Sale de una reunión de coordinación y de inmediato recibe el informe de un funcionario. Lo escucha y da la instrucción. Soledad Chapetón Tancara, la alcaldesa de El Alto, mantiene una agenda intensa. Ella gobierna una de las ciudades más contestatarias del país. Y lo hace con poca coordinación con el Gobierno central, es más, sin cruzar palabra con el presidente Evo Morales desde que asumió la Alcaldía alteña. Eso sí, de forma permanente recibe consejos de Samuel Doria Medina, el líder del opositor UN y adversario político de Evo.  

¿Cómo evalúa estos dos años y cinco meses de gestión?
Tenemos algo más de dos años de gestión. Es un reto muy importante, lo asumo como un reto, no es un trabajo fácil porque tiene sus altas y bajas, es decir, hay etapas en las que se presentan problemas y son aprovechados por sectores que intentan desestabilizar la gestión, pero también hay momentos gratificantes, en los que uno queda satisfecha con el aporte, con el trabajo y el tiempo que le dedica a esta responsabilidad. Cuando la población de a pie agradece la entrega de obras es un momento gratificante. 

¿Es difícil gobernar El Alto?
El Alto es revolucionario ante todo, es la esencia aimara que tenemos. No hay que olvidar que gran parte de nuestra población migró del área rural y los que hemos nacido acá en la ciudad obviamente tenemos en nuestras raíces esa esencia aimara. La ciudad de El Alto es revolucionaria y altamente demandante no solo por su esencia cultural, sino también por su necesidad, somos una ciudad joven con 32 años de vida y que creció rápidamente. Entonces, diría que en este tiempo de gestión, los primeros movimientos sociales que sucedieron responden a un interés político. La primera convocatoria de paro cívico en el primer día de gestión que tuve fue descartada por la sociedad civil, no se hizo caso a esa convocatoria, y eso marca el momento histórico de este municipio. Y esto quiere decir que antes de que lleguemos a esta institución los sectores estuvieron altamente politizados e influenciados. Esta Alcaldía municipal estuvo loteada por organizaciones sociales, hubo un cuoteo político que dificultó el avance de este municipio...

¿Se logró acabar con ese cuoteo?
Creo que hasta el día de hoy dimos un paso importante en el proceso de institucionalización y por dar ese paso, por sacar a esos grupos de lugares privilegiados, causaron movilizaciones y otras presiones, como intentar generar el incremento al contrato de recolección de basura.

Pero por suerte muchos de estos dirigentes ya están caducos, pero si bien hay movimientos que pueden tener la legitimidad de demandas sociales, muchas veces desvirtúan porque hay grupos minoritarios que intentan utilizar esas demandas legítimas con el fin de deslegitimizar la gestión, y creo que eso es una instrucción del partido de Gobierno, que quiere recuperar su bastión político como lo denominaron en algún momento...

¿Cree que la ciudad de El Alto fue o es bastión político del Movimiento Al Socialismo (MAS)?
Eso es indignante. El Alto no le pertenece a un partido político, sabemos que El Alto marca la política a escala nacional, pero de ninguna manera se puede permitir que un partido quiera atrincherar su militancia en una ciudad, mucho menos cuando esta ciudad no recibió por parte del Estado una retribución a pesar de que en 2003 le dio paso para gobernar. Si no hubiera sido El Alto no tendríamos nacionalización, no habríamos tenido ese cambio de estructura dentro del mismo Estado, y no ha tenido esta ciudad esa retribución en el tamaño que se esperaba. 

Pasaron alcaldes de diferentes partidos dirigiendo esta ciudad, ¿El Alto tiene alguna ideología partidaria?
Ese concepto de bastión político es indignante, y te lo digo como alteña. Definitivamente esta ciudad no le pertenece a ningún partido político, es un error que el MAS quiera adueñársela. Los alteños somos personas que generamos confianza, estamos muy influenciados con el tema político por estar al lado de la sede de Gobierno y porque esta ciudad crece mucho y rápidamente.     

