Este jueves saltaron las alarmas en las redes sociales luego de que Elmer Hermosa, miembro fundador de los Kjarkas, compartiera una fotografía de él abrazando a una joven. Ella tiene tatuado el nombre de la banda en el brazo izquierdo.

Algunos de los fans de la agrupación folclórica creyeron que la mujer de cabello rojo podía tratarse de una conquista del 'picaflor' del conjunto. Resultó que la señorita es una gran amiga de la familia Hermosa, tan fanática de su música que llegó a pintarse nombre del grupo en la piel. La fotografía fue tomada el 23 de junio en el aniversario del grupo.

En una entrevista con EL DEBER, Paola Mejía, (la joven de la foto) confesó que su fanatismo por los Kjarkas comenzó gracias a su madre cuando era una niña. "Mi mamá organizaba eventos, en los que compartían mucho, entonces se volvieron buenos amigos. Incluso luego de la muerte de Ulises, el mayor de los artistas, nosotros le dejábamos flores en el cementerio.

"Yo soñaba con conocerlos y cuando fue posible, gracias a Ninette Navarro, esposa del charanguista Makoto Shishido, fue un sueño hecho realidad, porque son los músicos tradicionales más talentosos del país", expresó. 

Luego de esa experiencia, Mejía fue invitada a todas las reuniones del grupo y se volvió parte de la familia. "Mi 'tío Satita' (Elmer) me puso el apodo de Puka (rojo en quechua), por el color de mi cabello", compartió.