El viernes se comenzó a vacunar a los mayores de 80 años, en medio de quejas por las largas filas. En espera había varias personas mayores de 90 años. Por el momento solo se dispone de la cuarta parte de las dosis que se precisa

18 de abril de 2021, 16:18 PM
18 de abril de 2021, 16:18 PM

Camina lento, tiene presión alta, diabetes y 83 años a cuestas. Estuvo en ‘confinamiento’ voluntario durante más de un año para minimizar al máximo el riesgo de contagio del coronavirus. Sin embargo, el viernes se vio obligado a salir de su casa y madrugar con su hijo hasta el centro El Remanso para recibir la vacuna contra el virus que nuevamente está en escalada.

Marcelo Gutiérrez llegó a las 6:00 hasta este punto de vacunación de El Remanso porque quería asegurar la dosis sin exponerse a aglomeraciones, pero a esa hora ya había una larga fila de personas de la tercera edad, que igual que él optaron por madrugar con el mismo objetivo. Algunos reportaron que llegaron incluso a las 2:00 de la madrugada.

Este jubilado, que durante años salvó vidas trabajando como enfermero en las provincias, recién pudo acceder a la vacuna cerca de las 10:00 y esto porque su hijo logró anotar su nombre en la primera lista de aspirantes a las vacunas que hicieron los que aguardaban en la fila junto a sus familiares para evitar que quienes llegaran más tarde se metan en la cola. Su hijo hizo la fila por él.

A eso de las 9:30 ya había cuatro listas que la gente entregó a los médicos del hospital que estaban en el ingreso haciendo el control y tratando de responder las múltiples preguntas de la gente.

En otro de los puntos autorizados, el Centro de Especialidades Médicas de la Uagrm hubo igual largas filas y reclamos por falta de información. Algunos se aglomeraron en el ingreso al área de vacunación, en medio de la desesperación y para controlar que nadie que llegue recién ingrese al inicio de la fila.

Así arrancó este viernes la vacunación a los adultos mayores en el municipio capitalino. El primer grupo por ser inmunizado son los mayores de 80 años, para lo cual se distribuyeron 10.000 dosis a cuatro puntos de vacunación; sin embargo, en la ciudad hay 16.392 personas mayores de 80 años, por lo que, con las dosis actualmente disponibles, se cubrirá solo la cuarta parte de este segmento de la población.

Aunque, el presidente del país, Luis Arce, confirmó el viernes el arribo de 200.000 vacunas de Sputnik esta semana. La nave de Boliviana de Aviación (BoA) con las dosis parte este domingo de Rusia.

Varios mayores de 90 años

Neiza Justiniano, con 92 años, es la segunda vez que sale de su domicilio desde que comenzó la pandemia. El viernes desafió sus temores y con la ayuda de familiares fue primero al hospital El Remanso, pero al ver que la fila estaba larga decidieron probar suerte en otro punto de vacunación. Y fue así que logró acceder a la ansiada dosis en el centro de la Uagrm.

En el lugar también estaba Olga Áñez, que a los 90 años recibió su primera dosis. Ella tiene problemas de presión alta y afortunadamente no enfermó de coronavirus. Su familia tomó todas las precauciones porque saben que está entre los grupos de riesgo y en ella el coronavirus puede causar más complicaciones.

“Estamos contentos de que ella reciba la vacuna. La cuidamos mucho, estuvo encerrada en casa para que no se enferme”, manifestó su hijo que la acompañó todo el tiempo mientras esperaban su turno para la vacuna.

Ana Álvarez (91), en silla de ruedas, esperaba junto a un familiar que la acompañaba. También es la segunda vez que sale de su casa para buscar la vacuna. “La cuidamos mucho para que no enferme”, remarca su familiar Ana Zabala.

Zabala cuenta que en su casa enfermaron varios de coronavirus, pero cuidaron mucho de que su abuelita no se contagie y salió victoriosa del brote familiar.