¿El Alto ya se olvidó del MAS?
Yo creo que la democracia, de la libre elección de un líder político o de un partido político tiene un testeo más cercano a una elección democrática. Hay militancia del MAS en El Alto, es esa militancia encabezada por los concejales del MAS; los eternos dirigentes vecinales y de algunas organizaciones paralelas son los encargados de mantener o hacer crecer esa militancia del MAS. No puedo negar que tienen apoyo, pero sé que lugares a donde vamos y entregamos obras, la población nos pide más obras. Y nosotros les explicamos que la limitación presupuestaria nos obliga a este tipo de entrega de obras.

¿Es difícil trabajar con el Gobierno?
Es difícil, para mí fue difícil, incluso desde la susceptibilidad por la declaración del mismo presidente (Evo Morales) antes de las elecciones cuando manifestó públicamente que si ganaba esa mujer (Soledad Chapetón) no iba a trabajar con ella, desde esa susceptibilidad empieza la duda de que si lo hizo como líder político o como si realmente no quiere trabajar con una mujer, o no trabajar con una persona que no comparte con su afinidad política, son preguntas que nos hacemos...

¿Habló alguna vez con Evo Morales?
No, no hemos tenido la oportunidad de hacerlo. La única vez que lo vi fue cuando ingresé a una convocatoria de alcaldes del departamento de La Paz, sin ser invitada por cierto, tenía proyectos de alcantarillado y agua y escuché la convocatoria y en la puerta no me dejaron ingresar, pero la presión y el cargo hicieron que pudiéramos entrar. Pero creo que mucho depende de los delegados en diferentes niveles de decisión...

Entonces, ¿tiene relación laboral con los ministerios?
Con algunos ministros avanzamos bien, por ejemplo, en el tema de proyectos de alcantarillado y agua avanzamos de manera significativa, tenemos problemas con Epsas de forma recurrente, los operadores de estas instituciones tienen afinidad política y eso perjudica, pero el proceso administrativo, que es lo más complicado, tiene una celeridad importante. Hay otras áreas donde no pudimos avanzar...

¿Como cuáles?
Por ejemplo, insistí muchas veces para conversar con el Ministerio de Planificación para retomar un crédito que tenemos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se ha definido en una reunión para que nos hagan conocer su decisión. No hubo posibilidad de engranar, nunca me convocaron para que les explique sobre el crédito.

¿Y en tema de seguridad ciudadana se avanzó con el Ministerio de Gobierno?
Con el ministro (Carlos) Romero nos hemos reunido en dos oportunidades para tocar temas muy complejos y para dar celeridad a otros trámites, por eso creo que mucho depende de las personas que lideran estas áreas, cuando ellos tienen influencia político-partidaria nos frenan muchos temas. De hecho, las nuevas autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Agua tuvieron algún recelo con nosotros y afectó la gestión.   
¿Qué significa Samuel Doria Medina para Soledad Chapetón?
Samuel es muy importante. Además de ser el líder de mi ideología y de mi partido político, es un hombre que siempre respaldó lo que hacemos. En algún momento él indicó que me dejará sola porque es mi responsabilidad, pero le agradezco porque estuvo conmigo en momentos difíciles y críticos. Samuel me ayudó a resolver muchos temas. 

¿Cómo se ve después de 2020?
Mi mayor anhelo es seguir esforzándome para satisfacer a la población, no a los dirigentes. No lo voy a poder hacer de todas maneras, porque hay una gran demanda y recuerdo que un dirigente me dijo: “Nosotros somos insaciables”, y eso causa hasta una impotencia porque la gente necesita más de lo que se entrega. Tenemos que explicar (por qué los recursos) llegan una vez al año, se van en algunas obras y hay que esperar. Esa es mi limitación y pese a todo ello quiero cumplir la planificación que nos hemos trazado. Son cinco años de gestión y quiero quedar con la satisfacción de que cumplí con la gente, con el pueblo de El Alto. 

¿Cuánto requiere El Alto para atender las demandas que existen?
Tenemos un presupuesto de algo más de Bs 1.200 millones. El Alto necesita cuatro veces más que esos recursos para ir atendiendo las demandas básicas de los ciudadanos. Esta Alcaldía compartió responsabilidades para la dotación de servicios básicos con ese antecedente de demoras en las firmas de convenios, entonces se destapó la deficiencia presupuestaria en el municipio, pese a que Epsas debería generar inversiones para este fin, pero no lo hace.