La Pampa de la Isla muestra su desarrollo consolidando múltiples centros urbanos. Con 284.425 habitantes y 365 barrios, se alza como el segundo distrito con mayor crecimiento de la ciudad.

Fue creada el 14 de agosto de 1960 y se extiende en 1.700 hectáreas. El paso arenoso que servía de pascana para los que llegaban con ganado o con carga en los carretones queda en la memoria de los moradores más antiguos que fueron testigos del desarrollo de la zona que se muestra en la imponente doble vía a Cotoca, los emprendimientos y los centros urbanos en distintos barrios. A diferencia de otros distritos que tienen uno o dos núcleos urbanos, en la Pampa su expansión ha dado lugar al establecimiento de distintas centralidades, como la zona de Los Chacos, las avenidas Virgen de Cotoca y Virgen de Luján, Las Pampitas, Montecristo con el hospital municipal, El Bateón y otras que tienen su propio dinamismo.

El transporte de motocicleta ha tomado fuerza en este distrito, por lo que hay paradas establecidas. Foto: Fuad Landívar

La zona, cuentan los vecinos, empezó a gestarse con familias que llegaron un busca de un terreno y nuevas oportunidades de vida. Cuando los asentamientos se fueron consolidando, los vivientes comenzaron a luchar por mejoras. El primer colegio que se fundó fue el Pedro Áñez, que se construyó con ladrillos que regalaron tejeros que vivían en esa zona y luego se edificaron el Carlos La Torre y el Elvira Parada. La llegada de la energía eléctrica permitió hacer funcionar la cooperativa de agua potable.

Ahora hay mucha distancia entre los primeros barrios, como San Antonio, San Lorenzo y Las Pampitas, y los últimos que colindan con el municipio de Cotoca. El Bateón es el punto de partida hacia los nuevos asentamientos.

El movimiento es constante en los diferentes secotores del DM-6. Foto: Fuad Landívar

Diana Zelaya echó raíces y tiene una vida en esta zona. Llegó siendo una niña junto con sus hermanos y sus padres que compraron a un terreno en la zona de Los Chacos. Lleva 29 años como vecina de este barrio, donde formó su propia familia con otro pampeño, que conoció en el colegio El Arenal, donde ambos estudiaban y ahora se forman sus hijas. Asegura que la zona también brinda oportunidades de sustento, puesto que ella se dedica a la venta de desayunos y su esposo trabaja en el Parque Industrial, que es la puerta de entrada a la zona.

Ruth Flores (50) es testigo del crecimiento, pues ella vendía en la zona del matadero, donde ahora hay una imponente doble vía y se concentran las grandes cadenas de comida, entidades bancarias y negocios inmobiliarios, entre otros.

“Cuando era chica no vivía en la Pampa de la Isla, pero venía a vender afuera del matadero, todo era arena, uno caminaba y se enterraba hasta la rodilla en algunos sectores. Vendía ambientadores de movilidades, todo lo que podía, porque la gente llegaba de todos lados”, cuenta la mujer que sigue ambulando con su negocio por el sector del puente, pasando el trillo.

“Es otra ciudadela, ha progresado y ha crecido hartísimo, el desarrollo se muestra en los diferentes barrios. Yo nací en Cochabamba y me trajeron a Santa Cruz, por eso mis bebés nacieron y estudiaron aquí”, dice Ruth que recuerda que los  barrios eran llenos de monte, pero poco a poco los corrales de los animales fueron siendo reemplazados por construcciones de viviendas, incluso ahora se expanden también las urbanizaciones cerradas

Marco Antonio Justiniano, subalcalde del Distrito 6, calcula que esta ciudadela cuenta con más de 400.000 habitantes. Sin embargo, el Instituto Cruceño de Estadística (ICE) contabiliza 284.425 ciudadanos en la Pampa.

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