Desde su fundación, nuestra ciudad contó con un sacerdote que oficiaba el servicio religioso a los cristianos y evangelizaba a la población nativa. En 1571 se erigió la Vicaría de Santa Cruz de la Sierra y el padre Fray Diego de Porres fue nombrado Vicario, que llegó a la ciudad y construyó el convento de La Merced. Junto a otros dos sacerdotes mercedarios inició un proceso evangelizador especialmente entre la población de origen itatín. 

La llegada de los padres jesuitas en 1587, promovida por el gobernador Lorenzo Suárez de Figueroa, dio más fuerza a la cristianización, ya que los jesuitas aprendieron las distintas lenguas nativas llegando a evangelizar gran cantidad de pueblos. En 1605 se erigió el Obispado de Santa Cruz de la Sierra, con un vasto territorio, que convirtió a la Iglesia cruceña en misionera como es hasta el presente. La evangelización se debía hacer en la lengua de cada pueblo y, gracias a esta labor, las lenguas de las distintas naciones indígenas se han preservado hasta la actualidad.

Santa Cruz de la Sierra se constituyó entonces en capital de Gobernación y sede de Obispado, fue el punto de partida que llevó la evangelización a todos los confines de su territorio, creando misiones, capellanías y doctrinas. En la ciudad capital estaba la Iglesia catedral, el convento de La Merced y la residencia de los padres jesuitas con una pequeña iglesia, denominada del Sagrario, en la esquina suroeste de la plaza, donde hoy se encuentra la Uagrm. Había una ermita, llamada de la Misericordia, con una imagen del Nazareno, lo que hoy es la capilla de Jesús Nazareno.

Una vez creada la República, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra fue creciendo y junto con ella se establecieron otras iglesias, como San Roque, San Andrés, la Capilla y San Francisco junto a un convento. Fue en la segunda mitad del siglo XX que la ciudad se expandió y nuevas parroquias se construyeron: la Santa Cruz, San José Obrero, Fátima, sobre el segundo anillo y pasando este, San Martín de Porres  y San Antonio. 

San Roque

En 1843, el padre José Andrés de Salvatierra -el mismo que luchó por nuestra independencia-  mandó construir a su propio costo una pequeña capilla en el barrio Chaparé, al suroeste de la ciudad. El barrio también era conocido con el nombre de La Pólvora, ya que en él se establecieron los cuarteles y la fábrica de pólvora durante la guerra de la independencia.

La capilla fue consagrada a Nuestra Señora del Patrocinio; sin embargo, en 1847 el P. Salvatierra decidió cambiar de santo patrono y se la consagró a San Roque, de quien él era devoto.  

El 16 de agosto de 1858 la capilla pasó a propiedad del Obispado de Santa Cruz y fue erigida como parroquia por el Obispo Agustín Gómez Cabezas i Sildo. San Roque se convirtió en la tercera parroquia de la ciudad  siendo su jurisdicción desde la calle Suarez de Figueroa hasta Paurito al sur y Porongo al oeste. La pequeña capilla fue mejorada, se construyó la casa parroquial gracias a la contribución de los feligreses. 

En el año 1882, un devoto de San Roque, el Sr. Teodoro Sánchez de Bustamante Otero, financió la reconstrucción de la capilla. El nuevo templo se construyó, según el plano realizado por el ciudadano austriaco David Cronenbold, y la obra fue ejecutada por los constructores italianos José Carlo y Bernardino Cadario Belli. La fachada cambió, se la construyó en cal y ladrillo con un campanario en el centro. La campana fue donada por el mecenas Sánchez de Bustamante. 

El interior del templo mantuvo la estructura maderera tradicional cruceña, con tres naves. El 16 de agosto  de 1892, el obispo monseñor José Belisario Santistevan lo inauguró celebrando una misa pontifical. 

El año 1940, siendo párroco el P. Fulgencio Pozuelo, el templo fue refaccionado y la torre del campanario aumentó su altura en dos bloques más, en el último de ellos se le colocó el reloj que había estado en la catedral, como se encuentra en la actualidad. En el año 2000, la feligresía de San Roque, junto con el párroco P. Raúl Arrázola, restauró el templo. 

En la actualidad San Roque está a cargo de los Misioneros Redentoristas, congregación a la que pertenecía nuestro pastor Julio Terrazas (1936-2015), arzobispo de Santa Cruz de la Sierra y cardenal en Roma. La congregación de Santísimo Redentor ha hecho de San Roque no solo una parroquia, sino fundamentalmente una comunidad de creyentes. La devota y sacrificada feligresía de San Roque, ha embellecido su iglesia, para celebrar los 170 años este 16 de agosto.