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2 de octubre de 2017, 15:36 PM
2 de octubre de 2017, 15:36 PM

Salir de último y rozar el podio no ocurre todos los días. Lo consiguió Sebastian Vettel, que tras superar 16 posiciones en el GP de Malasia acabó en el cuarto puesto para seguir dando pelea por el título a Lewis Hamilton, a quien un segundo lugar en el circuito de Sepang lo mantuvo al tope de la clasificación mundial de pilotos de Fórmula 1.

La carrera la ganó el joven Max Verstappen, para alegría de Red Bull que hizo doblete en el podio con el tercer puesto de Daniel Ricciardo. Con esto, la escudería del energizante se afianza como el tercero en liza para el campeonato de constructores.

Pero la atención estaba centrada en la pelea entre los campeones del mundo Hamilton y Vettel. El británico era el favorito para ampliar su ventaja porque el alemán tuvo que partir desde el puesto 20, por problemas en la unidad de potencia de su Ferrari.

El viernes, en los ensayos libres, el coche rojo había sido el más veloz. Pero un fallo de montaje condenó a Vettel a salir en la cola, en tanto que su fiel escudero Kimi Raikkonen ni siquiera pudo largar.

La remontada de Sebastian es por tanto digna de elogio. Al extremo que en un momento de la carrera tuvo opciones de hacer podio, pero lo demoró un cierre en curva de Fernando Alonso, al que el alemán increpó por radio.

Lewis ahora tiene una ventaja de 34 puntos, que defenderá en un mes de octubre al que le quedan todavía tres grandes premios, a saber el de Japón este fin de semana, luego se vienen las carreras en Estados Unidos y México.

Al piloto de Mercedes se lo advierte conservador. Al menos en Malasia, corrió con la calculadora en la mano. Tener a su inmediato escolta saliendo del fondo le permitía esa licencia. No se le puede reprochar correr riesgos con el epílogo tan cerca.

Vettel, obligado por las circunstancias, hizo lo que parecía imposible. Por eso esta recta final del calendario de Fórmula 1 mantiene su cuota de interés. Ferrari tendrá que trabajar día y noche para corregir la unidad de potencia del coche de Vettel, que tras cruzar la meta quedó dañado tras una colisión -fuera de carrera- con Lance Stroll.

Es que Sebastian parecía seguir acelerado, pese a que ya se había bajado la bandera a cuadros. Lewis aguarda sacar provecho de la urgencia del germano, en Suzuka, este fin de semana venidero.