Casi tres meses después de la presentación de su primera propuesta de reestructuración de unos 66.000 millones de dólares, Argentina consignará ante la comisión de valores de Estados Unidos una enmienda a su oferta

6 de julio de 2020, 18:06 PM
6 de julio de 2020, 18:06 PM

Argentina espera una respuesta favorable de sus acreedores a su nueva oferta de canje de deuda que debe formalizar este lunes, un proceso indispensable para su reactivación económica tras la debacle que dejará la pandemia de coronavirus.

Casi tres meses después de la presentación de su primera propuesta de reestructuración de unos 66.000 millones de dólares en bonos emitidos bajo legislación extranjera, Argentina anunció que consignará este lunes ante la comisión de valores (SEC) de Estados Unidos una enmienda a su oferta, con plazo hasta el 4 de agosto.

"Es el máximo y último esfuerzo que podemos hacer", dijo el presidente Alberto Fernández al anunciarlo el domingo.

Se espera que la presentación se haga al cierre de los mercados, que ya reaccionaron favorablemente con una suba de hasta 20% en las acciones argentinas que cotizan en Wall Street y de 9,01% en el índice Merval al cierre de la Bolsa de Buenos Aires.

Dos fondos de inversión, Gramercy y Fintech Advisory, de los más favorables al canje, expresaron su agrado con la nueva propuesta.

Los acreedores que ingresen al canje obtendrán 53,5 dólares por cada 100 dólares prestados.

La primera oferta estaba en el orden de los 39 dólares por cada 100 y fue rechazada por la mayoría de acreedores. 

"Obviamente, es una oferta muy mejorada. Se trata de una buena propuesta porque más o menos está dentro del rango de las demandas de los acreedores y también de las condiciones de Argentina", dijo a la AFP el analista económico Sebastián Maril.

La oferta acorta los plazos para comenzar pagos, de tres años a uno, y mejora la retribución en capital e intereses. En total, Argentina se compromete a cancelar 2.100 millones de dólares hasta 2023, frente a 300 millones de la propuesta inicial presentada en abril, según cálculos del economista Nery Persichini.

El paso más difícil

Con la economía en recesión desde 2018, y el impacto de la pandemia que derivará en una contracción del PIB estimada en 9,9% por el Fondo Monetario Internacional, cerrar el acuerdo de reestructuración de deuda es vital para Argentina.

"Es un primer paso para la recuperación, y además es el más difícil", consideró Maril.

Un acuerdo permitirá al país salir del default en el que incurrió en mayo luego de no pagar unos 500 millones de dólares de intereses de bonos sujetos al canje. Pero todavía le queda por delante la reestructuración de la deuda emitida bajo legislación local y con los organismos multilaterales.

En total, la deuda pública argentina es de unos 324.000 millones de dólares, casi 90% del PIB.

"Reestructurar la deuda y superar la pandemia del coronavirus son dos condiciones necesarias para que la economía crezca. El problema es que no son condiciones suficientes", estimó Matías Rajnerman, economista jefe de la firma Ecolatina.

"Hay que aplacar las presiones en el mercado cambiario y retomar el consumo y la inversión, para lo cual hace falta más certidumbre de modo que se genere confianza", indicó Rajnerman.

La pandemia ha afectado a las exportaciones agrícolas, la principal riqueza de Argentina, además de golpear las demás actividades económicas y el empleo.

En mayo, las exportaciones argentinas fueron de 5.061 millones de dólares, lo que representa una caída de 16,3% con respecto al mismo mes de 2019.

"Argentina tiene un potencial gigantesco, pero le han puesto una cantidad increíble de trabas burocráticas, cambiarias, sindicales. No tiene una economía dinámica que le permita recuperarse rápidamente", sostuvo Maril.

"Además, estamos en un mundo totalmente tocado por la pandemia y habrá que ver si va a comprar productos argentinos, si habrá un turismo que quiera venir a Argentina", añadió.

La letra chica 

Más allá de las mejoras, el mercado se muestra expectante sobre los aspectos legales que contiene la oferta.

En las semanas recientes se evidenciaron fuertes discrepancias entre el gobierno y los grupos de bonistas Ad Hoc y Exchange por las cláusulas de acción colectiva, que establecen el porcentaje de acreedores que deben estar de acuerdo para una reestructuración de deuda.

Aún no se conoce cómo quedará redactado en la nueva oferta ese capítulo legal. 

"Esos grupos son el hueso duro de esta negociación. Pero lo positivo es que hay tiempo hasta el 4 de agosto para adherir al canje, y se podrá hacer algún ajuste puntual", consideró Persichini.