En julio de 2006, en un pabellón de la Expocruz tuvo lugar el concurso Miss Bolivia, en el que resultaron ganadoras Jéssica Jordan, para Miss Universo; Ana María Ortiz, para Miss Mundo, y Pamela Justiniano, para Miss Internacional. Desde antes que empiece ese certamen hubo buena química entre las tres orientales, se llevaban bien y después que terminaron sus reinados siguieron en contacto. 

Pasaron 15 años y este trío de bellezas no quiso que la fecha pase desapercibida. Decidieron reunirse, darse unos días de vacaciones y recordar sus años de misses.

Ana María las invitó a su ciudad natal, Trinidad, donde les ofreció un programa de actividades recreativas, paseos por los ríos y lagunas, andar en moto por la ciudad y comer pescado y otros platos del lugar.

No la pensaron dos veces. Aceptaron, y Jessica, que vive entre Huaracaje y Santa Cruz, se fue a la capital beniana. Lo mismo hizo Pamela, agarró su maleta y se fue a alcanzarlas.

Y como compañeras de lujo las visitantes llevaron con sus hijas pequeñas. Ana María las esperó en el aeropuerto con flores y así empezó la celebración.

Las visitantes conocieron el famoso desayuno beniano, que incluye bife, huevo frito, masaco de yuca y plátano y otras exquisiteces.

Una de las excursiones que no olvidarán fue navegar por el río Ibare, que queda cerca de Trinidad y donde se pueden observar a los bufeos.

El último día de la visita, Ana María aprovechó la presencia de sus amigas para bautizar a su hija menor, Luciana Shriqui, y seguir celebrando. En esta ocasión cambió el menú, la anfitriona preparó una paella para cerrar el encuentro.

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