La expresentadora de TV e influencer cuenta que tuvo depresión y Covid-19. Todo lo superó con disciplina y siguiendo un tratamiento médico estricto

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17 de diciembre de 2020, 17:55 PM
17 de diciembre de 2020, 17:55 PM

Estaba terminando sus vacaciones familiares en Miami y la expresentadora de TV e influencer Laura Donoso Mata (43) decidió hacerse la prueba del Covid 19. Como el resultado tarda entre dos y tres días lo recibió cuando ya estaba en Santa Cruz. Y para su sorpresa dio positivo. Sí, tenía coronavirus siendo ella una enferma de riesgo, pues tiene diabetes tipo 1.

Laura se asustó y de inmediato fue visitada por un médico que la aisló un mes y le dio un tratamiento que siguió de manera estricta. Cuando le explicaron que con los remedios que estaba tomando iba a superar al virus se quedó más tranquila. Cuenta que nunca perdió el olfato ni el gusto, que le dolió un poco la cabeza, el cuerpo y la garganta.

Dice que en Miami fueron a los centros comerciales, a la playa, a pasear y a los restaurantes. Cree que en algunos de esos lugares fue donde se contagió. Sigue estrictamente las normas de bioseguridad, se cuida mucho porque sabe el peligro al que se expone.

De su contagio hace ya tres meses. Hace pocos días volvió a dar negativo y sus actividades volvieron a la normalidad, como hacer ejercicios, integrarse y atender a su familia. 

Dice que depende de la población detener el avance del virus y evitar las infecciones. Se tiene que usar barbijo, ponerse alcohol en las manos, respetar el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones. Cree firmemente en la frase "vos te cuidás, yo me cuido, todos nos cuidamos".

Diabética

Hace un poco más de 20 años le detectaron diabetes tipo 1, aquella que les da a los niños y a los jóvenes. Se dio cuenta de que algo andaba mal en su cuerpo, que tenía mucha hambre y sed, que a pesar de que comía en abundancia solo pesaba 43 kilos y en una ocasión entró en coma. Los médicos sospechaban que tenía esta diabetes y lo confirmaron con los estudios médicos que le hicieron. 

Sí, Laura tenía diabetes. Cuenta que el mundo se le vino abajo, sintió que caía en un pozo y que entraba en un túnel oscuro sin salida. Sin embargo los médicos que la atendieron la hicieron cambiar de pensamiento, le explicaron que sí, se trata de una enfermedad, pero que es llevadera, que se puede vivir muchísimos años con ella. Solo que debía cambiar sus hábitos de vida, ser disciplinada y saber que todos los días tiene que colocarse insulina, que es la hormona que naturalmente su cuerpo no la produce y de manera artificial, con una inyección, la tiene que hacer ingresar a su organismo.

Cuenta que en vez de lamentarse, de cuestionar a su suerte y de preguntarle a Dios por qué le pasó eso a ella, se repuso, pidió que le informen bien que debía hacer y empezó con su nueva vida. Laura dice que cuando a una persona le detectan diabetes, la familia también asume la enfermedad, pues en la casa todos sufren.

Y así fue en su caso. Sus padres Anita Mata y René Donoso no solo la apoyaron, sino que la acompañaron activamente en su nueva vida, en su cambio de alimentación, en sus hábitos de vida y se informaron sobre cómo vivir con diabetes para involucrase en esa situación.



Tuvo que aprender todo sobre diabetes, que para ella era totalmente desconocido. A colocarse la insulina con inyección, que lo hace una vez al día, lo mismo que cuando come algo. A reconocer qué alimentos puede consumir y cuáles no, qué ingredientes sustituyen a otros, qué debe hacer y qué no. 

Laura se considera una persona positiva, optimista, perseverante y eso le ayuda mucho en su situación de diabética. Salió de la depresión y se dijo a sí misma "solo depende de vos para llevar una buena vida". Se convirtió casi en una experta en esta enfermedad, porque investiga, consulta a los médicos y está pendiente de las novedades que tienen los científicos.

Explica que existen dos clases de diabetes, la tipo 1, que es la infantil y juvenil, y la tipo 2, que sufren las personas mayores y que se agrava por los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo. Ella sufre la tipo 1. Cuenta que la gente muere más por diabetes que por coronavirus, y todo porque los enfermos no se cuidan adecuadamente.

Cuando Laura inició su relación amorosa con Jorge Méndez, que desde hace casi 21 años es su esposo, la llevó a un gimnasio y le mostró los beneficios que tendría para su cuerpo y para su mente si hacía ejercicios, más aún si se le hacía costumbre practicar ese deporte.

Dice que le encantó, que quedó seducida ante los beneficios que le traía hacer ejercicios. Y desde entonces nunca dejó de ir al gimnasio o de practicar las rutinas en su casa todos los días. Su vida cambió, aprendió a comer sano y lo que su organismo necesita, a controlar su insulina y a inyectarla en su cuerpo cuando lo requiere.



Expresó que no todo es color de rosa. Que hay épocas en que decae anímicamente, que regresa a la depresión, pero con la ayuda de médicos y de su familia vuelve a salir a flote, se recupera y vive su normalidad. Laura es contundente, dice que no es fácil, pero que "si uno se cuida se puede vivir bien con diabetes".

Comenta que hacer ejercicios es blindarse para cualquier enfermedad, que la diabetes no es un obstáculo para estar en buena forma y llevar un vida sana, más bien es un desafío, un incentivo para mejorar la calidad de vida.

Dice que tener esta enfermedad la motiva todos los días, que la usa a su favor, pues sabe que si sigue una vida sana, si controla diariamente el nivel de insulina de su cuerpo, podrá tener una buena vida. Cuenta que tiene mucha fe y siempre recuerda la frase bíblica que dice "los que aman a Dios todas las cosas le son para bien".