Rosmery Ruiz Martínez, magistrada electa por Tarija del Tribunal Supremo de Justicia (TSE), tiene como retos su lucha por la independencia del órgano judicial y la corrupción existente al interior de esa institución.

A estos se suma la reducción de la mora procesal en la justicia en favor de los sectores más vulnerables, como las mujeres, los niños, los adultos mayores y los pueblos indígenas.

"Por supuesto que se puede cambiar cuando uno quiere, tenemos que luchar por estos ideales como la población clama por una justicia independiente en el país", declaró Ruiz a EL DEBER.

En su criterio, no será una tarea fácil ni se puede dar un plazo, pero el objetivo apunta a cumplir con ambos desafíos que demanda la población de Tarija y del país.

Ruiz se impuso en las elecciones judiciales para magistrados en representación del departamento de Tarija, al obtener el 55.02% (106.157 votos) al 100% del escrutinio departamental, superando a María Isabel Moreno que logró el 44.98% (86.781 votos).

Mientras Grover Mita ganó como magistrado suplente del TSJ, al lograr el 33.77% en la votación (61.701 votos), por encima de Hermes Flores, con el 27.37% (50.003 votos) y Marcos Ramiro Miranda con el 25.56% (46.695 votos).

La magistrada electa afirmó que, cuando asuma el mandato en enero del próximo año, el primer trabajo será realizar un análisis de cómo están los despachos del órgano judicial.

"De acuerdo a este estudio, nosotros tendremos que ir proponiendo las políticas de cambio. Está claro que nuestra lucha es por la independencia de esta institución y la corrupción", reiteró.

Ruiz ejerce como abogada desde hace 29 años y durante ese tiempo tuvo la oportunidad de ser directora del Registro Civil, fiscal de carrera, directora de Transparencia y docente de la Escuela de Fiscales en Sucre, entre otros cargos.

Actualmente es miembro de la Comisión Americana de Derechos Humanos Internacional en representación de Bolivia.

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