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El efecto de la cuarentena: captan a un leopardo de las nieves, una de las especies más exóticas
No se lo había visto en muchos años en regiones de Rusia. Pudo ser divisado luego de que se redujera la circulación de personas por el aislamiento obligatorio
Las medidas de aislamiento adoptadas en diferentes países para hacer frente a la pandemia de coronavirus obligaron a más de 3.000 millones de personas de todo el mundo a quedarse en sus casas. La reducción de la circulación del ser humano no solo generó beneficios para el medioambiente, sino que brindó mayor libertad a distintos animales, muchos de los cuales se animaron a regresar a sus antiguos hábitats, según un reporte del diario argentino Página 12.
La última novedad vino de Rusia, donde se logró captar por primera vez en varios años al leopardo de las nieves, una de las especies más exóticas del mundo.
El biólogo Aleksey Kuzhlekov compartió una serie de fotografías tomadas en el Parque Nacional Sailugem, al sur del país. Explicó que la hembra se dejó ver durante unos 30 segundos gracias a la ausencia de turistas.
“Caminé a lo largo del parque siguiendo los pasos de un hombre cuando vi a una especie muy grande que no había sido captado previamente por una cámara. Era necesario fotografiarlo para su posterior identificación. Nos encontramos con miradas casi en blanco. La distancia entre nosotros no era más de veinte metros. Cuidadosamente levanté la cámara y comencé a captarlo”, contó Kuzhlekov.
El leopardo de las nieves, también conocido como Irbis, es un mamífero carnívoro que vive en altitudes superiores a los seis mil metros. Debido al difícil acceso de su hábitat es poca la información que se dispone de ellos. Hasta el momento, se desconoce la cantidad de ejemplares que quedan en estado salvaje, pero se estima que quedan unos 5.000.
La reaparición del leopardo de las nieves, sin embargo, no es la primera postal insólita que generó la baja de circulación y el aislamiento de los seres humanos. En la India se hizo posible ver la Cordillera del Himalaya desde 200 kilómetros –algo que no sucedía hace 30 años- gracias a la disminución de la contaminación que provocó el cese de actividades industriales y la restricción del tránsito. En Venecia , por su parte, el agua de los canales se volvió transparente luego de que se redujera drásticamente el turismo y la circulación de las embarcaciones.