Por decirle tontos a sus alumnos de entre cuatro y cinco años de edad, una profesora del nivel inicial de un colegio en la zona de Alto Obrajes de La Paz fue suspendida por tres meses de sus funciones, sin goce de haberes y sin posibilidad de volver a trabajar en esa unidad educativa.
Otros educadores en la ciudad de El Alto recibieron medidas sustitutivas a la detención por agredir verbalmente a los estudiantes con contenido discriminatorio.


Estos casos forman parte de las discriminaciones que existen en las escuelas y que en muchos casos pasan desapercibidas. Según el Viceministerio de Descolonización, de las 99 denuncias por discriminación recibidas en lo que va de año, 21 corresponden al ámbito educativo. El año pasado fueron conocidos 239 hechos, de los cuales 63 involucraron a centros de enseñanzas.
El viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, expresó su preocupación por esta tendencia y dijo que esto los ha obligado a centrar su atención en las escuelas. 


Desde octubre de 2010, cuando entró en vigencia la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, se han registrado 1.267 casos en todo el país, según cifras del Viceministerio de Descolonización. Los casos más frecuentes son por el aspecto físico, apariencia, procedencia y agresión verbal.  


Este año, al igual que los anteriores, el departamento de La Paz es el que lleva la delantera de denuncias sentadas en el territorio nacional, con 85; es seguida por Cochabamba y Santa Cruz, con cuatro cada uno; Beni, con tres; Pando, Potosí y Oruro, uno cada uno. 
Estas cifras hablan de los casos que buscan sanciones y se animan a hablar ante las instancias gubernamentales, pero hay otro grupo que engrosan el número de las víctimas que callan por desconocimiento o porque lo ven normal algunas situaciones.

Hostigadas
Giancarla C. (19) cargaba a su bebé en brazos mientras (el lunes) intentaba completar algunos trámites en la Dirección Departamental de Educación en Santa Cruz. La joven madre cursa el último curso de la secundaria y relató que su embarazo no fue problema para continuar asistiendo a la escuela, aunque este año tuvo que inscribirse en el turno de la noche porque durante el día cuida a su bebé. 


     La muchacha relató que tuvo una amiga que no corrió con la misma suerte, porque también quedó encinta y se vio obligada a abandonar los estudios presionada por algunos compañeros; inclusive un profesor le decía que no era posible que asista a clases con la barriga.  “Mi amiga dejó de ir al colegio y este año recién retomó las clases. Yo le dije que no haga caso y siga yendo, porque la estaban discriminando, pero prefirió dejar todo por un año y ahora volvió al sistema regular”, comentó la joven.
Existen otros casos en que los padres no se atreven a denunciar los abusos que sufren sus hijos en las escuelas, como el que vivió un papá que se animó a entregar dinero a los compañeros de aula de su hijo para que no lo molesten con el apodo de ‘cuatro ojos’. 


El exdelegado departamental de la Defensoría del Pueblo Hernán Cabrera afirmó que son muy pocas las personas que denuncian casos de discriminación, y muchos de los que se atreven después desisten  y se estancan.


Cabrera observa  un fenómeno contradictorio, porque mientras se dice que en el país existe mucha discriminación, la gente todavía no lo denuncia ante las instancias que corresponde. 
La subdirectora departamental de Educación, Albina Abasto, no comparte la idea de que ahora se produzcan más casos, sino que ahora se conocen más.

Una tendencia
Para el director general de Lucha Contra el Racismo, Leoncio Gutiérrez, los últimos tres años se mantuvo una tendencia de aumento de denuncias por discriminación en las escuelas.    
Explicó que el bullying que ocurre en los centros educativos es una discriminación entre pares, pero muchas veces caen en agresiones sicológicas y físicas. Estos hechos han producido expulsiones de estudiantes, tal como sucedió recientemente con cinco alumnos de un establecimiento en la ciudad de Quillacollo, en Cochabamba.


Gutiérrez enfatizó que en los últimos años encararon acciones preventivas, como la elaboración de reglamentos internos adecuados en cada unidad educativa. En todo el país más de 10.000 de las casi 17.000 unidades educativas cuentan con sus normas.


En otras instituciones asumen otras medidas, como la organización de brigadas estudiantiles de lucha contra el racismo y toda forma de discriminación, que está conformada por estudiantes de cada unidad educativa. A la fecha son unos 700 centros de enseñanza que cuentan con este tipo de brigadas.
La subdirectora departamental de Educación Regular de Santa Cruz destacó que han sido pioneros en este trabajo; desde 2015 se trabajó en las unidades educativas que eran consideradas de alto riesgo en racismo y discriminación. Dijo que 200 unidades educativas cruceñas conformaron las brigadas estudiantiles. 

