El presidente brasileño adopta actitudes y discursos contradictorios sobre la pandemia de coronavirus que ha causado en el país la muerte de 1.328 personas y 23.430 contagiadas

13 de abril de 2020, 21:50 PM
13 de abril de 2020, 21:50 PM

Un día después de amenazar con usar la pluma contra los ministros que "hablan demasiado" y se han convertido en "estrellas", el presidente Jair Bolsonaro mostró que la amenaza velada no era más que un farol, según un artículo publicado por Folha de Sao Paulo.

Y es que no habían pasado ni 24 horas desde esta declaración en la puerta del Palacio de Alvorada, cuando el presidente se quedó sin palabras ante una cuestión del ministro Luiz Henrique Mandetta (Sanidad) sobre su posible destitución.

La escena tuvo lugar en una reunión ministerial convocada a última hora el lunes (6) y contó con la presencia de otros ministros, además del vicepresidente, el general Hamilton Mourão.

Según cuatro asistentes del presidente entrevistados por Folha bajo la condición de anonimato, Bolsonaro abrió los ojos, guardó silencio y mostró perplejidad ante la pregunta directa de Mandetta. Los ministros militares intentaron salvar la situación.

El episodio ilustra cómo el presidente ha manejado la crisis del coronavirus. Si, dentro del Gobierno, la pluma no tiene tanta fuerza, fuera, Bolsonaro aviva la disputa entre sus simpatizantes.

Desde que la OMS (Organización Mundial de la Salud) declaró la pandemia mundial el 11 de marzo, el mandatario ha adoptado discursos y actitudes contradictorias.

En cinco intervenciones dirigidas a la nación a través de radio y televisión, han prevalecido diferentes tonos.

El país ha respondido con caceroladas casi todos los días en varias capitales brasileñas, y los demás Poderes (el Congreso y el Supremo) han reaccionado exigiendo que los ministros militares controlen el comportamiento del presidente.