Después de muchos años, Blooming vuelve a ser protagonista en el fútbol y un de los históricos del bicampeonato habló de cómo ve al equipo celeste. Recordó su trayectoria

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8 de abril de 2019, 11:39 AM
8 de abril de 2019, 11:39 AM

Técnica, explosividad, cambio de ritmo, visión, disparo potente en ambos perfiles y gol, mucho gol. Esas son las cualidades de un futbolista casi completo. Todo eso tenía Limberg Gutiérrez Mariscal, uno de los mejores jugadores que dio el fútbol boliviano y que por esas cosas que tiene este deporte no pudo sostener una carrera en el exterior, aunque en su paso por Nacional de Uruguay dejó un recuerdo imborrable con su calidad, pues ganó uno de los tantos títulos en ese que es uno de los más grandes del fútbol charrúa.

Se van a cumplir 20 años del bicampeonato con Blooming, un hecho, y un club, que marcaron su vida y que lo puso entre los mejores de la historia de la academia cruceña. Ahora retirado de su mayor pasión, el fútbol activo, el ‘Bomba’ habló con DIEZ para recordar los logros que consiguió en su carrera, los éxitos, algunas decepciones, la selección, su retiro y sus hijos, uno de ellos considerado el heredero de su nombre y su calidad, aunque todavía no explotó como cuando él lo hizo siendo muy joven. Aquí un mano a mano con uno de los mejores 10 que tuvo este país.

¿Cómo ves a este Blooming?

Blooming va por un buen camino, partido tras partido se nota la solidez del equipo y creo que en el armado tiene mucho que ver Platiní (Erwin Sánchez). Hay gente joven a la que el DT le dio la oportunidad y va subiendo su nivel, además tiene buenos extranjeros. Pienso que da para soñar porque hace tiempo que Blooming necesita una Copa y ojalá que nos puedan dar esa alegría a los hinchas.

¿Cómo se puede sostener un equipo para no aflojar hasta llegar al título?

Primero es ganar de local, como se lo está haciendo, pero los partidos de visitante serán los que definan al final porque hay que conseguir puntos fuera, ya que Nacional Potosí también está por buen camino. Si queremos conseguir el campeonato hay que ganar afuera, ese tiene que ser el objetivo.

¿En qué jugadores se puede sustentar este equipo para mantener el ritmo que se tiene?

Me gusta como juega Roberto Fernández porque tiene un ida y vuelta impresionante. No lo había visto jugar y se me dio la oportunidad de observarlo en Warnes, la verdad que me sorprendió porque va y viene, marca y crea. Además, tiene mucho orden y sabe generar. También me gusta Carrasco, al que conocí desde chico y estoy viendo que va creciendo mucho y rápido y eso da gusto. Ojalá que sigan el buen camino.

Se cumplirán 20 años del bicampeonato, ¿qué se te viene a la mente?

Todos los recuerdos. Fue algo espectacular porque lo viví con mucha intensidad, es algo inexplicable, en ese momento la felicidad era única que no se podía controlar; yo venía desde el 97 con Blooming que tenía un equipazo con jugadores importantes como Milton Melgar, Rubén Tufiño, Gustavo Merlo y Marcelo Angulo. Teníamos esa espina. Pero pasó ese año y ya el próximo estábamos más maduros, estaba el profesor Carlos Aragonés que armó ese plantel que logró el bicampeonato con otro tanto de grandes jugadores. Hasta llegó Wilson Ávila, que en lo último de su carrera, con 41 años, aportó mucho porque no era difícil integrarse al ritmo que teníamos los jóvenes, pero él puso su calidad. En el equipo había una mezcla de experiencia y juventud, también estaban Tucho Antelo, ‘Narigón’ Arandia y ‘Gato’ Fernández.

¿Hay algo parecido entre ese Blooming y el de ahora?

No, era diferente, ahora hay más gente joven, porque el único con experiencia que queda es Joselito Vaca. Tienen una base con una media de edad de 22 a 23 años, entonces creo que será importante la mano del técnico para poder orientarlos bien y mentalizarlos de que se puede ganar, porque están ahí, cerca.