Lidian con el problema
La lucha contra la discriminación es una tarea con la que deben lidiar a diario los maestros. Jimena Nina, que se graduó como profesora de lenguaje en 2011, y que trabaja reemplazando a profesores en la ciudad de La Paz, señaló que los estudiantes son crueles entre ellos.


Recuerda que una vez un adolescente se le presentó y le dijo: “Profe, mis compañeros no juegan conmigo, no se me acercan  porque no vengo bien vestido ni tengo dinero para el recreo”. Este estudiante precisamente venía de una familia desintegrada y no tenía posibilidades económicas. 
Este hecho provocó que esta maestra adapte su clase de lenguaje para enseñarles con un refrán que ella repite: “La vida no es eterna, se pierde como el viento”. Con esto orientó a los jóvenes que en cualquier momento se puede obtener o perder los bienes materiales. “Hay que enseñarles valores”, reflexionó.


Orlando Sixto Beltrán Castro es profesor de filosofía desde hace 10 años y admite que la discriminación racial es fuerte en las aulas. Entre los compañeros de curso resaltan sus orígenes. 
 “Trato de enseñar a mis estudiantes que somos rico en cultura, costumbres, tradiciones y que la belleza está en la diferencia de cada uno”, reflexionó Beltrán.


Simar Marquez Serrano aprovechó su experiencia como director distrital de Educación en la localidad de Minero, ubicada al norte de Santa Cruz, para escribir un ensayo sobre este tema, porque cree que cuando se habla de racismo y discriminación son conductas casi a ocultas, aunque están presentes en todas partes, pero pocos perciben que están siendo víctimas. Asegura que esto viene desde la casa, donde muchos padres de familia se relacionan con  sus hijos con calificativos de negro, choco o flaco. “Con eso ya estamos diferenciando y discriminando”, acotó.


Con este concepto, Marquez cree que los chicos se van cargados de paradigmas que son difíciles de desmontar en las escuelas, donde todavía hay profesores que reproducen estas situaciones. “Estamos luchando contra todo eso, porque la Ley 045 nos concede las atribuciones, por eso se hacen talleres y ferias para prevenir”, indicó.


En sus 22 años de ejercicio profesional presenció un caso en el que tuvo que intervenir, porque la profesora colocaba una tortuga a los alumnos que llegaban tarde a clases, y el que llegaba puntual le ponía un conejo. “Eso también se encuadra dentro de la discriminación, porque estamos poniendo etiquetas”, enfatizó.


De la misma manera Marilín Panozo, directora distrital de Educación de La Guardia, aseguró que las denuncias sentadas en su jurisdicción han sido derivadas a la Defensoría de la Niñez para que constate la veracidad de la acusación. Indicó que en el año y medio que ocupa el cargo, ninguna de las denuncias prosperó porque los hechos fueron solucionados con acuerdos.
El director departamental de educación, Salomón Morales, informó de que cuando se presentan casos de esta naturaleza hacen el seguimiento para trabajar en la erradicación de esa situación, por eso enfatizan en la capacitación educativa. 


Indicó que con la Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez llevan adelante planes y programas que aplican en su trabajo diario, donde incluyen temas como racismo y discriminación, acoso y bullying.
La autoridad, sin precisar en detalle, dijo que hay casos aislados que han sido atendidos.  

Hay debilidades 
En el Viceministerio de Descolonización señalan que la Policía ha creado una Dirección Nacional de Descolonización que permitirá que todas las estaciones policiales se conviertan en centros de denuncias.


Esta instancia cree que las secretarías técnicas de los comités departamentales, que dependen de las gobernaciones, no están funcionando regularmente. “Esta es una exigencia permanente, una necesidad urgente que no es atendida, protestó Leoncio Gutiérrez.
En este momento, muchas denuncias son sentadas en las representaciones departamentales de la Defensoría del Pueblo. 


El escritor Alfredo Rodríguez, que trabaja el tema de bullying y acoso en las escuelas, dijo que la discriminación en las escuelas obedece a múltiples factores, por lo que para revertir el problema se precisa de un abordaje interdisciplinario y de múltiples actores que no están precisamente en el ámbito escolar.


En criterio de Rodríguez, los medios de comunicación tienen un rol importante porque “mientras los programas de televisión en sus diferentes géneros continúen difundiendo contenidos prejuiciosos, estigmatizadores y fijadores de estereotipos, todo esfuerzo por educar a los niños en una lógica de respeto y de inclusión será poco fructífero”.


Lo mismo si se sigue estimulando el culto a la apariencia física y no tomen en cuenta a quienes no encajan en ciertos cánones y medidas, el prejuicio contra los niños y niñas con contextura robusta o demasiado delgada también se reproducirá en las escuelas.