Tres personas con discapacidad necesitan alimentos
Recibieron algunos víveres pero hay que estar pendientes de ellos. Hay dos de la tercera edad
Prepararon su comida del jueves y de hoy gracias a unos policías, que les llevaron un plato de lenteja y algo de harina, aceite y arroz.
Clemente Vallejos camina lentamente y respira con dificultad porque la furosemida no alcanza a liberarlo de los líquidos que su cuerpo hipertenso retiene.
La luz se fue de sus ojos cuando tenía 20 años: "Me atropelló un conductor que estaba ebrio. Por eso me vino glaucoma y mi vista se fue apagando".
Hasta hace cuatro meses podía vender algunos dulces cerca del campus universitario, pero las fuerzas ya no lo acompañaron.
Lily Alvis, su esposa, salía a cantar dos veces por semana al cercano mercado 4 de Noviembre, pero ahora es un riesgo. "No es como cuando estábamos en paro. Esto es otra cosa. No se puede salir".
Lily era una niña cuando dejó de ver los colores. "Mi mamá me cuenta que se me volcaban los ojos. Me operaron para mejorarme, pero me empeoraron. No veo nada desde entonces", explica.
Ambos viven en la calle Tocomechí No. 2775. Bajo un mango frondoso reciben de tanto en tanto a seis de sus nueve pequeños nietos, que viven a pocas cuadras. Los otros tres viven algo más lejos, así que no han tenido contacto con ellos desde que empezó la cuarentena. Además, no deja de ser un riesgo.
La periodista Linda Gónzalez llevó alimentos a la familia de discapacitados: arroz, frijol, lentejas, fideos, harina, aceite, sal, papa, jabón, detergente en polvo, té y platos de comida caliente.
La ayuda puede coordinarse a los números 76315770 y al 3505468. Hoy recibieron comida caliente y algo de víveres.
En la calle No. 6, conocida como El Trasnochador, en el barrio La Colorada, vive don Toribio Coca Padilla. Es una casa sin barda que está entre el cuarto y el quinto anillo. Ahí, sin agua y sin electricidad, con una sordera que avanza, don Toribio espera cualquier ayuda. El contacto para llegar a él es Darling Galvis. Se la puede llamar al 71084862. Algunos vecinos le llevaron algo, pero hace falta más. El asambleísta Marco Mejía se sumó a la ayuda y llevó alimentos.