Para los que aún no ganaron ¿qué significa un título?

Ser campeón es lo más importante en una competencia, porque del segundo nadie se acuerda. Cuando uno hace memoria lo que te viene a la mente son los primeros, los que ganaron títulos porque es algo que va quedar toda la vida.

¿Qué le podrías decir a los jugadores de la academia que están camino de lograr un título?

Que sigan por el buen camino, siempre con humildad porque es la única manera de lograr cosas importantes.

Fuiste ídolo también en Bolívar, ¿qué lugar ocupa ese club en tu carrera?

Soy un agradecido con la gente de Bolívar por todo lo que viví allí, hace poco realizaron un reconocimiento para los que logramos cosas importantes. Jugué cinco temporadas en la academia paceña y fui tres veces campeón nacional, y subcampeón de la Copa Sudamericana, por eso es lindo que reconozcan lo que uno dio por la institución. Las veces que voy a La Paz, me hacen sentir su cariño, por eso aprecio a esa hinchada.

¿Cómo es jugar una final de una Sudamericana?

Recuerdo que tres días antes del partido la gente estaba haciendo colas para comprar entradas, había un caos total en la cuidad (La Paz). El día del partido fue impresionante ver tanta gente en las tribunas. Después, la vuelta en la Bombonera también fue espectacular, la historia pudo ser otra si el disparo de Tufiño entraba (pegó en el travesaño), aunque creo que debimos definirlo en La Paz porque después de anotar el 1-0 tuvimos cuatro oportunidades claras de gol, pero no concretamos. Nos quedamos con esa bronca, porque uno se imagina lo que hubiera pasado hasta ahora si lográbamos ese título.

¿Qué pasó en Nacional?

En ese tiempo hasta las personas particulares podían ser dueños de tu pase, ahora solo valen los contratos. En ese momento muchos querían sacar provecho de mí, no pensaron en el jugador. Pienso que querían hacerse millonarios, sería diferente si no hubiera habido ofertas, pero existían y eran razonables para Bolivia. Morelia, de México, ofreció 800 mil dólares, después Nacional mismo quería pagar 400 mil por el 40% para que me quede otro año más, hasta del Sao Paulo, de Brasil.

¿Cuánto valías para los dueños de tu pase?

Me pusieron un precio de dos millones de dólares y eso me molestó porque me trabaron, pues yo quería ir a México porque me ofrecían un buen contrato y además le iba ingresar un buen dinero a Blooming, pero la mentalidad de la dirigencia de ese tiempo fue mala y al final el perjudicado fui yo. Después me fui a Bolívar y también había ofertas para ir a México, Suiza y Grecia, pero todo se trababa. Pienso que tuve mala suerte con los dirigentes de esa época porque pedían mucha plata, si haya sido ahora hasta por 100 mil dólares te dejan ir.

¿De qué te arrepentís?

Por ahí por la mala decisión que tomé - creo porque no fui bien asesorado- cuando regresé de Nacional a Blooming, ya que debí quedarme en el club uruguayo porque en ese tiempo yo no tenía contrato con la academia, supuestamente era el pase. No fui bien asesorado, porque ya estaba vigente que si eras mayor de 23 años quedabas libre y ya había cumplido esa edad y era libre. Mandé las cartas a la FBF y esta se pasaron la bola con la Liga y no tuve una respuesta positiva.

¿Cómo es que de ser ídolo de Blooming pasaste a Oriente?, fuiste muy criticado...

Estaba en mi mejor momento en Blooming y me quería quedar, en 2008, pero no me trataron bien porque me quisieron bajar el sueldo y la prima, sentí que no me valoraron, así que opté por otra oferta, ya que tenía propuestas de varios clubes y decidí aceptar la de Oriente, que me llevó gracias a las gestiones de (José Ernesto) ‘Keko’ Álvarez. No podía rogar para quedarme en Blooming si me ponían excusas para renovarme el contrato, siendo que terminé jugando bien y clasificando a la Sudamericana.

