En la última presentación de abril, donde se presentó el nuevo iPhone SE, Apple dedicó un espacio principal a la inversión que está realizando en reciclaje. La empresa mostraba por primera vez al mundo a Liam, un robot diseñado para desmontar más de un millón de móviles al año y a una velocidad de 62 segundos por terminal. Antes se tardaba manualmente siete minutos, pero Liam parte con ventaja con respecto a un trabajador normal: cuenta con 29 brazos independientes.

El desarrollo de este aparato es solo uno de los ejemplos de la importancia que le dan los de Cupertino al reciclaje y medio ambiente.

Este esfuerzo, que refleja el informe de responsabilidad medioambiental de 2016, ha dado sus frutos: han recuperado una tonelada de oro de los iPhone, iPad, iPod y ordenadores reciclados en 2015. Esta cantidad supone alrededor de 40 millones de dólares.

La cifra es ligeramente superior a la de 2014 (900 kilogramos) y se espera que bastante inferior a la que conseguirán este año con Liam. La empresa lanzó su programa de reciclaje de móviles hace dos años en España, en 2013 en países como Estados Unidos y Reino Unido. A partir de ese momento, determinadas tiendas de Apple recogen dispositivos viejos para aprovechar las piezas. En algunos casos, los aparatos se entregan a cambio de un descuento o una tarjeta regalo.

En un teléfono hay alrededor de 30 miligramos de oro, según el grupo activista Fairphone, de los cuales entre seis y nueve se encuentran en las placas del circuito. En los ordenadores, iPads o aparatos con placas de mayor tamaño la cantidad de oro es todavía mayor.