Los líderes del G7 se comprometieron a ayudar al mundo a recuperarse tras la crisis de la pandemia y anunciaron un plan alternativo a la Nueva Ruta de la Seda impulsada por China.

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14 de junio de 2021, 8:46 AM
14 de junio de 2021, 8:46 AM
Líderes del G7 en Cornualles, Reino Unido.
Getty Images

El rumbo del planeta tras la crisis de la covid-19 centró el debate que mantuvieron este fin de semana en Reino Unido los líderes del G7, que reúne a las llamadas economías "más avanzadas" del mundo.

El G7 está integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón. A la cumbre también fueron invitados India, Sudáfrica, Corea del Sur y la Unión Europea.

Reunidos desde el viernes en un resort en Cornualles, al suroeste de Inglaterra, el G7 se comprometió a donar 1.000 millones de vacunas, prevenir futuras pandemias, reducir la huella de carbono y contrarrestar la influencia de China en el mundo a través de un ambicioso plan de financiamento destinado a países menos desarrollados.

Estos y otros acuerdos fueron publicados este domingo en un documento de 25 páginas.

A pesar de dichos compromisos, la cumbre no estuvo exenta de críticas y dudas.

Especialmente porque 1.000 millones de vacunas no parecen ser suficientes para vencer la pandemia de covid-19 y porque aún se desconocen muchos detalles sobre las nuevas propuestas climáticas.

Vista de la bahía de Carbis, en Cornualles.
Getty Images
Cornualles, al suroeste de Inglaterra, fue la sede de esta cumbre del G7.

Prevenir futuras pandemias

Este domingo, tras acabar la cumbre en Cornualles, los líderes del G7 anunciaron la donación de 1.000 millones de vacunas contra la covid-19 para el próximo año.

La Organización Mundial de la Salud estima que para vencer al virus hacen falta 11.000 millones de vacunas, por lo que los críticos opinan que este acuerdo del G7 no es suficiente.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) celebró dicho anuncio, pero hizo un llamado a esclarecer el plan y los plazos sobre cuándo estarán disponibles las dosis, además de "una rápida aceleración de la dosis compartidas en los próximos tres meses".

Mujer vacunándose en Serbia.
EPA
El plan antipandemia incluye reducir el tiempo de desarrollo de vacunas y donar 1.000 millones de dosis para el próximo año.

También se acordaron medidas para prevenir futuras pandemias, como acortar a menos de 100 días el tiempo para desarrollar y dar licencias para nuevas vacunas, tratamientos y diagnósticos para enfermedades futuras, además de reforzar la vigilancia global y las capacidades de secuenciación genómica.

El plan para contrarrestar a China

Entre los acuerdos alcanzados este fin de semana, se anunció un plan especial para apoyar a los países de bajos y medios ingresos y ayudarles a construir mejores infraestructuras.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que este plan, conocido como Build Back Better World (B3W), será una alternativa a la estrategia de la Nueva Ruta de la Seda que China lleva ejecutando varios años.

Puente financiado por China en Montenegro.
Getty Images
Estados Unidos ha criticado a China por ejecutar una llamada "diplomacia de la deuda" en varios países del mundo, como Montenegro.

Bajo esa iniciativa, el gigante asiático ha financiado trenes, carreteras y puertos en muchos países.

Pero los críticos, especialmente EE.UU, consideran que China hace una "diplomacia de la deuda" por cargar cuantiosos préstamos a algunos de estos estados.

El G7 anunció que su plan de ayudas financieras ofrecería una alianza "motivada por valores y con altos estándares de transparencia".

Sin embargo, los detalles de cómo se financiará este proyecto fueron poco esclarecidos.


El plan estadounidense para contrarrestar a China

Análisis de Jon Sopel, editor de la BBC de Norteamérica

Los estadounidenses vieron la sesión del G7 del pasado sábado como una forma de desafiar el ascenso de la influencia de China en el mundo.

La Nueva Ruta de la Seda de Pekín, que ha destinado miles de millones de dólares a países en vías de desarrollo, debe ser contrarrestada por las democracias occidentales.

