Para algunos, la condena del policía Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd demostró que el sistema judicial estadounidense funciona. Otros dicen que si todos fueran iguales ante la ley Floyd seguiría vivo.

25 de mayo de 2021, 8:35 AM
25 de mayo de 2021, 8:35 AM
DOs mujeres abrazándose en una protesta
Getty Images
Derek Chauvin fue declarado culpable tras un juicio de tres semanas.

El tristemente célebre video que muestra los momentos finales de George Floyd, el 25 de mayo de 2020, provocó un ajuste de cuentas mundial con el racismo y la brutalidad policial contra la comunidad negra.

Para algunos, la inusual condena en Estados Unidos del oficial de policía blanco Derek Chauvin por el asesinato de un hombre negro demostró que se hizo justicia.

Pero para muchas personas, no es tan sencillo.

Toni, un operador de cámara de 28 años, escuchó el veredicto desde su habitación de hotel tras un largo día de rodaje.

"No puedo describir el sentimiento, pero ciertamente no fue una celebración", dice. "Es irónico que se sintiera más como un gran suspiro de alivio, como una respiración profunda".

"¿Me hizo tenerle más fe al sistema judicial? La verdad es que no".

En sus momentos finales, George Floyd gritó más de 20 veces que no podía respirar, mientras los agentes de policía lo retenían en una calle de Minneapolis.

En abril, un jurado encontró a Chauvin culpable de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario luego de un juicio de tres semanas.

El exagente de policía recibirá la sentencia el 16 de junio.

En 2020, hablé con tres jóvenes negros de diferentes partes del mundo sobre el asesinato de George Floyd.

Un año después, me reuní con Toni Adepegba, Laëtitia Kandolo y Nia Dumas para averiguar qué significa la condena de Chauvin para ellos y para ver si, al igual que a mí, les ha costado encontrar las palabras para expresar lo que sienten.

"Nada que celebrar"

Una foto de George Floyd
TWITTER/RUTH RICHARDSON
George Floyd dijo más de 20 veces a los policías que lo detuvieron que no podía respirar.

Pese a que hubo una breve celebración, no mucho después de que se conociera la noticia de la condena sentí una profunda tristeza y una sensación de emoción no resuelta. No fui la única.

"Estaba en casa y vi la publicación [de la noticia] en mi Instagram y miré Twitter para saber más", recuerda Laëtitia.

"No creo que 'feliz' sea la palabra correcta porque estás feliz durante los primeros cinco minutos y luego te das cuenta de que, en primer lugar, esto no debería haber sucedido".

"No hay nada que celebrar porque sabes que esta fue solo una vez; que estos asesinatos ocurren todos los días y seguirán ocurriendo".

A Toni también le resultó difícil.

"Quieres ver esperanza cuando te enteras de que [Chauvin] fue condenado por todos los cargos, quieres pensar o creer que ahora las cosas cambiarán", dice.

"En última instancia, creo que hasta que no se aborden los problemas más importantes, estas cosas seguirán sucediendo, al igual que con Ma'Khia Bryant".

Ma'Khia Bryant, de dieciséis años, fue asesinada a tiros en Ohio, EE.UU., por un oficial de policía blanco que respondió a una llamada de emergencia por un intento de apuñalamiento.

Nicholas Reardon le disparó a la adolescente negra 30 minutos antes de que se publicara el veredicto en el juicio de Chauvin.

"Se te queda grabado"

Toni Adepegba
TONI ADEPEGBA
Toni Adepegba dice que prefirió no volver a ver el video de Floyd para no "revivir el trauma".

El video de George Floyd fue un punto de inflexión para la diseñadora Laëtitia, quien vive en República Democrática del Congo. Al principio, ella creía que compartir videos era la única manera de hacer rendir cuentas.

"Cada vez que hay un incidente similar me acuerdo del video de Floyd", dice.

"Empiezo a pensar en cómo trataron a esta persona en sus momentos finales. ¿Pueden ver la desesperación en sus ojos? ¿Se ve que se están dado cuenta de que es su final? Se te queda grabado".

Al igual que el video en sí, las conversaciones sobre el racismo han sido ineludibles durante el último año para muchos.

Para Toni, la pandemia cambió estas discusiones de una manera que no había experimentado antes y reavivó el impulso en torno al movimiento Black Lives Matter ("Las vidas de los negros importan").

"Estábamos en una época en la que todos estábamos atrapados en casa, por lo que mucha gente tenía más tiempo para sentarse a procesar algunas verdades incómodas", dice Toni.

El peso de estas difíciles conversaciones sigue afectando la salud mental de muchas personas.

Durante el juicio, se publicaron nuevas imágenes de cámaras corporales de la policía que mostraban el período previo al arresto y a la muerte de George Floyd.

"No siento que tenga que revivir el trauma, así que no he vuelto a ver el video completo de sus últimos momentos", dice Toni.

"Sé que me afectaría emocional, mental, espiritual y físicamente; tengo que hacer lo posible para mantenerme en paz".

"No tengo el privilegio de existir"

Nia Dumas
NIA DUMAS
Nia Dumas creció en Cleveland, Estados Unidos.

