Con una emotiva historia, Carolina Suárez (42) comparte la inesperada noticia de su cuarto embarazo, que llegó como una sorpresa mientras la familia había decidido cerrarle la puerta a la maternidad.

A pesar de los miedos y la ansiedad, Carolina encuentra en su fe y en los recuerdos de su abuela, el consuelo y la esperanza que necesita.

A medida que se prepara para recibir a su hija, reflexiona sobre el cambio en su vida y la alegría que esta nueva llegada traerá a su familia, reafirmando que cada hijo es una bendición divina que enriquece la vida de sus padres.

¿Este embarazo le llegó de sorpresa?

Fue una total sorpresa; oficialmente habíamos decidido cerrar la fábrica y quedarnos con nuestros tres varones. Ya éramos un “familión” y nos sentíamos completos con nuestras tres bendiciones.

- ¿Qué se le vino a la cabeza cuando se enteró?

Mi cabeza voló; primero me asusté mucho porque hacía seis meses me había sometido a una operación, me sacaron una hernia y me cerraron la diástasis que la tenía muy abierta por la hernia. 

Fue una operación larga que tuvo también una larga recuperación. Tenía miedo por la edad y porque ya era mi cuarto embarazo. Pero al mismo tiempo, no dejaba de pensar que hace dos meses mi abuelita había partido a la presencia de Dios y ella siempre me decía que no me quedara sin mi hija mujer; era su sueño. 

Al recordar sus palabras, muy adentro mío sentía que Dios me estaba mandando lo que siempre había soñado.

- ¿Costó asimilar la noticia?

Nos costó mucho; había muchos sentimientos encontrados, había miedos, pero también confiaba en Dios, que Él era quien tenía el control. Y si lo había dispuesto en mi vida, iba a ser perfecto.

- ¿Cómo le está cambiando la vida su bebé?

Todo ha modificado; nos ha movido por completo el piso. He pasado de ser una mamá de adolescentes y preadolescentes a volver a comenzar de cero con la bebé. Eso era lo que más me hacía pensar; no quisiera descuidar a ninguno en sus etapas. 

Creo que es la preocupación de toda mamá: estar presentes para todos en cada etapa. Y claramente tendré que convertirme en mamá pulpo, pero estoy con mucha ilusión. Gracias a Dios, mis hijos tienen un padre muy presente que se da el tiempo de estar en todas sus actividades y es una parte firme en su rol de paternidad; es una bendición.

- ¿Se aferró a Dios?

Mi vida siempre está aferrada a Él, y aunque el shock de la noticia me hizo temblar, mi humanidad de querer tener el control me ganó al principio. Pero sabía que sus caminos no son los míos y que su voluntad en mi vida iba a traerme solo bendición; de eso no tenía dudas.

- ¿Cómo se ve de mamá de una niña?

Eso me lo imagino todos los días y no logro armarlo en mi cabeza; me parece un sueño. Soy la única mujer de mis hermanos y primos; Dios me envió tres hijos hombres. Primero, tener una hermana mujer fue el sueño de mi vida, y luego una hija, pero Dios me envió sobrinas que amo como hijas. Y lo que no sabía era que Él tenía preparados otros planes para mí.

- ¿Será una bebé fashion como la mamá?

Sara, desde la barriga, ha sido muy bendecida; eso no me hace dudar ni un segundo de que es una pequeña que ya viene con una estrella especial. El cariño que sentimos es algo sobrenatural, y con los detalles que recibe todos los días, no me queda duda de que nos hará babear.

- ¿Cómo se está cuidando? ¿Sigue impecable?

He tomado mucha conciencia en este embarazo; no ha sido fácil. Tuve amenaza de aborto al principio por un mioma. Por mi operación, tenía que ser más consciente con mi alimentación. 

Desde el día uno asumí la responsabilidad de alimentarme con muchas verduras, frutas y una dieta baja en carbohidratos, sin grasas ni comidas chatarra (tampoco las deseé). Además, estoy tomando todas mis vitaminas prenatales recetadas por mi doctora, y he sentido que todo ha valido la pena.

Carolina Suárez rodeada del amor de su esposo /Foto: María Victoria Bruun

- ¿Cuál ha sido el deseo más extraño que ha tenido?

Este embarazo he estado muy dulcera, y yo por lo general no soy. Claro que siempre decidí tener opciones saludables y dulces para reemplazar esos antojos.

- ¿Qué les dice a esas mamás que están atravesando lo mismo que usted?

Los hijos siempre son una bendición; son el regalo divino del cielo, una encomienda de Dios para nuestras vidas. Aunque el miedo está presente, aceptar su voluntad con amor es fundamental. Dios acomoda todo, sabe por qué y cuándo. Creo que nuestro rol en esta tierra es vivir bajo su voluntad. El gozo de ser obedientes a lo que Él tiene preparado en nuestras vidas es lo que nos hace vivir en gracia y paz.

- ¿La maternidad puede ir de la mano de los sueños?

Definitivamente; la maternidad es el acto más sublime para el ser humano y solo Dios nos puede conceder los sueños. Nuestros sueños deben ir siempre de la mano de la fe, que es la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que no se ve. Quien sueñe con ser madre no pierda la fe y se aferre a ella.

- ¿Cree que los tiempos de Dios son perfectos?

No me cabe duda.

Carolina Suárez /Foto: María Victoria Bruun