Los altos oficiales de esta administración quieren demostrar que los valores occidentales pueden prevalecer.

Argumentan que la inversión china ha tenido un precio demasiado alto y que el trabajo forzoso de la minoría uigur en Xinjiang es moralmente atroz y económicamente inaceptable porque impide una competencia leal.

Las cadenas de suministro global, insistirá Joe Biden, deben estar libres de este tipo de trabajos. Los funcionarios estadounidenses dicen que esto no trata solo de confrontar a China, sino de preservar una alternativa posible para el mundo.

Sin embargo, la administración de Biden no ha sido muy precisa sobre cuánto puede contribuir Occidente a esta infraestructura global y en cuánto tiempo.

Lo que sí está claro es la renovada determinación entre las potencias occidentales de que necesitan actuar ahora para contrarrestar el renaciente y creciente poder de China.


¿Qué compromisos se alcanzaron en la lucha contra el cambio climático?

Los líderes se comprometieron con una "revolución verde" que limitaría el aumento de las temperaturas globales a 1,5° C.

También prometieron alcanzar emisiones netas de carbono cero para 2050, reducir a la mitad las emisiones para 2030 y conservar o proteger al menos el 30% de la tierra y los océanos para 2030.

El objetivo es conseguir la eliminación gradual de las plantas de carbón, a menos que tengan tecnología para capturar las emisiones de carbono.

El carbón es el combustible de uso extendido más sucio del mundo y los ambientalistas consideran que poner fin a su uso es un paso importante, pero también quieren garantías de que los países ricos cumplirán sus promesas anteriores de ayudar a las naciones más pobres a hacer frente al cambio climático.

De izquierda a derecha, Joe Biden, presidente de EE.UU. con Emmanuel Macron, presidente de Francia y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
PA Media
Los líderes de las llamadas economías más avanzadas del mundo debatieron el rumbo global tras la crisis de la pandemia.

El G7 pondrá fin a la financiación de la nueva generación de carbón y ayudará en la transición energética de los países en vías de desarrollo.

"Reafirmamos el objetivo colectivo de los países desarrollados de movilizar conjuntamente US$100.000 millones anuales de fuentes públicas y privadas hasta 2025", comunicó el grupo.

Los líderes de las siete principales naciones industrializadas establecerán planes para reducir las emisiones de la agricultura, el transporte y la fabricación de acero y cemento.

Algunos grupos ambientalistas dijeron que las promesas carecían de detalles concretos.

En 2009, los países ricos ya habían acordado contribuir con US$100.000 millones al año en financiamiento climático a los países más pobres para 2020. Pero el objetivo no se cumplió, en parte debido a la pandemia de Covid.

Plantas de carbón en Polonia.
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La reducción de la huella de carbono y la transición energética fue uno de los grandes temas debatidos durante la cumbre del G7.

Si bien el G7 acordó recaudar contribuciones para alcanzar el objetivo, Teresa Anderson, de Action Aid, dijo que "la reafirmación del G7 del objetivo anterior de US$100.000 anuales no se acerca a abordar la urgencia y escala de la crisis".

Millones de niñas a la escuela

Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido y anfitrión de la cumbre, también resaltó el compromiso del G7 de intentar que 40 millones de niñas alrededor del mundo asistan a la escuela.

En una rueda de prensa este domingo, Johnson anunció que los líderes acordaron apoyar más la Alianza Global para la Educación.

"Educar todos los niños, en especial las niñas, es una de las formas más fáciles de sacar países de la pobrezas y ayudarles a recuperarse de la crisis del coronavirus", declaró el mandatario británico.

Boris Johnson durante la rueda de prensa de este domingo en Cornualles, Reino Unido.
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Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, fue el anfitrión de esta cumbre del G7.

Dicha iniciativa fue añadida al documento que recoge lo aprobado en la cumbre en Cornualles.

La pasada semana, el G7 también acordó un impuesto mínimo a las compañías multinacionales para luchar contra la evasión fiscal y hacer que las empresas paguen en los países donde hacen negocios, independientemente de dónde coloquen las sedes de sus subsidiarias.

Con esto se espera una recaudación que ayude a palear el agujero económico dejado por la pandemia.


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