El cochabambino se retiró del fútbol profesional, como jugador, a sus 39 años

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21 de julio de 2020, 11:21 AM
21 de julio de 2020, 11:21 AM

Un cochabambino es uno de los mayores ídolos de Bolívar. Sí, uno de los muchos que ha tenido el club celeste paceño en sus filas a lo largo de 95 años de vida institucional. Vladimir Soria fue el elegido  como el jugador más querido por los bolivaristas, pues se mantuvo durante 16 años como futbolista y nueve en el rol de ayudante de campo, entrenador y coordinador deportivo.

Sin duda,  'Vladi' es todo un ícono de la academia paceña, que en su historia guarda en sus vitrinas una veintena de títulos, de los cuales él fue protagonista en 13 oportunidades, nueve como jugador y cuatro como entrenador.

Esta distinción se la ganó gracias a que el club llevó adelante, desde los primeros días de junio, un concurso en el que propuso a sus hinchas, mediante votación en redes sociales (twitter y Facebook), que elija al máximo ídolo de Bolívar. 

La iniciativa generó gran expectación, tomando en cuenta que los organizadores seleccionaron a 64 grandes futbolistas que tuvo el club, pasando por Víctor Agustín Ugarte, Ramiro Blacut, Carlos Ángel López, Juan José Urruti, Fernando Salinas, Jorge Irano, Erwin Romero, Marco Etcheverry, Erwin Sánchez, Julio Baldivieso, William Ferreira y otras figuras que defendieron la camiseta del equipo con un destacado paso en el fútbol nacional.

La compulsa fue intensa, pues de ese grupo de candidatos, Soria disputó la final con Baldivieso al que superó con una votación de 13.869 contra 10.896.

“Es un orgullo ser el máximo ídolo de Bolívar, el club de mis amores. Ha sido una gran iniciativa y confieso que estoy feliz de haber formado parte de la historia de una institución que me dio la oportunidad de mostrarme en mi carrera luego de haber comenzado en Wilstermann”, expresó satisfecho Vladimir, quien llegó a la academia paceña el año 1985, tras haber jugado cuatro años en el 'aviador', en cuyas filas debutó profesionalmente en 1981.

Solo dos clubes en su carrera, pero la mayor parte estuvo en filas celestes, incluida su etapa de director técnico en la que también hizo historia porque el 2002 logró clasificar a semifinales de la Copa Sudamericana y dos años más tarde jugó la final de este mismo torneo, ante Boca Juniors de Argentina.

Méritos tiene de sobra para ser la mayor figura del club paceño, pues contó que jamás se fue de Bolívar pese a que en ciertos momentos un empresario quiso adquirir su ficha en medio millón de dólares para hacerlo jugar fuera del país y que en 1990 Independiente de Argentina se lo quiso llevar a sus filas.

“Recuerdo que don Mario Mercado (en ese entonces presidente de Bolívar) le dijo al representante de Independiente que se lleven a cualquier otro jugador menos a mí. Sin duda, lo mejor que me ha pasado en el fútbol es haber defendido los colores de Bolívar”, dijo Soria, que entre sus logros con la camiseta académica está el hecho de ser el jugador que más clásicos paceños disputados (84) y el  boliviano que más Copas Libertadores jugó (96), siendo en Sudamérica el tercero, detrás del arquero paraguayo Ever Almeida y el delantero colombiano Antony de Ávila.

¿Qué característica de juego tenía Vladimir Soria? Un volante central de férrea marca y de gran dinámica en su zona. Buen distribuidor de balones y con oficio cada vez que llegaba a zona de gol.

“Considero que era un mediocampista atípico en mi época, donde los volantes centrales solo se dedicaban a correr y marcar. Me gustaba hacer jugar y llegar al gol, tal como sucede con quienes hoy juegan en mi puesto”, dijo Soria, quien en su etapa de jugador en Bolívar tuvo a destacados entrenadores, pero resaltó el paso del peruano Moisés Barack, que lo hizo debutar y del argentino Jorge Habegger, de quien dijo que cambió la forma de trabajar al imponer el doble turno de entrenamientos.

Vladimir se retiró como jugador a los 39 años (2000), pese a que considera que estaba en condiciones de jugar un par de años más.

Soria no tiene dudas que lo mejor de su recorrido como jugador ha sido haber jugado el Mundial de 1994 con la selección nacional. “Fue la mejor experiencia que tuve del fútbol. Es algo que uno nunca se va olvidar”, dijo Soria, esposo de Sara y papá de Christian (33), Wendy (30) y Leonardo (21), todos fervorosos hinchas de la academia paceña.