Los medios pudieron verificar que en el local habían una docena de privados, lugares donde los sillones se convertían en camas y puertas que podían utilizarse para ocultar a las trabajadoras del lugar, como verificó esta semana la Fiscalía de La Paz.

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30 de septiembre de 2016, 16:17 PM
30 de septiembre de 2016, 16:17 PM

Las puertas del Katanas se volvieron a abrir, se levantaron los precintos y cayeron los candados, pero esta vez para que los medios de comunicación puedan mostrar que este local nocturno tenía al menos una docena de privados, entre ellos cuatro cuartos y un número similar de paredes falsas, tras las que la Fiscalía constató que ocultaban a las trabajadoras durante los operativos.

Nohemy Cámara pidió a los periodistas, camarógrafos y fotógrafos que ingresen, en una visita que fue guiada por su abogada Paola Barriga, porque ella no quiso entrar según explicó para evitar los malos recuerdos que le traen a la mente ese lugar, donde ella señala que su padre Marco Cámara la obligó a trabajar desde que tenía 15 años.

La puerta trasera conduce directamente a unas gradas donde apenas puede pasar una persona, se atraviesa otra puerta que conduce directamente al ambiente principal del local. Equipos de sonido desparramados por todas partes, vasos con refresco, botellas de gaseosas y de alcohol, envases de comida rápida, y un olor a humedad muy desagradable que penetra por las fosas nasales que provocan náuseas.

Dos anuncios llaman la atención. Uno que señala "todos somos iguales ante la ley", y otro en el que se lee que trabajadora que se quede hasta después de las 8:00 tendría una retribución extra. En La Paz, los locales nocturnos sólo pueden operar hasta las 3.00 de la madrugada. El anuncio, por sí sólo, se convierte en una evidencia central. 

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La abogada dirigió a los medios de comunicación a un ambiente en el que se pudo observar una pared de venesta tapizada. "Cuando vinimos instalaron un enchufe, para disimular". Arrancó el tapiz, retiró la pieza de madera, y señaló  ante las cámaras una "puerta falsa, que conduce a la zona se salida, en la parte trasera".

Luego, condujo a los visitantes hacia el bar del local, abrió una puerta donde se pudo observar otro espacio oculto donde habían unas cuantas botellas. "Cuando un operativo llegaba al lugar, de Migración o de la Alcaldía, las víctimas señalan que las ocultaban aquí, y como se puede constatar entraban de cuclillas".

Para la abogada, esto demuestra que esta era una forma de evitar que las muchachas a las que Cámara y sus colaboradores habían traído con engaños no tengan contacto con las autoridades, y para que no denuncien los abusos cometidos contra ellas.

Luego la jurista se dirigió a un tercer espacio en el segundo piso del local. La habitación estaba llena de esponja, supuestamente para burlar a quienes iban a hacer la requisa. En el lugar se observó una pequeña puerta que era tapada por un sofá.

"Pueden observar ustedes, detrás se habilitó un espacio justo para que al menos 10 personas, aunque en condiciones deplorables, puedan ocultarse una al lado de la otra. Los policías, la noche que hicimos la inspección (esta semana) lo identificaron.  

La siguiente escala fue un lugar que tenía casilleros donde las bailarinas guardaban sus pertenencias. "Pero, desde este lugar, específicamente desde un vestidor, había una conexión secreta, que llevaba a la habitación colindante, que es la que les mostré hace un momento, donde se ocultaban a las muchachas".

En el lugar se observaron al menos 12 privados, ambientes que fueron habilitados con construcciones internas, en cuatro de ellas. La abogada dirigió a los visitantes hacia uno de ellos donde mostró un sillón "que al empujarlo se convertía en una cama. En este lugar las muchachas mantenían relaciones sexuales y eran violadas de forma absolutamente ilegal. Si bien había que algunas lo hacían de forma voluntaria, otras eran presionadas".

Finalmente, antes de salir, es inevitable no detenerse en un cuadro, en el que se ve la imagen de una mujer de al menos 1,70 metros de altura que sostiene una calavera. "El día de la inspección, Marco Cámara se arrodilló ante ella. Las víctimas cuentan que en muchos casos se veía la silueta de una mujer", comentó.

Así, el recorrido por el lugar termina. Tal vez sean las últimas imágenes que puedan ser captadas del Katanas. De hecho, tras al menos una decena de albañiles procedieron a sacar el techo del bar, mientras que su demolición total se anuncia en un plazo máximo de una semana. 


Vea el video del ingreso, que EL DEBER tramsmitió en vivo a través de su cuenta en Twitter, en el momento del ingreso al bar, junto con los periodistas.

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