Nelson Justiniano también madrugó al centro de la Uagrm. Él reconoce que lo más difícil de esta pandemia es el encierro y no poder ver ni abrazar a los familiares, por eso salía algunas veces de su casa, pero manteniendo las medidas de bioseguridad.

“Me escapaba a veces un rato a la calle por alguna necesidad o a visitar a los familiares, pero manteniendo todos los cuidados. Uno de mis hijos enfermó de coronavirus, pasamos un momento difícil, pero logró vencer la enfermedad”, comenta Justiniano.

Con barbijo esperaba sentado su turno para recibir la dosis. Apacible y con buen humor, observa el movimiento y aglomeración de la gente, pero eso parecía no afectarle porque está contento de haber llegado al año de la pandemia sin enfermarse, cuando mucha gente ha perdido a familiares o no ha podido sobrevivir al virus.

Fredy Villa, con cerca de 90 años, reconoce que la pandemia afectó de distintas formas a la población, por lo que fue un gran alivio recibir la vacuna. “Estoy sano, sin malestares, pero seguimos en pandemia y es necesario recibir la vacuna para estar protegidos porque no sabemos cuándo saldremos de esta crisis que no solo es sanitaria sino también económica”, manifiesta.

Entre los que hacían fila en el centro de la Uagrm también estaban dos religiosas, ambas portaban barbijo y protector facial. Ellas pertenecen a la Congregación Hermanas del Amor de Dios. Se trata de las hermanas Josefa Blanco y Teresa Ciudad, que fueron las primeras de la congregación en hacerse vacunar contra el coronavirus.

Cari Núñez fue una de las primeras en recibir la dosis porque madrugó con su familiar para la inmunización. En el tiempo de monitoreo, de 20 minutos que se debe esperar que ver si hay reacciones adversas, comentó que no sintió malestares.

Su nieta dice que tiene 83 años, pero ella la interrumpe y corrige que tiene 84 años, luego sonríe. “Me siento muy bien”, dice con buen ánimo.

Entre los que acudieron al centro de El Remanso se encontraba Carmelo Miguel Parada (81), un maestro jubilado, que en todo este tiempo ha venido haciendo lance al coronavirus, yéndose con su esposa a la propiedad de un amigo. Padre de tres hijos, que le han dado tres nietos, se siente contento de sentirse sano, la diabetes y la hipertensión que detectaron, están bajo control.

“Mi hijo hizo fila desde las dos de la mañana y logré estar entre los primeros”, comentó después de recibir la dosis.

En el punto de vacunación habilitado en El Bajío cerca del mediodía ya no había fichas para ese día, aunque la vacunación se extendió hasta las 16:00 con los que estaban en la fila desde temprano.

El Sedes pide que no madruguen, pero aquí le dicen a uno que venga el lunes en la madrugada para que le entreguen ficha”, protestó una de las familiares que acompañaba a su mamá en busca de la vacuna.

En varios de los puntos autorizados había personal del Servicio Departamental de Salud (Sedes) en el área de espera, ellos explicaban que por ahora la vacuna es solo para los mayores de 80 años, por lo que los que tienen menos de esa edad debían volver cuando se informe que lleguen más dosis y se amplíe el rango etario. También explicaban que los que están asegurados en las cajas de salud deben buscar allí las dosis cuando la seguridad social lance la vacunación.

El plan de vacunación a los adultos mayores arrancó con las 6.630 que llegaron a Santa Cruz de la Sierra el viernes y un saldo que había en el Programa Ampliado de Salud (PAI). Solo el primer día se aplicaron 1.559 dosis, por lo que se prevé que esta semana se agotarán todas las disponibles.

El gerente de Epidemiología del Sedes, Carlos Hurtado señaló “vamos a seguir vacunando hasta donde alcancen las dosis”, por lo que pidió al Gobierno nacional agilizar la llegada de más dosis.