Nació en un barrio pobre de Santa Fe (Argentina), es la hermana mayor de tres hermanos y llegó al país en 2012. Está detenida en La Paz

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29 de octubre de 2017, 5:51 AM
29 de octubre de 2017, 5:51 AM

El cuarto húmedo y asfixiante en el que cada noche descansaban seis personas, fue el recuerdo que Luciana Regina Cagnola, buscó borrar viviendo, aunque sea unas horas, en habitaciones lujosas y amplias de los hoteles top de Santa Cruz y de La Paz. Pensaba que las penurias quedaron en el pasado.

Luciana o Lu, como la conocían en el barrio Barranquitas Unión de Santa Fe (Argentina), soñaba con ser enfermera y conocer los edificios de Buenos Aires.

Llegó al mundo un 23 de octubre de 1991 y quiso el azar que sea la hermana mayor  de una familia de clase media venida a menos, que no le encontraba la salida al laberinto de la pobreza.

Ya adolescente, Luciana encontró en el gimnasio la herramienta perfecta para pulir su cuerpo y hacer de él, el pasaporte que le abriera las puertas de un mundo que no conocía límites.

“La verdad está buenísima la propuesta y parto hacia allá…estoy contentísima”, así el 24 de febrero de 2012, a las 19:23, una emocionada Luciana le comentaba por el Facebook, a su prima, que luego de vivir 21 años en Santa Fe, iba a probar suerte en Santa Cruz de la Sierra.

La transformación

Ya en la capital cruceña, su piel blanca, su cabellera rubia, castaña o negra, su acento, simpatía y curvas fueron la mejor carta de presentación para las distintas empresas dedicadas al modelaje que sin dudar la contrataron.
Primero fueron fotos para lucir prendas de moda, luego para mostrar nuevos diseños de ropa interior y finalmente para insinuar partes de su cuerpo.

La máquina de generar dinero empezó a rodar y así pudo traer a su madre y hermanos. Su padre hace años ya no formaba parte de su vida. La noche se volvió en  la mejor aliada de Luciana que descubrió que en la capital cruceña se valora mucho la compañía de las bellas mujeres y se gratifica un buen baile sensual. 
Así, Luciana empezó a trabajar en Currys y mimar a su familia  que lentamente olvidaba los momentos amargos en el barrio obrero de Barranquitas Unión. 

Destino fatal

La competencia y los problemas económicos del país, impactaron en la billetera de Luciana que consideró necesario cambiar de aires y se fue a trabajar a mediados de 2015 al club Paradise. Allí su suerte tuvo un giro de 180 grados, pues entre copas y copas conoció a Juan Franz Pari.
Los primeros encuentros eran como todos los demás, sonrisas falsas, abrazos forzados que se volvían más reales según el incentivo monetario que Pari dejaba. Tras varios encuentros, en septiembre del año pasado, Pari convence a Luciana de dejar el trabajo y convertirse en su novia.

Sin embargo, hay otra versión que indica que Luciana fue despedida porque fuera del club, se dedicaba a llevar chicas de Santa Cruz a La Paz para los boliches más coquetos de la sede de Gobierno y pagar entre $us 600 y  2.000 a la señoritas elegidas.

Con el exbanquero la vida de la santafecina se llenó de exceso, regalos, compras compulsivas, apertura de empresas, viajes, autos y fiestas maratónicas como aquella en la que un amigo de Pari, que cumplía 55 años, tuvo como requisito que Luciana consiga a 55 damas de compañía a las que a cada una se le pagó $us 600.
Pero esta vida de actores de cine de clase B, cambió abruptamente de guion. 

Los recuerdos

Tras el terremoto que significó el robo millonario al Banco Unión, en el club Paradise, una de las amigas de Luciana la recuerda como una ‘gauchita’ linda, inquieta que compartía con sus amigas las propinas que le daban los clientes y que hablaba muy poco de su familia.

Esa amiga lamenta que la ‘gauchita’ esté detenida y asegura que la plata la mató, pero que eso era inevitable, porque en este negocio no existen los sentimientos, sino solo el dinero. “Si alguien te regala celulares, autos de lujo, te lleva de viaje, vos agarrás todo y no preguntás”, aseguró su amiga, para luego preguntar. “¿Vos me harás algún depósito?” No creo, sos yesca...para luego reír y asegurar que a Pari lo vio varias veces sentado como un rey en el centro y a su lado la bella Lu.

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