La tensión en el sector salud de Santa Cruz sube de tono. A las protestas iniciadas este martes por los trabajadores del Banco de Sangre, en rechazo a despidos masivos, se suman ahora los de todo el departamento.

Tras un ampliado departamental, el Sindicato de Trabajadores de Salud Pública de Santa Cruz determinó un paro de 24 horas para este miércoles, 17 de julio. La medida afectará la atención en hospitales y centros de salud de los tres niveles: municipal, departamental y nacional.

"No tenemos miedo, vamos a salir a las calles", advirtió Robert Hurtado, ejecutivo departamental de los trabajadores de Salud, en contacto con EL DEBER.

"Lamentamos el perjuicio a la población, pero no lo hemos creado nosotros. El único responsable es el secretario de Salud departamental, Marcelo Kramer, y sus asesores, que solo buscan ubicar a sus parientes y amigos en puestos de trabajo", agregó. 

La medida de presión de los trabajadores de salud busca reforzar el paro de 48 horas que acatan sus colegas del Banco de Sangre, quienes denuncian despidos injustificados en esta institución. 

Aseguran que existe una orden para despedir a 33 personas, de las cuales ya se han concretado más de 20. Aunque, desde la Gobernación afirman que solo se ha desvinculado a cinco trabajadores. 

El paro de 24 horas de este miércoles será movilizado. Según Hurtado, se concentrarán a las 8:30 frente a la Gobernación para exigir la recontratación de los despedidos del Banco de Sangre y frenar despidos en otros hospitales.

"Queremos estabilidad laboral. Si ellos quieren meter a su gente, que aprueben nuevos presupuestos, que lo hagan sin sacar a nadie. Eso no lo vamos a permitir", sostuvo Hurtado. 

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