Falta por hacer. Aun así se atendieron 217.000 llamadas y se dio teleconsulta a 7.900 pacientes

10 de octubre de 2020, 21:25 PM
10 de octubre de 2020, 21:25 PM


Con el Covid-19 circulando, con hospitales poco preparados para enfrentar una pandemia, y con la idea de captar a los sospechosos en casa, la telemedicina parecía ser una herramienta ideal. Bolivia ya contaba con el programa de Telesalud desde 2013 y en febrero de 2020 se tomó la decisión de que este ya no iba a ser de interconsulta, sino que daría el paso hacia la teleconsulta, convirtiéndose en un call center para resolver las dudas de la gente, captar sospechosos y en el caso de que así se lo requiera, hacerles seguimiento en domicilio o enviarlos a un centro de aislamiento u hospital.

En marzo (cuando el Covid-19 aterrizó en Bolivia) se atendieron unas 121.000 llamadas y estas, a medida que la gente ha ido aprendiendo a cuidarse y a detectar los síntomas, han ido disminuyendo; en agosto solo fueron 15.000. En total el programa ha atendido 217.000 llamadas y ha hecho seguimiento a 7.900 pacientes, de los cuales el 14% requirió internación.

Se comenzó con nueve médicos y se llegó a tener 108. A los casos que el triaje considera sospechosos se los monitorea por lo menos una vez al día (a varios se les ha tenido que dar seguimiento dos y tres veces en el día) durante 14 o 21 jornadas completas.

El doctor Juan Pablo Escalera Antezana, Responsable Nacional del Programa Telesalud, afirma que la Telemedicina se encuentra en 338 municipios.

Haciendo una evaluación sobre el servicio, Escalera reconoce que se debe mejorar la coordinación con las otras instancias que han participado como municipios y gobernaciones. También repara en que la falta de conocimiento e información hicieron que al principio la gente le dé un mal uso al centro de llamadas porque incluso recibieron agresiones de tipo sexual. “En un inicio no se dio abasto, mucha gente se quejaba porque llamaba y no les contestaban”, y explica que esto pasaba mientras las líneas eran ocupadas por gente sin oficio o malintencionada.

EN SANTA CRUZ

Lina Flores, coordinadora departamental del programa Telesalud, da un ejemplo: un paciente puede llamar desde Comarapa y si el médico del call center (que está físicamente en La Paz) lo encuentra sospechoso, lo deriva al equipo de Santa Cruz, que, a su vez, lo pone en contacto con el médico en Comarapa para que le haga seguimiento telefónico. Solo en caso que requiera atención médica o internación se lo envía a donde corresponde.

Hay presencia en 55 de los 56 municipios cruceños (menos Puerto Quijarro).

La época en que el call center del Ministerio de Salud se saturó fue entre mayo y junio. “Al inicio llamaban con síntomas de dengue o influenza”.

Flores detalla que las llamadas a las que hubo que hacer seguimiento, porque fueron casos reales de coronavirus, fueron 1.419. De esa cantidad 31 pacientes fallecieron (2,2%) y 51 debieron ser referenciados a hospitales (3,6%).

Haciendo una autoevaluación considera que las debilidades de esta iniciativa tienen que ver con las debilidades estructurales del sistema de salud. Primero fallaron en algunos casos los equipos de respuesta rápida (demoraron mucho en la toma de muestras y en la entrega de resultados). 

Segundo, llegó un momento en que las ambulancias no fueron suficientes para hacer las referencias de los pacientes complicados, y tercero, hubo un tiempo en que colapsaron los servicios de hospitales. Todo eso influyó para que no sea tan efectivo el call center.

Pero también hubo ganancia. Telesalud ayudó a evitar la saturación de los establecimientos de salud, logrando que casos leves y moderados se hayan podido manejar dentro de los domicilios a través de la teleconsulta.

Si bien es cierto que la teleconsulta solo se hace por llamadas telefónicas, o por videollamadas (Zoom, WhatsApp, etc.) y que el acceso de un paciente depende de su manejo de los equipos tecnológicos y su llegada a internet, no se puede negar que esta herramienta es una más para luchar contra el virus.