La Navidad es una época de amor, reflexión y tradiciones. Cuatro mujeres destacadas, cada una desde su espacio personal y familiar, comparten cómo viven esta festividad a través del armado de sus arbolitos navideños, una actividad que va más allá de lo estético para convertirse en un ritual lleno de significado.

La exreina de belleza y empresaria María Teresa Roca afirma que el armado del árbol navideño en familia es una oportunidad para reflexionar sobre los valores esenciales de esta época.

 “Para mí, lo más importante de esta fecha es el perdón, el amor y la reconciliación. Es un momento para dejar atrás rencores y abrazar la paz y la unidad”, comparte.

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Roca aprovecha este tiempo para conversar con su familia sobre cómo incorporar esos valores en su día a día. “Adornar el árbol es más que una tradición; es una forma de conectar con nuestros seres queridos y recordar lo que realmente importa en la vida”, reflexiona.

La influencer Anahí Zambrano resalta la historia que acompaña a su árbol, un símbolo que ha pasado por generaciones en su familia. “Junto a mi madre y mi nana actualizamos su decoración cada año; pero siempre mantenemos la esencia clásica de la Navidad”, dice con cariño. Para ella, este árbol representa las tradiciones familiares que se mantienen vivas con amor.

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Mientras que la presentadora de televisión Paola Coimbra opta por árboles naturales que, con el tiempo, terminan siendo parte de su jardín, donde algunos ya tienen más de 15 años. 

Esta tradición también incluye un toque especial de herencia: “Adorno el árbol con campanitas checoslovacas que me regaló mi madre. Planeo dejarles a mis hijos unas campanitas de cristal como legado familiar”, cuenta Coimbra.

Cada año, los detalles del árbol cambian. Este año, la temática será dorada con copos de nieve, una propuesta que realiza con la ayuda de su hija Fabianne, quien considera que la estrella es el adorno más especial.

​A esta lista se suma la asesora de imagen y protocolo Lilibeth Quiroga destaca el significado detrás de cada adorno de su árbol. Con piezas adquiridas durante sus viajes y un adorno especial de su madre de intercambio en Estados Unidos que tiene más de 40 años, Lilibeth personaliza cada Navidad.

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 “Soy la única que decora el árbol, es mi momento personal de disfrute y creatividad. Lo armo desde el 15 de noviembre y lo dejo hasta el 10 de enero”, comenta emocionada.

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