En el centro habilitado para enfermos de Covid-19 y el hospital Germán Busch de la capital beniana se encuentran estos aparatos, que son indispensables para tratar el síndrome de distrés respiratorio de los pacientes. Trece de ellos no funcionan. El Sedes espera el envío de expertos para repararlos

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5 de mayo de 2020, 6:00 AM
5 de mayo de 2020, 6:00 AM

Desde el 26 de abril, cuando se detectó el primer caso de coronavirus en Beni las alarmas se activaron. Al mismo tiempo, desnudaron las falencias en el sistema de salud del departamento. Este lunes, nueve días después, con 212 casos confirmados, el personal médico y los directivos del hospital Germán Busch de Trinidad se declaran en estado de emergencia ante la falta de atención de las autoridades y debido a la carencia de insumos de bioseguridad y equipos, especialmente de respiradores artificiales.

Tanto en el hospital público de la capital beniana como en el centro habilitado para enfermos de Covid-19 se encuentran 15 de estos aparatos, de los cuales solo dos funcionan.

“Tenemos tres que nos entregó la Caja Nacional. Y, en teoría, tenemos seis que nos envió el Gobierno y otros seis que se trajeron hace más de un mes. Pero, lamentablemente, la mayoría no han sido habilitados y los demás requieren de reparaciones. Estamos esperando la llegada de técnicos expertos para que puedan repararlos”, indicó el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Beni, Jorge Gómez.

El funcionario recordó que, antes de la aparición del primer caso en el departamento beniano, el sistema contaba con 15 camas de terapia intensiva habilitadas y con 15 respiradores. El problema es que los equipos estuvieron mucho tiempo sin uso y, de repente, cuando nos llegaron los casos de golpe, todo se fue complicando. Actualmente solo funcionan dos”, añadió Gómez.

Por su parte, Juan Velasco, jefe médico del hospital Germán Busch, que el domingo se declaró en emergencia debido a la falta de equipos, se quejó ante la falta de atención del Sedes y advirtió que también hace falta especialistas, además de médicos generales. Recordó también de que muchos han optado por no trabajar en el lugar ante la falta de condiciones. Por ello apoya la declaratoria de desastre que habían anunciado los cívicos del departamento.

“Es el único hospital público que existe de referencia departamental y ha quedado diezmado con su personal, con un servicio de terapia intensiva en precarias condiciones. Tenemos personal de salud contaminados, todo por la mala planificación y la vulneración del protocolo por parte del Sedes”, expresó Velasco.

Bolivia Stroebel, jefa de enfermería del hospital de Cossmil, que fue habilitado para enfermos de Covid-19, dio más detalles sobre el problema de los respiradores que se encuentran en el lugar.

“Esos aparatos están ahí hace más de un mes. Es una pena que no se les hizo el tratamiento adecuado, la gente que capacitaron para su uso renunció. A eso hay que sumar que ninguno se encuentra esterilizado. Los respiradores funcionan con un material corrugado que va directo al paciente que esta intubado. Ese corrugado es de goma, entonces, no lo puedo meter a un horno a esterilizar, por lo tanto, se precisa de una sala de esterilización especial, con la que aquí no contamos. Yo no puedo atender a un paciente con material infectado. Son demasiadas las falencias”, mencionó.  

A pesar de la situación, el director del Sedes se muestra optimista con la llegada de los ingenieros biotecnólogos, que, según él, serán enviados por el Gobierno para reparar los respiradores, como también el apoyo de especialistas de clínicas privadas que se están sumando a atender los casos de emergencia. “Se entiende que los trabajadores de los hospitales se sientan agobiados, pero efectuando acciones coordinadas, se podrá encontrar la manera de salir de este difícil momento”, afirmó Gómez.