De cuatro hectáreas de cultivos de coca registradas en la zona Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del Parque Nacional Amboró, los cultivos en el Amboró se han disparado aproximadamente a 20; sin embargo, la directora del parque, Andreína Tolavi, cree que pueden ser más de 30, entre nuevas y antiguas plantaciones, ya que no se han concluido las visitas a todos los puntos.

“Las nuevas hectáreas están en las comunidades 15 de Mayo y San Antonio, eso es en la zona ANMI, pero no hemos ingresado a la zona parque (de protección estricta)”, informó.

Román Vutrón, que trabajó como monitor ambiental en el Parque Amboró, aseguró que desde hace varios años ya se detectaban, por satélite, cultivos dentro del área parque.

“Si alguien lo informó, no es oficial. Voy a exigir que los de Umopar entren a la zona parque”, aseguró hace cuatro días Tolavi.

La preocupación de la entonces directora del área protegida nacional es que los cultivos encontrados están presionando el límite entre las zonas ANMI y parque. Además, reconoció que el incendio registrado en el Amboró tiene que ver con la preparación de la tierra para la coca.

Este martes 31 de octubre, estalló la noticia de la destitución de la directora que denunció. Para Andreina Tolavi, las autoridades nacionales "no quieren reconocer que hay un abandono a las áreas protegidas. Yo creo que se debe a la deficiencia, a pesar de la información que se les da. No quieren reconocer que hay un abandono", remarcó a EL DEBER. 

En el reporte especial de EL DEBER de días pasadosTolavi, además, dijo que el fuego registrado en zona ANMI ingresó por la zona de influencia (área de amortiguamiento), por el lado de Yapacaní, y que lamentablemente llegó al sitio de protección estricta. 

“Al ver que había descontrol del incendio, otros dueños de parcelas aprovecharon y se hizo un solo incendio unificado”, explicó.

Para ella, la quema tiene muchas explicaciones, entre estas, un conflicto social entre ganaderos y cultivadores de coca, que buscan la expansión. “En su mayoría son sindicatos agrarios, hablamos de la ‘Única’ (Csutcb).

Si bien hay platanales, plantaciones forestales legales, frutales, hay de todo, preocupa que la coca está junto a la zona parque, en el límite, y encima es difícil llegar, sobre todo en el tema de los candados”, confesó.

Según Tolavi, como dirección del parque uno de los puntos más complicados está en el municipio de Yapacaní, donde los sindicalizados ponen candados.

“El único lugar donde reconozco que no tengo total gobernanza es en Yapacaní porque hay candados en el mismo camino. Eso es de conocimiento público, es la única zona en la que nos cuesta, pero igual vamos en moto, caminamos”, admitió.

Jorge Landívar, exdirector del Amboró y de otras áreas protegidas, recordó que en 2017 planteó una propuesta para implementar tres puestos militares de control de recursos naturales en ese parque nacional.

“Todos querían esos controles y hubiéramos evitado esto de los cocales, ya que uno de estos tres puestos tenía que estar precisamente en el cruce a El Carmen Surutú, a pocos kilómetros de La Chonta, donde anteayer se encontraron 20 ha de cocales en el parque”, dijo.

Laboratorio de cocaína

En noviembre del año pasado, efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) intervinieron un laboratorio de cristalización de pasta base de cocaína, ubicado en el Sindicato Amboró, a dos horas del área urbana de Yacapaní, y dentro del Parque Amboró.

El laboratorio tenía una inversión de entre $us 200 a 250 mil y, según Saúl Espinoza, comandante de Umopar Chapare, se trataba de un laboratorio boliviano que llevaba un año operando. “Dieron la noticia de una fábrica, pero nunca nos comunicaron, ni dijeron en qué punto la encontraron, no nos dieron las coordenadas, no fui partícipe”, dijo Tolavi.

Según uno de los funcionarios del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), por la zona de las comunidades San Salvador y Urkupiña “hay un narco, de los capos de Yapacaní que ha comprado un montón de parcelas. Le dicen ‘el Flaco’, y siempre busca hacerse amigo de los directores del Amboró”, dijo desde el anonimato.

Mafias en zona estricta

En 2020, en plena pandemia, y en convenio con Mongabay Latam, EL DEBER publicó una investigación sobre la presencia de mafias en el corazón del Parque Nacional Amboró, que provee con el 35% del agua a la capital cruceña.

El Amboró “se encuentra plagado de sembradíos de la hoja de coca”, dijo en esa época el ex comandante de la Policía de Santa Cruz, Juan Carlos Ramos. “Y donde este producto esté presente, se encontrará la cadena del narcotráfico, como es el caso del transporte, la fabricación y comercialización de la cocaína”, agregó.

El informe de 2021 sobre erradicación de coca, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc), mostró la distribución porcentual de cultivos de coca dentro de cada área protegida afectada. 

De acuerdo al documento, el Parque Nacional Carrasco albergaba el 42% de los cultivos de coca; seguido por el Parque Nacional y ANMI Cotapata, con 17%; el Parque Nacional y ANMI Madidi, con 16%; el ANMI Apolobamba, con 15%; el Parque Nacional y ANMI Amboró, con 5%; y, por último, el Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure (Tipnis), con 5%.

“Las instancias internacionales, el mundo se va a enterar de que hay coca en los parques nacionales de Bolivia, pero insisto en que el fuego, la coca y el narcotráfico están acabando con nuestras áreas protegidas y parques naturales”, dijo el diputado de Creemos, Edwin Bazán.

Desde el Movimiento Al Socialismo también salen cuestionamientos. El legislador Hernán Hinojosa apuntó al INRA y a la ABT. “Hay falta de control y si las autoridades llamadas por ley no cumplen, pediré la destitución”, dijo.

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