Hasta el último momento, Nia pensó que Chauvin sería declarado inocente.

La estudiante de 20 años creció en Estados Unidos, donde hay una larga lista de campañas y hashtags pidiendo justicia por casos de brutalidad policial y racismo. Breonna Taylor, Eric Garner, Sandra Bland, Michael Brown son solo algunos ejemplos.

"Recuerdo ver el caso de Trayvon Martin [un afroestadounidense desarmado de 17 años abatido de un tiro en 2012] y luego ir a la escuela y aprender sobre las tres ramas del gobierno y cómo funcionan", dice Nia.

"A los 11 años yo pensaba que por supuesto [el policía] iba a ser condenado porque acabábamos de enterarnos la semana anterior de que si se infringe la ley, se deben rendir cuentas".

Martin murió de un tiro por un vigilante de seguridad en Florida quien fue absuelto del asesinato alegando defensa propia.

La lista de casos siguió creciendo.

"Unos años después de Trayvon, fue Michael Brown, luego Tamir Rice, que es de mi ciudad natal".

Para Nia, que creció en Cleveland, sus mejores recuerdos de la infancia son algunas visitas al cine y días interminables en el skatepark con sus amigos.

"Lo único que extraño de ser más joven es que podía ir a la escuela, a la tienda o a cualquier lugar sin que me hicieran comentarios sobre el color mi piel", dice.

"Me hizo madurar rápidamente porque te das cuenta de que si eres negro en Estados Unidos, esto es lo que sucede".

"George Floyd no es un mártir"

protestas durante el veredicto de Chauvin
Getty Images
Nia Dumas: "No es que queramos que los policías sean condenados por matarnos, es que no queremos que nos maten".

Algunos dicen que los políticos usaron a George Floyd como mártir.

"En realidad, es una víctima de asesinato", dice Nia. "Creen que los negros aceptarán mejor la situación si murió por una causa supuestamente mayor".

"Mi problema es cómo el gobierno está enmarcando esto; no es que queramos que los policías sean condenados por matarnos, es que no queremos que nos maten".

Unas 1.000 personas al año mueren a manos de agentes de policía en Estados Unidos, según un proyecto independiente que monitorea la violencia policial. La mayoría reciben disparos.

A pesar de que los afroamericanos representan solo alrededor del 13% de la población, la investigación muestra que la policía dispara mortalmente a personas negras desarmadas hasta tres veces más que a blancos.

Nia cree que existe un racismo sistémico en la policía estadounidense y que hasta que no se solucione, nada significativo podrá extraerse de la condena de Chauvin.

"Creo que la razón por la que solo se centran en las condenas es porque no quieren hacer cambios estructurales, así que esto es como una victoria alternativa para pacificarnos", dice ella.

"Un tipo distinto de libertad"

Laetitia Kandolo
FURIE PHOTOGRAPHE
Laetitia Kandolo tiene 29 años.

Durante el apogeo de las protestas globales del Black Lives Matter en 2020, Laëtitia vivía en París cuando se derribaron estatuas y cientos de miles de personas tomaron las calles de la capital francesa contra el racismo.

Ahora la joven de 29 años reside en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, adonde se mudó en septiembre. "Vivo en un lugar en el que puedo ser yo misma", dice.

Su casa da a un camino polvoriento donde puede escuchar a niños del vecindario jugando en la calle mientras la música llena el aire húmedo.

"Tienen un tipo diferente de libertad, en un nivel que yo nunca tuve. Me refiero al espacio mental y físico de ser ellos mismos. No son niños negros aquí son simplemente niños", dice.

"Es blanco o negro"

hombre durante las protestas
Getty Images
En 2020, el movimiento Black Lives Matter se hizo global.

Muchas otras personas negras, al igual que Nia, Laëtitia y Toni, saben que, independientemente de dónde se encuentren en el mundo, ser negro significa no tener los mismos márgenes de error que los blancos.

Algunos creen que esta experiencia de vida es el foco de comprensión para entender por qué murió George Floyd.

"Cuando eres la única persona negra, siempre te estás mirando a ti misma y ves cómo otras personas te miran como si estuvieras perdida o fuera de lugar", dice Laëtitia.

"Pero también es difícil vivir con esa presión, así que siempre estás pensando y trabajando el doble de duro, mientras que otros trabajan para que las cosas estén bien, tú te esfuerzas por alcanzar la perfección".

"La justicia es que [George Floyd] no tuviera la muerte que tuvo, independientemente de lo que se suponga que hubiera hecho", dice Toni.

Un empleado de la tienda donde estuvo denunció a Floyd a la policía, creyendo que el billete de US$20 que usó para comprar un paquete de cigarrillos era falso. Media hora después, Floyd estaba muerto.

El juicio y la condena de Derek Chauvin son percibidos como una excepción, y no como el curso natural de un sistema judicial que sirve a todos de manera justa.

Para Nia, Laëtitia y Toni, es muy sencillo: si el sistema fuera realmente igualitario, George Floyd seguiría vivo.


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