Los padres de uno de los jóvenes fallecidos y desaparecidos en 2010 llegaron al país para que el responsable de la muerte de los franceses cumpla su sentencia de 30 años

El Deber logo
28 de abril de 2015, 21:56 PM
28 de abril de 2015, 21:56 PM

Familiares de dos jóvenes franceses, muertos y desaparecidos en Bolivia en 2010, llegaron este martes a La Paz para solicitar a la justicia que haga cumplir la sentencia de 30 años al único responsable del crimen, quien pidió la anulación del fallo.

El boliviano Jaime Martínez, de 32 años e hijo de un acaudalado ganadero local, fue el único condenado por el asesinato y desaparición de Jérémie Bellanger, de 25 años, y Fannie Blancho,  de 23 años, en agosto de 2010, en una finca en el departamento amazónico del Beni, cercana a la frontera con Brasil.

Un juzgado de Beni sentenció a Martínez a 30 años de cárcel en febrero de 2014, aunque meses después su defensa presentó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), máxima instancia del país, un recurso de casación en contra del fallo, que sería resuelto en los próximos días.

"Ahora estamos esperando la resolución del Tribunal Supremo sobre el tema de Casación", declaró el padre de Jérémie, Patrick Bellanger, quien llegó a La Paz junto a su esposa, Cécile, para seguir un último trámite que la ley le permite a la defensa de Martínez.

Hechos

La joven pareja de turistas franceses realizaba un viaje por América Latina, cuando llegó hasta Guayaramerín, donde, según la investigación, fueron abordados en un local nocturno por Martínez que los invitó a seguir bebiendo en su hacienda, donde se produjo la muerte de los jóvenes, luego de un intento de violación a Fannie. Los cuerpos no fueron hallados.

Si el TSJ rechaza el recurso de casación, el responsable del crimen será llevado desde una cárcel en Trinidad a una prisión de máxima seguridad en los Andes del país.

"Estamos cansados, pero vamos a ir hasta lo último y pensamos que por fin Jaime Martínez va a tener su sentencia", acotó Patrick, al recordar que es la quinta vez que llegan de Francia al país para seguir el proceso.

De los cinco años, "hemos estado ya cerca de tres años en Bolivia", acotó.

"Hace cinco años que mi hijo Jérémie y su compañera Fannie han desaparecido y ahora es más difícil vivir sin mi hijo", dijo Cécile, por su parte.