“Los bolivianos no queremos más conflictos”, le responde el Gobierno, que pide una salida institucional. El cívico pidió tomar el control de las instituciones del Estado y cerrar las fronteras para que Morales no tenga recursos para gobernar

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5 de noviembre de 2019, 3:00 AM
5 de noviembre de 2019, 3:00 AM

Terminó el plazo de 48 horas que Luis Fernando Camacho dio al presidente Evo Morales para que renuncie y abrió otro plazo. 

Rodeado de una multitud que esperaba a ver qué era lo que tenía el cívico cruceño para hacer que el líder del MAS deje su cargo, el empresario y abogado de 40 años planteó tomar el control de las instituciones y cerrar las fronteras del país para que el Gobierno no tenga recursos económicos. 

Además, leyó la carta de renuncia de Evo Morales, la que llevará a La Paz y prometió no volver hasta tenerla firmada. Hoy, por la tarde, partirá hacia La Paz y aseguró que no teme ni por su libertad o por su vida. 

Minutos después de concluido el acto a los pies del Cristo Redentor, Adriana Salvatierra, presidenta del Senado, ofició de vocera del Gobierno. Aseguró que ven a Camacho en una actitud golpista, poniendo plazos y haciendo promesas que no podrá cumplir.

La jornada

Más allá del cabildo cruceño, fue un día complicado para Evo Morales. Tuvo un incidente aéreo, cuando un problema con el rotor de cola del helicóptero que lo transportaba sufrió un desperfecto y aterrizó de emergencia.

No fue el único vuelo que no salió del todo bien para el Gobierno. El canciller Diego Pary fue a Washington para hablar nuevamente ante la asamblea de la OEA y denunciar un supuesto golpe de Estado encabezado por Luis Fernando Camacho. 

Hizo una amplia exposición de por qué el Gobierno cree que este es un golpe más que una defensa pacífica del voto, como aducen sus opositores. Mostró imágenes de violencia y una colección de frases y amenazas grandilocuentes de Camacho, desde el anuncio de posesión de Carlos Mesa hasta el plazo de 48 horas, pasando por la lista a lo Pablo Escobar.

Hace diez años hubiera tenido otro efecto, pero esta vez, la correlación de fuerzas regionales no favorece del todo al Gobierno. Muchos de los embajadores le recordaron a Pary que estaba en ese foro por segunda vez en 11 días, que les importa Bolivia, pero no le dieron del todo la razón.

La mayoría hizo referencia a las conclusiones de la Misión de Observación Electoral de la OEA y el representante de Estados Unidos volvió a hablar de segunda vuelta. Si algo en blanco sacó Pary de su excursión estadounidense es que en el documento firmado por 14 países se da un espaldarazo a la auditoría de la OEA y a la salida institucional, por eso llama a todos los sectores a la pacificación.

Así, entre granizada en La Paz y contadores en las redes sociales, se fue acercando el plazo otorgado por Camacho a Morales. La expectativa era tal que a las 18:00 comenzó a circular por WhatsApp un afiche que rezaba “Evo te queda una hora”. Al final, no hubo ni renuncia ni jugada maestra que obligara a Morales a renunciar antes de las 19:00.

El cabildo

Como todas las protestas masivas en Santa Cruz de la Sierra, el Cabildo de la Unidad, como se denominó al de ayer, comenzó con canto y chistes, antes de entrar a los discursos duros. Humoristas y cantantes entonaron canciones regionales y contra el Gobierno hasta que Camacho llegó al escenario y se cumplieron las 48 horas de plazo.

Antes de contar las nuevas medidas civiles, se dirigió a los policías y militares. Recordó que el Gobierno había pagado un bono de Bs 3.000 a cada policía y aseguró que los militares lo habían rechazado. Ahí prometió que el próximo Gobierno les dará a los uniformados las mismas condiciones salariales, sociales y de vivienda que a los militares, lo mismo que una jubilación con el 100% de sus ganancias.

Luego agradeció a los militares “por esa posición firme de estar con su pueblo, porque ahora es su pueblo el que manda”, dijo y la gente le respondió gritando “Evo tiene miedo, ca...”.

Luego vino el ultimátum. Camacho, pese que prometió que Evo Morales renunciaría, dijo que sabía que no lo iba a hacer. Aseguró que no es un pedido suyo sino del pueblo. 

