El obispo de Oruro, Cristóbal Bialasik, fue el responsable de dar la noticia de la canonización de la religiosa nacida en España, pero considerada como la primera santa boliviana 

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26 de octubre de 2017, 23:08 PM
26 de octubre de 2017, 23:08 PM

“La comisión teológica en el Vaticano ha aprobado la canonización de la Beata Nazaria Ignacia. Felicidades Oruro!!!!”, con estas palabras de alegría y bendición, el monseñor Cristóbal Bialasik, obispo de Oruro, comunicaba la bendición de tener la primera santa boliviana: Beata Nazaria Ignacia March.

El 16 de junio 1925, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March, dejaba su comunidad de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en el Asilo, para iniciar la fundación de la primera congregación boliviana en Oruro.

"Su obra se extendería más tarde al resto del mundo, y su misión, de Anuncio de Cristo Resucitado, también la llevó a descubrirlo en los rostros de huérfanos, mujeres marginadas, desocupados, combatientes de la Guerra del Chaco, sus huérfanos y una serie de acciones en favor de los más necesitados. En 1992, hacen 25 años, San Juan Pablo II, la beatificó como figura modélica de seguimiento de Jesús", indica un comunicado del Arzobispo.

"Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios”, decía Beata Nazaria, añade el documento.

Nacida en Madrid en 1889, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa es considerada una "visionaria" para su época, ya que postulaba que la Iglesia católica vaya al encuentro de la gente tres décadas antes de que el Concilio Vaticano II lo planteara, dijo a Efe el politólogo Carlos Cordero, devoto de la religiosa.

Y es que, aunque es madrileña de nacimiento, se la considera la primera beata boliviana porque vino "a servir a los bolivianos" y desde este país irradió su obra al mundo, dijo a EFE el politólogo Carlos Cordero, devoto de la religiosa.

En vida, la incansable religiosa desempeñó una labor misionera en Bolivia, Uruguay, España y Argentina, donde falleció el 6 de julio de 1943.

Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972 y desde entonces permanecen en esa ciudad boliviana, como lo pidió Nazaria Ignacia antes de morir.

La española fue beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II y actualmente está en curso el proceso de canonización, algo que la Iglesia católica boliviana espera que se concrete en 2018.

La canonización es el acto mediante el cual la Iglesia católica declara como santo a una persona fallecida. Este proceso comprende la inclusión de dicha persona en el canon, la lista de santos reconocidos, así como el permiso para rendir culto público y universal a esa persona, a la cual se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican iglesias, capillas o altares, y se reconoce su poder de intercesión ante Dios.