabajan en condiciones extremas, expuestos al calor y al humo. Las máscaras y equipos especiales son escasos, lo que pone en riesgo su salud. “Estamos luchando con lo que tenemos, pero cada día es más difícil”, dijo uno de los bomberos en San Ignacio de Velasco.
Desde Concepción enviaron a la Gobernación el pedido de declaratoria de desastre departamental por incendios forestales y sequía, determinado el miércoles por una asamblea interinstitucional.
El subgobernador de la provincia Ñuflo de Chávez, Carlos David Yabeta, dijo que ese fue el pedido unánime, por lo que se envió la solicitud al gobernador y a la Asamblea Legislativa Departamental.
De igual forma, en San Ignacio de Velasco señalan que la solución pasa por controlar los incendios, pero los esfuerzos son insuficientes ante la magnitud de las llamas. Ante esta situación, las autoridades locales han solicitado al gobernador en funciones que declare desastre departamental, con el fin de abrir las puertas a la ayuda internacional y reforzar las operaciones con apoyo aéreo.