El ministro de Gobierno dijo que detuvieron las operaciones, pero que se tiene que erradicar la coca de dos sindicatos en la zona de La Asunta. Los cocaleros desmienten los supuestos maltratos y piden pruebas de esas acusaciones

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3 de septiembre de 2018, 10:00 AM
3 de septiembre de 2018, 10:00 AM

Las dos universidades de La Paz, UPEA y UMSA; la federación de maestros urbanos, uno de los comités cívicos de la ciudad y las Fejuves de La Paz y El Alto son las organizaciones que desplegaron su logística para la recepción de la ‘marcha por la coca originaria y ancestral, por la vida y democracia’ integrada por campesinos cocaleros de Yungas. Mientras, en La Paz, el presidente Evo Morales instruyó la investigación de la muerte del policía y de los dos campesinos producida hace una semana en esa región.

“Tienen que controlar, pero no puede haber muertos, no pueden ser vengativos, eso no es parte de nuestra cultura. Y solo quiero decirles, tienen que ser investigados quienes mataron al teniente y quienes mataron al movimiento campesino, no comparto, les dije en la reunión con el mando policial”, dijo el presidente Evo Morales en entrevista con EL DEBER.

Entretanto, las convocatorias a movilización fueron difundidas desde el viernes y en todas se llama a concentrarse en la tranca de Urujara, en la salida hacia Yungas. Los residentes de esa región, que viven en la sede de Gobierno, fueron convocados en La Cumbre, que es el acceso hacia la ciudad de La Paz.

La federación de campesinos Túpac Katari emitió un comunicado en el que rechaza la persecución de los dirigentes que protestan contra el Gobierno, como el caso de Franclin Gutiérrez, y se declaró en emergencia.

Los maestros urbanos convocaron a movilizarse desde las 8:30 en la tranca de Urujara para luego acompañar a los marchistas. Con similar tenor, el centro de estudiantes de la UPEA rechaza el juicio a Gutiérrez y convoca a la movilización.

La marcha

Mientras, en la zona más gélida de La Paz, el acceso en La Cumbre, los marchistas atravesaron el último trecho desde tempranas horas y subieron el escarpado camino desde el Velo de la Novia hasta La Cumbre donde, en principio, decidieron descansar pero el ánimo de las mujeres, principalmente, obligó al resto de la columna a seguir hasta llegar a la tranca de Urujara, cuando el reloj marcaba las 20:00.

Los marchistas acusan cansancio en sus filas después de una semana de dura caminata, pues empezaban antes que el alba alumbrara y descansaban cuando las penumbras les impedían seguir avanzando. Los dirigentes, que habían calculado unos 10 días de caminata, se quedaron sorprendidos por el avance.

La suspensión

En horas de la mañana, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó que ordenaron la suspensión de los operativos en La Asunta, pero que están buscando otras formas de continuar la erradicación de cocales, sin que esto implique el enfrentamiento con los campesinos.

Romero acusó a los dirigentes afines a Franclin Gutiérrez de tener nexos con grupos armados, aunque no mencionó quiénes conforman estos grupos irregulares. Según Romero, existe resistencia en la zona de La Asunta, principalmente donde existen cocales cuya extensión está entre las cuatro y cinco hectáreas cuando lo que se acordó fue un cato de coca.

Sus datos contradicen la versión del presidente, que dijo que hay cocales de siete hectáreas y que el Estado tiene la obligación de sentar presencia.