Este miércoles fue detenido el actual gobernador de Santa Cruz por presunta participación en los disturbios de 2019.

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Luis Fernando Camacho
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La oficina del fiscal estatal de Bolivia confirmó este miércoles la detención del político de derecha Luis Fernando Camacho, quien es gobernador de la provincia de Santa Cruz desde 2021 y fuerte opositor del actual presidente, Luis Arce.

Camacho fue trasladado a la Paz, luego de su detención en Santa Cruz.

El gobernador está bajo investigación por su presunta participación en una supuesta conspiración durante los disturbios de 2019 que obligaron al entonces presidente Evo Morales a dimitir.

Morales dijo en Twitter que, después de tres años, Camacho finalmente "responderá por el golpe de Estado que derivó en robos, persecuciones, detenciones y masacres del gobierno de facto".

El expresidente es considerado mentor del presidente Arce, ambos pertenecen al partido MAS de izquierda, mientras que Camacho lidera la alianza de oposición de derecha Creemos.

El equipo del gobernador Camacho publicó un comunicado en el que dice que se usarán las redes para dar "información oficial" y ha empezado a usar el numeral #liberenaCamacho.

Los seguidores de Camacho han calificado la detención de secuestro, mientras, el fiscal general de Bolivia afirmó que el detenido conocía los cargos en su contra desde hace varias semanas, según informó la prensa local.

Camacho fue escoltado a su llegada a La Paz.
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Camacho fue escoltado a su llegada a La Paz.

¿Qué pasó en 2019?

En noviembre de ese año el presidente de entonces, Evo Morales, pasó en menos de tres semanas de declararse ganador de las elecciones a denunciar un golpe de Estado y renunciar a la presidencia de Bolivia.

El país enfrentaba una profunda crisis política que tuvo su detonante el 20 de octubre en el escrutinio de las elecciones presidenciales, en las que Morales asipraba ser reelegido por tercera vez.

Esa noche, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió por sorpresa el conteo rápido con el 83% escrutado y con una tendencia que apuntaba a que iba a haber segunda vuelta entre el exmandatario boliviano y el candidato opositor, Carlos Mesa.

Al día siguiente, ese conteo rápido, denominado Transmisión Rápida de Resultados Preliminares (TREP), se reactivó con un 95% de avance y con Morales ganando en primera vuelta por un estrecho margen.

Las sospechas que habían suscitado los extraños movimientos del TSE llevaron a la oposición a clamar un "fraude descarado".

Incluso las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea pidieron que hubiera segunda vuelta.

Pero Morales insistió en que él había ganado las elecciones y, en respuesta a las manifestaciones de la oposición, llamó a sus seguidores a "defender la democracia" en las calles y frenar un "golpe de Estado".

Eso sí, también aceptó que la OEA hiciera una auditoría del escrutinio.

La OEA determinó que era estadísticamente improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10% que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral.

Aseguró, también, que encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas. En un informe de 13 páginas señaló que en muchos casos no se respetó la cadena de custodia de las actas y que hubo manipulación de datos.

Morales respondió con una declaración ante la prensa en la que, sin mencionar a la OEA y sin señalar la fecha, llamó a nuevas elecciones.

Pero unas horas después, y con la presión de las Fuerzas Armadas en su contra, dimitió y abandonó el país.


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