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El motivo de esta separación se habría dado luego de que la actriz encontró en el celular de su novio, “material que la perturbó”.
Stephanie Alvarado, la Señorita Santa Cruz 2024, decidió alzar su voz y contar un duro momento que vivió este año. Ella hizo público su dolor en sus redes sociales.
“Han pasado meses desde aquella noche de agosto, una noche que marcó mi vida para siempre. Quiero comenzar diciendo que se hizo la denuncia correspondiente y seguí todos los pasos necesarios. Este es un proceso oficial, que está siendo investigado por la fiscalía, y confío en que la justicia hará su trabajo”, comenzó en su publicación de Instagram.
Ella confiesa que, esa noche, tres sujetos le arrebataron algo que es suyo por derecho. “Mi cuerpo, mi paz, mis sueños, y gran parte de mi alegría por vivir. Sin embargo, no se llevaron todo. Dejaron un trauma profundo, noches interminables sin dormir, un miedo constante y un vacío que no puedo explicar con palabras”, confesó.
La reina de belleza explicó que no lo contó antes, ¿por qué? Simplemente por miedo, por vergüenza, por esa necesidad de protegerse como figura pública y evitar polémicas.
“Me aislé del mundo, bajé 8 kilos en apenas cinco días, enfrenté dos cirugías y me sumí en una profunda depresión. Cerré mis redes sociales y me aparté de todos. Fueron meses oscuros, cargados de un dolor indescriptible”.
Sin embargo, hoy decide no callar más. Hoy sale de ese silencio porque no está dispuesta a rendirse. Aunque esta experiencia la rompió, tiene un motivo más fuerte que todo el dolor: su hijo, Lucas.
“Sé que algunos se preguntan: ‘Si estás mal, ¿por qué salís?’ Y quiero que me crean cuando les digo que salir para mí es mucho más complicado que quedarme en casa. Salir significa enfrentarme a mis miedos, lidiar con las miradas, los recuerdos y el peso de lo que viví. Pero ya estuve encerrada demasiado tiempo. Salgo porque estoy tratando de sanar, porque quiero reconstruirme por mí y por mi hijo. No es fácil, pero es necesario”, aseguró.
Stephanie afirma que, mientras lleve una banda o una corona, tiene una responsabilidad: ser una voz para todas las mujeres que han pasado por esto o algo similar.
“Hoy quiero que sepan que no están solas. Ninguna de nosotras es culpable de lo que nos hicieron. Hoy rompo el silencio porque es momento de sanar y ayudar a sanar. Recordemos que somos fuertes, valientes y dignas”, finalizó la Miss.
Este testimonio resalta la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo, así como el valor de enfrentar el miedo para superar los traumas y contribuir al bienestar colectivo.