La cumbre que en marzo se anunció que se realizaría por videoconferencia, ahora se puede efectuar de forma presencial en Camp David. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció esa posibilidad

20 de mayo de 2020, 19:17 PM
20 de mayo de 2020, 19:17 PM

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles que quiere que la cumbre del G7 prevista para junio se realice de forma presencial en la residencia de Camp David, como un símbolo de un retorno a la "normalización".

Después de que a mediados de marzo anunció que el encuentro se realizaría de forma virtual debido al coronavirus, hoy Trump mencionó la posibilidad de reunirse en persona en la residencia de Camp David, un lugar cargado de simbolismo.

A menos de seis meses de las elecciones presidenciales, Trump, que defendió la expansión económica como uno de los grandes logros de su mandato, aboga por una reapertura de los negocios prometiendo que 2021 será un año "increíble". 

"Ahora que nuestro país está en transición para volver hacia la grandeza', estoy considerando reprogramar el G7 para la misma fecha o una similar en Washington, en el legendario Camp David", afirmó.

"Los otros miembros (del G7) han emprendido también su regreso. Sería un símbolo maravilloso para todo el mundo. ¡Normalización!", añadió. 

A mediados de marzo, debido a la pandemia, la Casa Blanca renunció a celebrar esa cumbre en presencia de los jefes de Estado del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) y se mostró a favor de realizarla por videoconferencia. 

Un encuentro de este nivel permitiría a Trump posicionarse en la escena internacional y enviar un mensaje de fortaleza, tras haber sido muy criticado por la gestión de la pandemia, que en Estados Unidos dejó la mayor cantidad de fallecidos a escala mundial, con más de 90.000 víctimas mortales. 

También le ofrecería una tribuna con un altavoz para su pugna con China, a quien responsabiliza de la pandemia y acusa de no haber reaccionado a tiempo cuando se detectó el virus a final del año pasado en la ciudad de Wuhan y, además, la crítica por su supuesta falta de transparencia.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo estar "dispuesto" a viajar "si las condiciones sanitarias lo permiten".
"El G7 es una gran cita" internacional, añadió la Presidencia francesa, que el año pasado organizó la cita en el balneario atlántico de Biarritz.

¿Con o sin mascarillas? 

La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte se mostró más ambigua y señaló que cualquiera sea la forma del encuentro, iba a luchar con decisión "por el multilateralismo". 

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, fue más prudente y destacó que es importante estudiar "qué medidas serán puestas en marcha" y cuáles son las recomendaciones de los expertos. 

La organización de una cumbre de este tipo, que es la primera desde la pandemia que ha dejado más de 325.000 muertos en todo el mundo, genera varias interrogantes. 

La primera es el tamaño de las delegaciones que acompañarán a cada líder y si estos llevarán una mascarilla, una práctica que hasta ahora Trump ha evitado. 

Si se confirma la cita, la finca de Camp David, ubicada en una región montañosa del estado de Maryland, cerca de Washington, tiene una gran ventaja, ya que es un lugar aislado y es sencillo garantizar la seguridad. 

Esa residencia se ha utilizado a menudo para albergar conversaciones internacionales de alto nivel. Allí tuvo lugar, por ejemplo, la última cumbre del G7 organizada por Estados Unidos, en 2012, bajo la presidencia de Barack Obama.