Se conocieron en 2005, en la previa del Mundial Sub 20, y se hicieron inseparables. Una historia juntos que se cierra con una cuenta pendiente

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15 de diciembre de 2021, 18:56 PM
15 de diciembre de 2021, 18:56 PM

El diario argentino Clarín recuerda el momento en que Sergio Agüero y Lio Messi se conocieron. Estaban en una mesa, a la izquierda del Kun Agüero, estaba sentado Ezequiel Garay. De frente y con el cuerpo inclinado hacia su lado, asomaba Lautaro Formica. Pero el que estaba a la derecha, con un par de sillas de por medio, no sabía quién era.

Hablaban de zapatillas. En unos días debían tomarse un avión en Ezeiza para aterrizar en Holanda y jugar el Mundial sub 20. "En un momento estaban hablando de unas zapatillas... Y Leo dice 'en Estados Unidos no se qué'. Y pensé: '¿Y este de donde salió?' Yo miraba partidos, pero de acá", recordó Agüero.

-¿Cómo te llamás?

-Lionel.

-Ah, casi igual que yo. ¿Y tu apellido?

-Messi.

Formica lo miraba a Sergio Leonel Agüero. “Me ponía cara como de '¿no sabés quién es?'. Y ahí empecé a pensar en la noticia de un jugador de Barcelona, dije 'es este'. Cuando empezamos a entrenar, me di cuenta, volaba”.

Como en el potrero, como en el colegio, como en un torneo del barrio o en un Mundial, siempre es más lindo jugar con amigos.

Miguel Angel Tojo, el ayudante de campo del entrenador Francisco Ferraro, fue quien tuvo la idea de ponerlos juntos en la habitación de la concentración. "Me dijo que me ponía con él para que me contara cómo era jugar y vivir en Europa", recordó el Kun sobre esos días de 17 años y primeras armas en Independiente.

El 11 de junio de 2005 guarda la primera perlita de la historia de ambos. En la derrota 1-0 contra Estados Unidos por el debut del Mundial Sub 20, Messi y Agüero arrancaron en el banco de suplentes viendo a la dupla que salió desde el inicio en ataque: Pablo Vitti y Gustavo Oberman. La historia terminaría con final feliz: dos goles de Leo en la definición ante Nigeria para levantar la Copa del Mundo, el segundo tras un penal que le cometieron al Kun.

"Nos hicimos amigos muy rápido e íbamos a todos lados juntos -remarca Messi en la autobiografía de Agüero-. Enseguida nos entendimos, tal vez porque éramos los más chicos. Hubo una afinidad inmediata y nos ayudó a integrarnos mejor al grupo".

Las carreras ascendieron en forma paralela. Y el punto de encuentro siempre era celeste y blanco.

Desde aquella gloria inicial en 2005 hasta la reciente consagración en la Selección Mayor tan postergada en la Copa América en Brasil. En el medio, de todo: desde la medalla de Oro en Beijing 2008 hasta una sociedad que tuvo como clímax la previa al Mundial 2014, ése que los dejó en la orilla de la conquista máxima.

También fue esa sociedad el símbolo de una mirada de reojo a una generación que no lograba traducir en logros las expectativas que se iban renovando. Todo lo bueno que demostraban cada fin de semana en el Viejo Continente, no se plasmaba con la camiseta Argentina. “Club de amigos”, fue la etiqueta mediática para lastimar esos ciclos que terminaban en frustraciones.

La estadística mostrará que coincidieron en tres Mundiales. En Sudáfrica 2010, con Diego Maradona en el banco, cuatro años más tarde el Kun entró en el segundo tiempo de la final contra Alemania en el Maracaná y luego en Rusia 2018 cuando el adiós llegó en en los octavos frente a Francia cuando Agüero también entró en el complemento y metió el descuento para el 4-3 final. En las Copas América, antes de la conquista de este año, fueron subcampeones en 2015 y 2016, terceros en 2019 y eliminados en los cuartos de final de 2011.

En la Mayor, fueron 81 partidos juntos con la camiseta argentina, 49 terminaron con victoria, 20 empates y 12 caídas. Agüero gritó 26 goles y Messi, 32. En las juveniles, compartieron cuatro encuentros con la Sub 20 en el Mundial ganado en Holanda 2005 y cinco partidos en la Sub 23 que se colgó el oro en Beijing 2008, torneo en el que marcaron dos goles cada uno. 

La paradoja del destino marcará que justo antes del torneo soñado en la Copa América, el Kun aterrizó en Barcelona con la idea de ponerle el broche a su carrera. Y hacerlo con Messi era el anhelo.

Cuentan que en la primavera de 2014 habían estado muy cerca de coincidir con la camiseta blaugrana. El entonces Director Deportivo del club culé, Andoni Zubizarreta fue a la carga por el Kun tras la venta del chileno Alexis Sánchez, pero el City ganó su segundo título de la Premier con el Kun como figura estelar y no lo dejó ir. 

El final ya es conocido. Pudieron festejar vestidos de selección pero no llegaron a coincidir con la camiseta de un club.

"Miramos películas, el control remoto lo manejo yo”, contaba Agüero sobre una vida de concentraciones con el mejor del mundo como compañero. “Él se calienta, porque yo me quedo dormido y no apago la tele. Él ya está durmiendo y a la mañana siguiente me reta. Se da vuelta y se palma, tan rápido se duerme...".

Uno cambió la historia del Barcelona, el otro dejó una huella indeleble en el Manchester City. Un creció en Quilmes y el otro en Rosario. Uno deslumbró como joya de Independiente mientras aparecían noticias lejanas del otro a miles de kilómetros de distancia. Desde los 17 años, desde aquella charla por unas zapatillas, cuando Sergio no sabía quién era ese pibe que hablaba de Estados Unidos, hicieron química.

Y siempre es mejor jugar con amigos.