Las jornadas de ocho horas puede extenderse si no se optimiza el tiempo

6 de octubre de 2020, 16:10 PM
6 de octubre de 2020, 16:10 PM

La cuarentena por la pandemia del coronavirus comienza a flexibilizarse en esta parte del mundo y muchas empresas han normalizado la rutina de trabajo presencial. Sin embargo, todavía hay algunas que prefieren evitar riesgos y sus trabajadores aún cumplen sus obligaciones desde casa

El 'home office' o teletrabajo puede resultar agotador y tener jornadas interminables si los empleados y empleadores no se organizan mejor, no optimizan el tiempo y no se fijan objetivos.

La profesional española Patricia Benayas, coach de Productividad y Gestión de tiempo enumera para el diario El País, algunos errores que pueden provocar esas jornadas infinitas, como "no ponerse un horario de inicio ni de fin, no planificar la semana, dejarlo todo para el final, hacer varias cosas a la vez, mirar las redes sociales, hacer las tareas de casa o no descansar, ya que es necesario hacer descansos y desconectar un rato”. 

Otro problema común, según la experta, es “que la organización de las empresas no sea buena”. También subraya que para la optimización de la jornada es imprescindible "un buen jefe, que sea líder y que ponga unos objetivos claros de trabajo, porque la productividad siempre va unida a objetivos”.

Claves para cambiar malos hábitos
Según la experta estas son algunas de las pautas básicas que se deben poner en práctica: 

- Ser realista con el tiempo del que se dispone.

Esto es muy importante para fijarse un horario de trabajo. “No se trata de hacer horas, sino de sacar trabajo adelante. Es mejor trabajar dos horas bien que seis mal”, destaca Benayas. 

Cita como ejemplo que, “si sabes que los niños llegan a casa a las 16:00, lo realista es asimilar que a partir de esa hora no vas a poder trabajar o vas tener que programar tareas más lights”.

Por otra parte, recomienda ser conscientes del tiempo real que lleva cada tarea y así planificar en base a ello.

- Separar el lugar de trabajo y el de ocio.

En este punto sugiere hacerlo dentro de las posibilidades, ya que si no es factible, se debe ser estricto con los horarios. "Si no tengo más remedio que trabajar en la mesa del comedor, a la hora convenida tengo que parar, recoger todas mis cosas y guardarlas hasta el día siguiente. No puede ser que luego llegue el momento de la cena y mis cosas sigan allí, mientras estamos cenando, porque tenemos que desconectar”, expresa

- Establecer una rutina de trabajo y otra de desconexión.

Según Benayas “hay que mentalizarse que se debe tener una rutina y autoorganizarse”. Esa rutina puede incluir: “levantarse a la hora acostumbrada, desayunar, vestirse y ponerse un horario de trabajo, que es, generalmente, lo que más cuesta”.

Además, “cuando llega la hora de acabar, hay que hacer una rutina que indique al cerebro que ha terminado”. Lo aconsejable sería “repasar la agenda con lo que tenemos para el día siguiente, apagar la computadora y dejar el escritorio recogido”. 

- No caer en las listas interminables de tareas.

“Normalmente la gente trabaja con listas de tareas para organizarse. Se crea una lista de 20 tareas, pero no las termina porque son muchísimas. En cambio, si planificas todas esas tareas por días, acaba un día y tus tareas, al día siguiente harás las que tienes programadas”. 

Visualizar la semana completa también ayuda a terminar con la carga mental. “Te sientes más tranquilo porque sabes lo que tienes que hacer”, recuerda la coach.

- Teletrabajar no significa contestar mensajes ni correos.

Benayas señala directamente a la tarea de contestar los correos electrónicos como una de las que más tiempo restan a los trabajadores. “Es un gran problema, porque mucha gente se pasa el día con el email y luego no le queda tiempo para trabajar y cumplir sus objetivos”. Ella aconseja silenciar el celular al menos una hora al día para poder concentrarse y cerrar la aplicación del email y abrirlo solo en momentos puntuales. 

“Está comprobado que funciona. La CEO de Yahoo, por ejemplo, que recibe miles de emails al día, solo lo consulta tres veces. Lo mismo debemos hacer nosotros: te fijas unas horas, lo miras, ves lo que es urgente, lo que debes contestar y lo que puedes dejar pasar, contestas en ese momento, y lo vuelves a cerrar hasta el siguiente intervalo que te hayas fijado. Y si es algo muy importante, que hay que resolver muy rápido, llama por teléfono”, finaliza.