En los últimos 5 años, los ciclos de vacancia y disolución entre el Congreso y el Ejecutivo han marcado a la política peruana.

22 de abril de 2021, 18:44 PM
22 de abril de 2021, 18:44 PM
Vacancia
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La vacancia presidencial se ha convertido en un arma del Congreso contra el Ejecutivo. En la imagen, una protesta contra la vacancia de Vizcarra en noviembre pasado.

En los últimos cinco años, los enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo han marcado la política peruana y todo indica que cuando un nuevo gobierno se instale en julio, estos problemas continuarán.

Y es que ni Pedro Castillo ni Keiko Fujimori, los dos rivales por la presidencia en segunda vuelta, tendrán mayoría suficiente en el Congreso para tener una relación plácida con el Legislativo.

La saga de disputas empezó con el Congreso y el Ejecutivo elegidos en 2016.

Durante su gestión, el Parlamento presentó dos mociones de vacancia (destitución) contra el presidente de ese entonces, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), y forzaron su renuncia en marzo de 2018, en medio de acusaciones de supuestamente haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

El sucesor de PPK, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso en septiembre de 2019 y convocó a elecciones parlamentarias.

El nuevo Congreso elegido en enero de 2020 presentó dos mociones de vacancia contra Vizcarra: rechazaron la primera y finalmente aprobaron la segunda.

Vizcarra salió de Palacio de Gobierno, fue reemplazado por Manuel Merino y luego de duras protestas en las que murieron dos jóvenes, asumió Francisco Sagasti.

Congreso de Perú
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El Congreso será el más fragmentado de los últimos años.

Uno de los últimos episodios de esta relación conflictiva entre el Ejecutivo y el Legislativo ocurrió la semana pasada, aunque sin mayores consecuencias que unos minutos de incertidumbre.

Un congresista presentó una moción de vacancia contra el presidente Sagasti pero sus colegas parlamentarios rechazaron admitirla a debate.

Un nuevo Congreso y un nuevo Ejecutivo se instalarán en julio próximo tras las elecciones para elegir a ambos poderes que se celebraron el domingo 11 de abril.

Pedro Castillo sosteniendo un lápiz grande en una mano.
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Pedro Castillo tendrá la bancada más grande en el Congreso, pero no le alcanzaría por sí sola para detener cualquier intento de destitución.

En el caso de las elecciones presidenciales, se necesitará una segunda ronda entre Castillo y Fujimori el 6 de junio.

Gane quien gane en la segunda vuelta no tendrá mayoría parlamentaria, igual que sus antecesores.

Esta y otras circunstancias indican que con el nuevo Congreso, que se instalará por un periodo de cinco años (en teoría), también habrá conflicto, como con los dos anteriores.

Congreso fragmentado

Según el conteo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), diez bancadas formarán el Parlamento, el mayor número de agrupaciones que entran al mismo tiempo al legislativo en los últimos 15 años.

"El Congreso va a ser muy fragmentado, como habíamos previsto", dice Milagros Campos, abogada y politóloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), a BBC Mundo.

"A mayor fragmentación, es posible que se den mayores problemas de gobernabilidad, tanto en la relación con el Ejecutivo —significa un doble esfuerzo para el Ejecutivo para llegar a acuerdos—, como dentro del propio Congreso. Aprobar temas que requieran mayorías calificadas se vuelve más complicado", advierte Campos.

Keiko Fujimori
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El partido de Keiko Fujimori obtuvo la mayoría absoluta en el congreso de 2016, pero ahora será la tercera bancada en número de integrantes.

"Con más [bancadas] va a ser más difícil que se pongan de acuerdo sobre soluciones complejas para problemas complejos, porque tendrían que conversar. Tal vez sí se pongan de acuerdo para dar soluciones simples (o populistas) a problemas complejos y eso me da miedo. Creo que la única forma de que haya reformas es que las empuje la ciudadanía", opina el abogado y politólogo Javier Albán, conductor del podcast Opción Pública.

Hemiciclo del Congreso peruano
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Los dos congresos anteriores y el ejecutivo mantuvieron relaciones conflictivas.

Mociones de vacancia

Cuando PPK ganó las elecciones en 2016, obtuvo 18 escaños, de un total de 130, en el Congreso. Un número lejano a los 44 que necesitaba para protegerlo en caso de destitución, medida que se aprueba con 87 votos.

Su sucesor, Vizcarra, no presentó ninguna lista a las elecciones parlamentarias que él mismo convocó en 2020, por lo que carecía de una bancada que lo protegiera en un proceso de vacancia.

Según los resultados de la ONPE, Castillo contaría con 37 congresistas y Fujimori, con 24.

Mejor dicho, ninguno tiene asegurados los 44 votos para impedir cualquier intento de destitución.

"Para terminar su mandato y no ser vacados necesitan tener una coalición de supervivencia de al menos 44 congresistas", dice Campos a BBC Mundo.

El uso de la vacancia "dependerá de las alianzas [entre bancadas] que se formen en el Congreso", afirma Albán.

"Si alguno de los dos candidatos logra armar alguna coalición que le asegure los 44 votos, tendrá gobernabilidad. Pero eso no está seguro ahora. Dependerá de la campaña de segunda vuelta, de a quién apoyen los otros partidos", dice Albán.

No reelección

Además de la posible debilidad del Ejecutivo, otro factor podría facilitar que el Congreso recurra a medidas como la vacancia.

En 2018, Vizcarra convocó a un referendo en el que quedó prohibida la reelección parlamentaria inmediata.

Es decir, a menos que la norma cambie, los congresistas elegidos en 2021 ya saben que no podrán reelegirse en 2026.

"Hay una relación entre la forma en que se porta el político y si tienen o no releección. Un estudio en Brasil mostró que las autoridades tienden a ser menos corruptas cuando hay una reelección que cuando ya no. La reelección es un incentivo a que pueda haber un control [en el Congreso]", dice Albán.

Disolución

Si la vacancia no ocurre, queda otra medida "extrema" en la relación Ejecutivo-Legislativo: que el presidente disuelva el Congreso.

Según la Constitución peruana, el Ejecutivo puede disolverlo si este le niega dos cuestiones de confianza a sus gabinetes ministeriales.

La cuestión de confianza es un mecanismo constitucional que el presidente puede aplicar en el Congreso si siente que su proyecto político está debilitado. En otras palabras, el presidente pide un "voto de confianza" al Congreso en torno a un gabinete ministerial o a un proyecto de ley, por ejemplo.

Vizcarra disolvió el Congreso luego de que este negara dos cuestiones de confianza desde 2016.

Martín Vizcarra
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Martín Vizcarra fue destituido en noviembre de 2020.

"El presidente podría presentar cuestiones de confianza por proyectos de ley polémicos y si no las aprueban, cierra el Congreso", dice.

"Mientras no se modifique la Constitución" y se delimite mejor la cuestión de confianza, dice Albán, el Congreso queda expuesto a que el Ejecutivo lo disuelva.

Para Campos, "lo más saludable para Perú es que se formen alianzas que no sean coyunturales, que tengan algún compromiso de más largo aliento y que se busque quebrar el ciclo de disoluciones y vacancias".

Ese será un reto para Castillo o Fujimori y sus bancadas.


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