El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 72 años, y su esposa Jill Biden, se instalaron en la Casa Blanca a principios de año acompañados únicamente por sus perros Major y Champ, que se comportaron muy de acuerdo a su naturaleza perruna, causando algunas incomodidades a sus amos. Ahora, los canes deberán aprender a convivir con los numerosos extraños que visitan la residencia oficial y, además, con un gato, que se une al clan Biden.


"Sí, es cierto", dijo la primera dama cuando le consultaron sobre su nueva mascota en el programa Today de NBC.

Y es que la llegada de un primer felino a la Casa Blanca, que se rumoreaba desde hace mucho tiempo, significa un nuevo desafío para el bullicioso pastor alemán Major, de la pareja presidencial.

El más joven de los perros, un ex perro de rescate, sigue desde abril sesiones para mejorar su comportamiento tras haber protagonizado varios incidentes de mordeduras.

El presidente Biden dijo que el comportamiento poco presidencial del perro se debió a que el can se vio sorprendido por la masiva presencia de agentes del Servicio Secreto y otras personas en la Casa Blanca.

Ahora, Major también tendrá que tratar adecuadamente a un gato. "Eso fue parte de su entrenamiento. Lo llevaron a un refugio con gatos y le hizo bien", dijo Jill.