Lucas Rocha-Melogno realizó estudios científicos que revelan que el covid-19 se transmite principalmente por la inhalación de aerosoles emitidos por los humanos, al igual que otras enfermedades respiratorias como la influenza, el sarampión y la tuberculosis

El Deber logo
18 de enero de 2022, 11:03 AM
18 de enero de 2022, 11:03 AM

Por: Eduardo Ruilowa

El médico boliviano Lucas Rocha-Melogno, quien obtuvo un doctorado en Ingeniería Ambiental en Duke University donde investigó el rol de los aerosoles en la transmisión de enfermedades estomacales y respiratorias, dio detalles sobre las tres maneras más efectivas para prevenir el contagio de covid-19.

“Los aerosoles son partículas pequeñas sólidas o líquidas de bajo peso que flotan en el aire como el humo del cigarrillo y que pueden transportar a microorganismos. La evidencia científica con base en principios de física microbiología y epidemiología es clara: el covid-19 se transmite principalmente por la inhalación de aerosoles al igual que otras enfermedades respiratorias como la influenza, el sarampión y la tuberculosis”, expresa Rocha.

En vista de esta evidencia, las medidas principales para reducir el riesgo de transmisión, según Rocha, son:

1. Ventilar con aire fresco los espacios cerrados o en caso de climas fríos o calidad de aire mala, usar filtros de aire portátiles.

“Esto es sumamente importante en espacios públicos, particularmente donde la gente comparte el aire como en los hospitales, restaurantes, colegios y transporte público. Es por eso que los aviones tienen filtros HEPA, por ejemplo, la idea es diluir los aerosoles en los que el virus es transportado o removerlos del aire al punto que su concentración sea tan baja que no nos pueda infectar. Evitemos rociar desinfectantes ya que éstos generan químicos que lastiman nuestro sistema al inhalarse. No se han estudiado extensivamente y muchos ni siquiera funcionan”.

2. Usar mascarilla de alta eficiencia ajustada al rostro como las N95, KN95 o KF94 en espacios cerrados.

“Si bien las mascarillas de tela o quirúrgicas ayudaron en el 2020, la variante Ómicron demostró ser mucho más eficiente en transmitirse y las mejores mascarillas tienen dos funciones: capturar los aerosoles con virus de la persona contagiada y filtrar el aire que respiramos dejando pasar el oxígeno que respiramos y el dióxido de carbono que exhalamos”.

3. Mantener la distancia de dos metros, esto es porque los aerosoles se diluyen en el aire y la concentración será mucho mayor cerca a la persona contagiosa.

“Piensen que es como el humo de cigarrillo saliendo de la boca o la nariz de alguien. Debemos seguir lavando las manos, pero el contacto con superficies contaminadas se ha determinado como una ruta de riesgo de transmisión menor en base a estudios epidemiológicos, donde tomaron muestras de superficies de alto contacto y las concentraciones del virus fueron mínimas”.


Según Rocha, hay cinco razones científicas que corroboran la conclusión del rol primordial de la inhalación de aerosoles en la transmisión del covid-19 son:  

1. Los eventos de 'súper contagio', donde una persona infecta a 10 o más en teatros, restaurantes u otros espacios cerrados sólo pueden ser explicados por la teoría de la 'transmisión por aerosoles', debido al alto número de contagios a más de dos metros del caso índice y este patrón no puede ser explicado adecuadamente por la teoría de gotas balísticas o de superficies contaminadas.

2. Se han reportado contagios entre dos habitaciones contiguas de hoteles en los cuales huéspedes estaban en cuarentena y se contagiaron sin estar en la misma habitación. Sabemos que el virus solo es infeccioso por unas cuantas horas en el aire. Una persona infecciosa emite aerosoles con virus frecuentemente, estos aerosoles se acumulan en espacios cerrados y una persona susceptible puede respirarlos durante ese tiempo de exposición.

3. Estudios han demostrado, mediante medición directa, que emitimos miles de aerosoles y muy pocas gotas pesadas al habla. Y estudios recientes encontraron una mayor cantidad de aire viral en aerosoles pequeños comparado a aerosoles grandes que caen más rápido al suelo. Al mismo tiempo, se conoce que los seres humanos respiramos cerca de 11 litros de aire por minuto y aún más cuando realizan actividades físicas aumentando la emisión de aerosoles y la cantidad de aire que respiramos.

4. Se ha detectado virus infeccioso en muestras de aire en espacios cerrados en ausencia de procesos generadores de aerosoles como la incubación de pacientes, por ejemplo. Capturar el virus infeccioso del aire es sumamente difícil, ya que el muestreo deshidrata los aerosoles y daña al virus al impactar contra el equipo de muestreo.

Esto no se ha logrado hacer con el virus del sarampión o la bacteria de la tuberculosis y aun así son enfermedades universalmente aceptadas como transmitidas por aerosoles debido a su alta tasa de contagiosidad, que es lo que estamos viendo con la variante Ómicron, según el especialista.

5. Se ha demostrado que en colegios y otros espacios cerrados donde se ha mejorado la ventilación con aire fresco o con filtración mecánica se ha tenido 35 a 48 por ciento menor número de casos. Estas medidas son específicamente diseñadas para reducir los aerosoles del aire que respiramos y no tienen efecto directo en las gotas grandes que caen al piso es por eso también que hemos visto que la mayoría de casos se dan en espacios cerrados y no cuando estamos socializando en ambientes abiertos, aunque también hay excepciones.

Para Rocha, una de las formas más fáciles de asegurarse que estamos en un espacio con aire fresco es con un medidor de dióxido de carbono ya que nosotros lo exhalamos como producto de la respiración; mientras mayor sea la concentración del dióxido de carbono menor aire fresco estamos respirando en espacios cerrados.

Finalmente recuerda que el objetivo es reducir la cantidad de casos al punto de que sean la excepción y no la norma.

“Siempre es posible que haya contagios, pero estas medidas de prevención reducen la probabilidad si aseguramos que el aire que respiramos en espacios cerrados es libre de aerosoles infecciosos. Así podríamos evitar épocas de resfríos y un futuro en el que el aire que respiramos sea tan limpio como el agua que bebemos”, concluyó.