El centro cultural alternativo de la calle Sucre acaba de cumplir su quinto aniversario. Ha sido escenario de centenares de puestas en escena de obras de teatro nacionales y extranjeros. El director de este emprendimiento, Ariel Vargas, cree que antes de quejarse hay que proponer ideas para no morir

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28 de mayo de 2020, 6:38 AM
28 de mayo de 2020, 6:38 AM

Los espacios culturales de Santa Cruz de la Sierra y del país permanecen cerrados debido a la crisis sanitaria por el Covid-19 y buscan nuevas formas para subsistir. En ese afán es que el snack Tía Ñola, que se encuentra en la calle Sucre, decidió, en una medida extrema, apelar a la venta y reparto a domicilio de empanadas, las que habitualmente se vendían antes y después de las funciones artísticas que allí se realizaban.

Considerado uno de los principales centros culturales alternativos de la capital cruceña, Tía Ñola, que acaba de cumplir su quinto aniversario el 23 de mayo, empezó desde este lunes 25 de mayo a ofrecer sus empanadas para solventar lo más urgente, que es el pago del  alquiler de ese espacio y las cuentas de luz y agua.  

“La verdad es que el ‘delivery’ es una acción para no morir. Es una forma de sobrevivir como espacio cultural, porque tenemos esas urgencias”, comenta el actor Ariel Vargas , quien, junto a sus padres, son los gestores de este escenario por el que han pasado más de una centena de artistas de teatro nacionales y extranjeros.

“Siempre hemos sido de la idea de no quejarnos de lo que nos falta, si no de proponer. En este caso vendiendo empanadas. Actualmente es difícil subsistir como espacio cultural, pero nos gusta mucho lo que hacemos y vamos a ‘lucharla’ mientras la gente nos apoye”, afirma Vargas, que ya prepara para principios de junio un festival de stand up vía internet junto a otros artistas nacionales del género.

Desde 2015 Vargas dirige, junto a su familia, Tía Ñola (calle Sucre # 532), donde ha logrado mantener una cartelera de teatro permanente para diversos públicos. Pese a no contar con los recursos técnicos de otros centros culturales se ha convertido en uno de los más requeridos por los actores nacionales. También ha sido el promotor de nuevos grupos y propuestas artísticas. Gracias a este emprendimiento Tía Ñola, en 2016, recibió el reconocimiento como Personaje del Año de EL DEBER y recibió el galardón Patujú de Bronce.