Ahí trató de mostrar un video, pero no se proyectó nada en las pantallas instaladas en el Cristo. Tuvo que contarlo. Se trataba de un video viejo, de Morales diciendo que el pueblo iba a salvar Bolivia. 

“Este es el pueblo que va a salvar Bolivia, pero con Dios a la cabeza”, le respondió Camacho y aseguró no solo que la Biblia volverá a Palacio, sino que Morales sacó a Cristo del país cuando llegó al poder.

Luego, llegaron las medidas. Opinó que los ciudadanos han sufrido mucho en los 13 días de paro, pero que las instituciones estatales siguen trabajando, por ello planteó radicalizar las medidas, paralizando las entidades públicas y las fronteras del país. “con la única salvedad de dejar expedito los aeropuertos, servicios básicos elementales y de salud”.

“Usted tuvo oportunidad de renunciar al Gobierno, ahora tendrá que renunciar sin Estado qué gobernar. Está bueno que usted siga matando y reprimiendo con la plata del pueblo, no va a tener el ingreso de un solo peso y así no va a matar a nuestro pueblo”, dijo.

Después de eso, anunció que se irá a La Paz a dejarle su carta de renuncia a Morales y no volver a Santa Cruz hasta que la tenga firmada. Se irá hoy por la tarde, pidió que lo dejen bajar hasta la plaza Murillo en una gran marcha y esperar allí hasta que Morales haga lo que él le pide y también anunció un cabildo en El Alto para mañana. Camacho se meterá en uno de los territorios de Evo. 

Allí el MAS festejó su victoria electoral y el cívico no pudo salir del aeropuerto en su último intento de llegar a la sede de Gobierno. “Evo va a llevar una etiqueta en su frente que diga Santa Cruz para que se acuerde de nuestro pueblo. Sin levantar una sola arma queremos darle la paz por la que añora nuestra ciudadanía”, dijo Camacho.

Salvatierra fue la encargada de responder por el Gobierno. Asegura que Camacho se ve obligado a recurrir cada vez a medidas más extremas, al no poder cumplir sus ultimátums. 

Consultada sobre el cierre de instituciones, dijo que esa es “una propuesta para dañar el país, la sociedad, la economía de la familia boliviana y del estado”. Luego, llamó a una salida por la vía institucional y del diálogo, pero cree que Camacho tiene afanes golpistas y que anoche quedaron expuestas sus intenciones, falencias y su radicalización. Mientras tanto, el paro sigue y la solución no se avizora.

LA GENTE LLEGÓ POR MILES HASTA EL CRISTO REDENTOR Y VIVIÓ SU CABILDO DE LA UNIDAD DE MANERA PARTICULAR

La gente comenzó a llegar masivamente a los pies del Cristo Redentor con banderas bolivianas y cruceñas. Muchos de los asistentes lucían poleras con mensajes de protesta como “¿Quién se cansa, ¿quién se rinde?” que identifican el movimiento cívico que pide la anulación de las elecciones realizadas el domingo 20 de octubre.

Juegos pirotécnicos se dispararon cuando el presidente cívico, Luis Fernando Camacho, tomó la palabra ante una audiencia que esperaba expectante el anuncio del ‘as bajo la manga’ que tenía para obligar a Morales a dejar el cargo que detenta por casi 14 años. Pese a que no hubo jugada maestra, no hubo una reacción adversa de la población que se dio cita en los alrededores del Cristo.

Globos con la figura de Evo Morales vestido con ropa de presidiario de caricatura, con el número 2020, se vieron durante la movilización. A ellos se sumaron pancartas con frases como “Evo asesino”.

El climax de la concentración se dio cuando Camacho anunció la toma de instituciones de manera pacífica. Allí la gente volvió a gritar “Evo tiene miedo ca...”, la misma frase que había utilizado cuando el cívico anunció que el próximo Gobierno nivelaría los sueldos y beneficios de los policías con los de los militares.

El momento de mayor consternación se dio cuando Camacho anunció que se iría a La Paz y que su vida estaría en peligro. Prácticamente se despidió de su familia y la gente coreó: “Camacho, amigo, el pueblo está contigo”. (CT)

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