¿Cómo has visto el nivel actual de nuestro fútbol, cómo lo analizas?

Ha bajado mucho el nivel del fútbol, con decir que hace tiempo que no voy a los partidos porque no me atraen. Por ahí prefiero verlos por la televisión. Hace poco fui a Warnes para ver a Blooming porque hacía mucho que no ganaba allí y me animé. En cuanto a los jugadores, no ha sobresalido alguna figura, siguen los mismos de hace 10 años. Sin ir lejos, Pablo Escobar seguía jugando hasta hace poco, Jhasmani Campos, Rudy Cardozo y Juan Carlos Arce siguen destacando. No aparecen jóvenes que sean distintos, como antes.

¿Por qué será?

Los jóvenes tardan mucho en explotar y es porque les falta trabajo en las menores. En Bolivia todos queremos que los futbolistas comiencen a jugar en primera a los 19 o 20 años, mientras en otros países a los 15 o 16 ya están debutando, poco a poco. Así que hay que trabajar y dar más importancia a las divisiones menores. No es por hablar, pero ahora veo que el que está trabajando bien con las inferiores es Blooming, son autónomos y eso me gusta.

Se esperaba más de vos en la selección ¿diste todo?

Lo que pasa es que me tocó con grandes jugadores, la camada de Marco Etcheverry, Erwin Sánchez, Julio César Baldivieso, eran futbolistas que venían de jugar un Mundial (el de Estados Unidos), pero después con el tiempo me consolidé, y creo que aporté. Pude dar más, pero tampoco fui convocado por ciertos técnicos, aún siendo figura en mi equipo.

Después del retiro ¿qué hace Limberg?

Me estoy dedicando a negocios particulares que me tienen todos los días con mucho trabajo. Lo importante es que gracias a Dios vivo bien, eso me dejó el fútbol.

¿Manejaste bien tu dinero?

Lo bueno después de dejar el fútbol es que ahora estoy tranquilo con mis hijos y mi familia, no me puedo quejar de nada.

Muchos creen que tu hijo (Junior) será tu heredero...

Ahora está en Bolívar. Es un jugador explosivo, tiene un buen cambio de ritmo y sobre todo una buena pegada. Tiene parecido a mí, pero es zurdo. No es porque sea su padre, pero tiene buenas condiciones, por mi parte tengo que apoyarlo para que se consolide en el fútbol profesional.

¿Por qué a los hijos de los buenos jugadores les cuesta?

Porque el hijo tiene la presión de lo que fue el padre, pero si tiene la virtud y capacidad de decir ‘lo voy a hacer por mí mismo’ podrá conseguir muchas cosas. Junior no siente presión de mí, porque le hablo todo el tiempo, igual que su abuelo y su tío (Gualberto Mojica), entonces no creo. Ahora quizás se sienta presionado por los amigos, que le pueden decir que ‘tu padre y tu tío fueron tales (figuras)’, pero eso pasa siempre.

¿Las facilidades que ellos tienen y que ustedes no tuvieron, puede influir?

Sí, muchísimo, pero en el caso de mi hijo ha sabido escuchar porque yo a los 17 años lo llevé a Nacional, de Uruguay, y allá estuvo dos años en las inferiores y también llegó a la primera, solo que por cuestiones de contrato lo traje al país, porque quería que juegue y se presentó lo de Bolívar.

Vos a esa edad ya eras campeón con Blooming y seleccionado…

Pienso que pasa lo mismo con mi hijo, ya estuvo en selecciones juveniles y en la mayor, pero tuvo la mala suerte de lesionarse y eso lo perjudicó. Gracias a Dios se está recuperando y levantándose porque es difícil salir de lesiones cuando eres joven, ahí es donde es importante la ayuda sicológica para superar el problema y salir adelante. Ojalá que llegue lejos, el apoyo siempre está de mi parte.